Etapa 7: Tineo – Grandas de Salime #rssuave

Ayer por la tarde decidí coger la ruta de Los Hospitales en vez de ir por Pola de Allande. En mi previsión inicial iba a hacer fin de etapa en Pola, pero ahora con nuevos planes, tras recortar la etapa de antes de ayer para pasar por el fisio, ya no tenía razón alguna para no hacer esta ruta, que me apetecía mucho más. En Tineo estuve hablando con quien me dijeron era la mayor eminencia del pueblo en el tema y me quedó claro: ruta de Los Hospitales. Y, cómo veréis luego, ha merecido la pena.

La salida de Tineo por supuesto que es una alegre cuesta del copón bendito. Pero una vez ganada altura… ¡se sigue subiendo! Voy pasando peregrinos a pie. Hoy he visto muchos de nuevo. Subiendo a veces voy a su mismo ritmo, sobre todo si hay piedra suelta o la cuesta es de las de aúpa. Después bajando, todo cambia.

El camino sube poco a poco entre robles, hayas y pinos. Arriba comienza, pues, la primera bajada del día. Tremenda, gloriosa, mágica. Senderito por un hayedo con unos ciervos que corren asustados. El final del camino te deja a escasos 500m del monasterio de Obona. Quizá haya que ir allí para volver a disfrutar del recuerdo de este tramo. En Borres paro a tomar algo en «El Barín», recién abierto por su dueña hace 15 días. Allí me encuentro con la cuadrilla de ciclistas que vi en San Juan de Villapañada. Van más tranquilos. Son cerca de las 9:30 y van a desayunar. Sin prisa, como debe ser.

Subiendo se alcanza la bifurcación del Samblismo donde yo tomo la ruta de Los Hospitales. Enseguida comienzan unas buenas cuestas que poco a poco llevan, tras varios tramos a pie, hasta algo más arriba de los 1.200 metros de altitud. Dura la subida, más por el tipo de terreno que por los desniveles. Mucha piedra, que hace difícil ciclar.

Los paisajes tienen cierto toque pirenaico. De hecho todo este tramo me recuerda a cualquier etapa de la transpirenaica. Cumbres peladas, ganado suelto, horizontes amplios, sensación de soledad. Pero no, aquí hay mucha más gente a pie que por los Pirineos. Voy saludando y, según sea cuesta arriba o cuesta abajo, las conversaciones duran más o menos.

La baja del Alto del Palo la hago en parte por carretera porque el camino está complicado para mi equilibrio sobre la bici. Y llegamos a Berrucedo donde sello de nuevo la credencial y donde ya calienta el sol. Crema protectora y tira millas. Solo quedan 18 kilómetros hasta Grandas de Salime.

Teóricamente casi todo bajar, pero hay tres buenos repechos: uno nada más salir de Berrucedo, otro por una cuesta del 15-20% a Buspol y luego la guinda final con los 300 metros a salvar desde el embalse de Salime hasta Grandas. Y entre medio un bajadón como hacía tiempo que no hacía. Típico de transpirenaica, con cerca de 1.000 metros bajando por pedregales, pistas entre pinos, senderos escondidos en los hayedos. Todo un festival de opciones para divertirse con la bici. Claro que no veas cómo hay que tirar de frenos.

Y aquí estamos, en Grandas de Salime, con museo etnográfico y su iglesia originaria del siglo XII, además de una tremenda casona del XVI. Bueno, me voy a dar una vuelta. Poca gente por el pueblo, excepto por la cuadrilla de peregrinos que andamos deambulando. Hasta mañana.

Distancia recorrida: 64,13 km. Desnivel acumulado: 1857 m. Tiempo de pedaleo: 6h 08min.

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