Etapa 4: Llanes – Villaviciosa #rssuave

by Julen

Efectivamente, cuando he pasado por Llanes poco antes de las siete de la mañana, el paisaje tras la fiesta era lo que tenia que ser: taxis en movimiento, policía local apostada en varios lugares estratégicos, alguna que otra despedida de soltera y de soltero dando tumbos, y más de uno que arrastraba su cuerpo como podía, toda vez que su capacidad motora y de coordinación andaba bajo mínimos. Y sí, Induráin sigue siendo lo único que es capaz de articular un borracho al ver a un ciclista. ¡Aupa Induráin! Voz aguardentosa y luego otra vez al estado de confusión mental. Induráin le hizo ver por un momento la luz.

Como en estos días atrás, la salida de Llanes me pone en sintonía con recuerdos de hace unos cuantos años. Por ejemplo, unos días hace un montón de años en un mes de junio en la playa de Barro que dejaron en mi retina la imagen de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. Lo cierto es que es tremenda su silueta junto a la ría. Sin embargo, a día de hoy la carreterita que sale de Llanes va dando cuenta de una exagerada cantidad de adosados y de infraestructura turística en general. El recuerdo se desvanece. Hoy todo es bien diferente. Pero la iglesia sigue ahí, ajena a todo.

Tras pasar la playa de San Antolín se abandona la línea de costa para ir por el interior a Ribadesella. Las aldeas se suceden, miméticas unas con otras. Buen día, buenos días, hola. No puede uno dejar de saludar a las gentes que se va encontrando junto al camino.

En Ribadesella el día se ha cerrado bastante. Paro a tomar algo y allí aparecen también los globeros del pueblo que salen como todos los domingos a hacer su ruta en bici. Así que hacemos ambiente ciclista en el local. Y por lo que se están metiendo, creo que les toca por lo menos subida a los Lagos de Covadonga.

La salida de Ribadesella nos pone en contacto directo con el mar y sus playas. Paisajes de ensueño. Senderitos que se pegan a la costa y que, por supuesto, se ven concurridos. Allí se juntan turistas, peregrinos y gente del mountain bike local. Es el camino real, según indican un montón de pintadas junto a la señalización habitual del Camino. Entretenida de verdad toda esta parte, tanto por los senderos como por las vistas.

Al llegar a Colunga la ruta se mete para el interior subiendo un puerto de ¡algo más de 150 metros de altitud! Vamos, para lo que estamos acostumbrados, como el Tourmalet. Después toca bajada por zonas umbrías y caminos estrechos (hoy hemos tenido buena ración) hasta llegar por fin a Villaviciosa, donde hago noche.

Me decido a manguear la bici porque va hermosa la joven. Sí, ha sido primer día de lluvia fina y barro en algunas zonas. Orbayu del que cala bien, doy fe.

En fin, me voy a dar una vuelta por el pueblo. Parece que no hay fiestas y que no está repleto de turistas. Eso sí, peregrinos ya he visto unos cuantos mientras comía… unas patatinas con chipirones de chuparse los dedos.

Distancia recorrida: 75,22 km. Desnivel acumulado: 1.248 m. Tiempo de pedaleo: 5h 44min.

Enlaces: fotografías en Flickr, fotografías en Instagram y tweets del Camino.

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2 comentarios

Txetxu 22/07/2013 - 08:10

¿Y la ‘sidriña’ ni probarla? ¡Buen camino!

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Julen 25/07/2013 - 17:34

Nada, abstemio total. No vaya a ser que hagan control de alcoholemia a los ciclistas peregrinos jajaja

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