Hace un par de semanas organizamos con Hetel un taller para compartir experiencias alrededor del modelo finlandés de educación y en particular con lo que tiene que ver con el emprendizaje. Los centros de Hetel andan moviéndose de diversas formas (pero con un ánimo común) para conseguir que su alumnado ponga en marcha sus propias iniciativas empresariales sin esperar a que alguien venga con el trabajo a dártelo en la mano. Más ahora que anda todo ¿en vías de extinción?
El taller partió de la iniciativa de Josi Conocity Sierra, quien en el pasado mes de marzo participó en el congreso Encounters 13, organizado por Porvoo Campus de la Universidad de ciencias aplicadas Haaga-Helia. Él ya ha escrito un breve artículo resumiendo unas pocas ideas básicas alrededor de este taller y, mejor aún como es su hábito, lo ha documento con un video en el que yo explico algunas conclusiones de esa mañana que pasamos con un grupo de profesionales de centros de Hetel. Lo podéis ver más abajo.
Pasados algunos días de este taller, comparto aquí yo también otra reflexión, que me anda revoloteando en la cabeza. Tiene que ver con un hecho para mí fundamental que explica (entre otros motivos, supongo) el éxito de allí y los fracasos de por aquí. No tiene que ver con técnicas, herramientas, recursos u otros asuntos particulares. No, tiene que ver con la estabilidad de un acuerdo político a gran escala.
En las diferentes entrevistas que Josi mantuvo en Porvoo son varias las personas que citan este hecho. Parece que allí hace 30 años se produjo un gran acuerdo en el país para no andar «toqueteando» la educación con cambios legislativos en función del partido que accedía al poder. Aquí la historia de la educación es bien diferente: LODE (1985), LOGSE (1990), LOCE (2002), LOE (2006) y ahora LOMCE (2013). Una sopa de acrónimos que no puede presagiar nada bueno.
Es evidente que los vaivenes asociados a cada nueva ley hacen daño. Supongo que es fácil perder la ilusión y la fe en el sistema cuando está sujeto a tanto cambio en función de quién esté en el poder. ¿Hay manera de aislarse de estos cambios normativos y, a pesar de todo, hacer las cosas bien en las trincheras de la educación? Difícil, muy difícil porque al final los condicionamientos acaban por desmotivar. Si quien se encarga de trabajar en el aula con el alumnado traía motivación de casa, es fácil que por el camino se la hayan quitado. Así de triste.
Es evidente que hace falta situar la educación en el centro. En Finlandia todo el mundo coincide en el prestigio social de maestras y maestros, sobre todo en educación primaria. Las personas que aprenden están en el centro del sistema con una dedicación de recursos volcada en que nadie abandone en el camino, con apoyos constantes. Sin endiosar el sistema, porque siempre es sano mirarlo con sentido crítico, el caso es que provoca envidia. Porque la estabilidad en la norma básica que regula el sistema parece una buena palanca para que todo funcione algo mejor, ¿no os parece? Pues aquí nada de nada.
En fin, os dejo con un pequeño video en el que planteábamos algunas conclusiones del taller que hicimos con Hetel.
Nota.- La imagen está titulada «Antagonismos» y es de Chema Concellón en Flickr.
8 comentarios
Sobre el vídeo: me marea un poco. Debería tener más planos fijos y el ponente debería llevar un micro (en la solapa) porque el sonido va y viene, Con ambas cosas (imagen demasiado móvil (a lo «Dogma») y sonido irregular) a mí ha costado mantener la atención en el contenido al 100 %.
Bueno, para gustos los colores. Gracias por el feedback. Es el estilo «conocity» de Josi Sierra y hecho con un móvil. Fueron las conclusiones «en vivo y en directo» 😉
Viva la E.G.B.
Aparte, mantengo serias dudas de que sacar la Educación del debate político sea «democrático». Lo mismo tiene algo que ver con el ascenso de la ultraderecha en aquel país… Son los gobernantes ahora,¿no?
Por cierto, también veo algo de contradicción en criticar la evaluación aquí y alabar al país que mejores resultados saca (bueno, creo que Taiwán lo supera) en «evaluaciones» internacionales. Tan bueno no es cuando al hacer recortes hace unos años se les esfumó una generación perdida. Así que a lo mejor aquí, aparte de la inseguridad jurídica de tanto cambio legislativo, lo que falla es el dinero.
Aparte de todo lo anterior, como creo que no lo he dicho, ¡viva la E.G.B.!
Rescato este comentario (como otros cuantos que acabo de pillar en spam, sorry). Pues sí, va a ser que la EGB nos marcó 😉
Es que en realidad, lo que hay que «copiar» del modelo educativo finlandes es cómo se acordó el modelo. Partiendo de un modelo consensuado y con ciclos de mejora es normal que se termine teniendo un buen sistema (a parte de prestigiar al profesorado y otros detalles más…).
Los cambios políticos, la manera de contratación del profesorado, su formación, la respuestas casi nula y sobre todo crítica del entorno social hacen de la educación un lugar de repetición de contenidos y pautas de aprendizaje que es la misma desde inicios de la EGB salvo adelantos geniales como atención a la diversidad, pedagogía terapéutica, audición y lenguaje… que por otro lado, su eficacia se ve reducida por la pérdida de tiempo en los horarios tan reducidos (habría que ver si los horarios asignados son significativos, cumplen la función para la que fueron creados).
Con atrasos tremendos como el incremento de la burocracia y la reducción de competencias de la labor de inspección. La inspección es controladora y se dedica a pedir calendarios mal o bien formulados.
El sentido crítico…. como dice una viñeta de Frato: se ve un alumno que año tras año copia lo que la seño le escribe o dibuja en la pizarra. En el último año de escolaridad le dice «puedes escoger», y el niño encoje los hombros y pregunta «¿qué es escoger?».
Ampliación de burocracia, por ejemplo, menos tiempo para planificar y desarrollar ideas y material de clase.
Los buenos profesionales han aprendido a maximizar y volver eficaz cada segundo de tiempo y los malos han aprendido a cumplir con los trámites para no ser «pillados» porque lo que demuestra que haces tu trabajo son los trámites escritos y no el nivel de los niños.
[…] La historia de un desproposito lode logse loce loe y lomce […]
Tal vez en España debiera haber menos pedagogos y mas gente que sepa lo que enseña.