La construcción colectiva de la empresa… entre diferentes

by Julen

different oneEs evidente que hay muy diferentes maneras de posicionarse frente al trabajo y frente a la organización concreta para la que trabajas. Habrá quien vea en el trabajo algo así como «lo que hay que hacer para disfrutar del tiempo en que no trabajas». Mientras, en el otro extremo, habrá quien vea en el trabajo una manera de hacer realidad su pasión. Y entre ambos puntos podemos imaginar un continuo en el que cada cual se sitúa, más cerca de un extremo o del otro. Somos personas, somos diferentes.

¿Deberíamos construir una empresa -idealmente- solo con aquellas personas que «viven» su trabajo con absoluta intensidad? El vínculo entre la vida que cada cual tiene y el trabajo que desarrolla admite muchos matices. Depende de experiencias previas, de su iniciativa emprendedora y hasta de su actitud ante la vida en general. Una empresa construida por «fieles» es una tentación. La intensidad emocional que se puede desplegar en ella es un plus, pero también tiene sus zonas oscuras.

Cabe pensar si hoy en día no hemos empresarializado en exceso la vida de que disponemos. Cierto que la trampa está en qué entendemos por «empresa». Porque es muy diferente utilizar esa acepción de la RAE que la define como «acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo» que fijarnos en una siguiente que también ofrece la RAE y que dice «unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos». Una y otra acepción parecen llevarnos a territorios muy diferentes.

Como decía, movilizar la pasión que cada cual anida en su interior y dirigirla hacia lo empresarial es toda una tentación para quienes dirigen esas empresas. Pero también es cierto que teñir de empresa/economía lo más íntimo de quienes somos da miedo. Al menos a mí me lo da. Porque ante la natural tendencia a vivir de lo que te gusta está la otra, esa por la que, convertida la pasión en transacción económica, puede perder mucho del valor intrínseco con que contaba en origen.

Quiero pensar que una empresa es también la suma entre diferentes. Cierto que es una suma más complicada, que da más miedo. Sumar entre iguales te conduce a la zona de confort. Sumar entre diferentes genera nervios, pero a veces unas hermosos mariposas en el estómago.

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13 comentarios

Juanjo Brizuela 30/05/2013 - 11:36

Dos preguntas:
a) ¿la pasión personal-profesional está ligada al emprendizaje o puede radicar en una organización con más personas? ¿es individual o colectiva?
b) ¿cómo gestionar la diversidad en organizaciones… desde el equilibrio o desde la potenciación de actitudes?
me da qué pensar

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Julen 03/06/2013 - 04:42

Dos respuestas… por decir algo 😉
a) La gente es muy libre de colocar su pasión en lo que quiera. De todo hay en la viña del señor, que diría mi madre. Esto es bien cierto, ¿no?
b) Gestionar la diversidad supone varias líneas de acción, una bien sencilla tiene que ver con la selección de personal: empecemos por no traer personas cortadas por el mismo patrón, ¿no? Se me ocurre que es una forma de empezar. Actitudes, las que cada cual traiga, siempre dentro de un margen de tolerancia básico.

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dsanchezbote 30/05/2013 - 12:40

Al final cuando hablamos de pasión también hablamos de compromiso, implicación, etc. y en efecto una diversidad en este sentido puede estar bien y en sí creo que no genera conflicto.
Pero cuando personas con diferente pasión, compromiso, etc. no tienen diferentes recompensas (el café para todos sí que funciona como una apisonadora en las organizaciones de por aquí) por su trabajo es cuando surge el conflicto. Creo 🙂

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Julen 03/06/2013 - 04:40

El asunto de los incentivos, a lo que tanto tiempo dedicas, acaba al final en una personalización donde lo reducimos a reconocer que somos diferentes. En la teoría del liderazgo transformador de Bernard Bass, una dimensión crítica es la consideración individualizada, pero dicho eso hay que aceptar que supone posibles «agravios». Al huir del «café para todos» nos adentramos en modelos que miran más al individuo que a la norma común y ese es camino conflictivo en el 99% de los casos. Creo.

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Elena 30/05/2013 - 13:30

Y yo me pregunto: ¿cómo se mide la pasión o la intensidad con la que uno vive su trabajo?
hay algun medidor oficial?
Y tambien me pregunto: ¿como se sabe si quien vive con «mayor» pasión e intensidad su trabajo, contribuye más y mejor a conseguir los resultados?

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Julen 03/06/2013 - 04:38

Preguntas para las que no hay respuestas fáciles. Todo es tan interpretable. Quiero pensar que es un reto a nuestro grado de tolerancia y exigencia con lo diferente. No sé, me anoto las preguntas porque da para escribir mucho al respecto. Yo aquí siempre he dicho que me da miedo la pasión hecha trabajo de manera ciega y acrítica. En fin, que no, que no tengo respuestas.

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Iván 31/05/2013 - 08:10

Creo que tener a toda la gente apasionada en un mismo tema puede ser cojonudo, pero también puede ser un gran problema, sobre todo si la empresa adquiere una dimensión. ¿Debe tener la persona de contabilidad esa misma pasión? Tengo mis dudas, las mismas que tengo de que una empresa de automoción o máquina herramienta apasione a la gente. Pero de algo hay que comer, y más en estos tiempos convulsos. El tema de la pasión y luchar por encontrar nuestro camino en el mercado laboral es cada vez más complicado, y tampoco los tiempos del mercado están para echar cohetes aunque seas una persona apasionada en tu trabajo. Los resultados queramos o no son los que marcan muchas tablas de medir, entre ellos indican los números y la pasta.

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Julen 03/06/2013 - 04:35

De todas maneras, Iván, la gente se apasiona por las cosas más insospechadas. No descartes que haya frikis de la contabilidad 😉

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Isabel 01/06/2013 - 08:01

Qué magnífica reducción a cuestiones simples y potentes como punto de partida. Me identifico con la primera acepción y me gusta lo de las mariposas en el estómago del reto de conseguir esa suma entre diferentes.

Presentando su ley de emprendedores, hasta la vicepresidenta reconocía estos días que el 75% del empleo se genera en empresas que no superan las 9 personas en plantilla. Quizá la oportunidad de aprender a conseguir la suma entre diferentes está en esas zonas oscuras que comentas: ¿Acepto/permito que otras personas tengan aspiraciones y planteamientos diferentes? ¿Puedo yo mantener en este entorno mis propias diferencias? Me suena a autoconocimiento y respeto, ¿verdad?

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Julen 03/06/2013 - 04:34

Isabel, supongo que tenemos que jugar entre iguales y entre diferentes. Lo primero para ganar en seguridad y lo segundo para progresar más y mejor. Sin embargo, esta segunda parte cuesta más. Va, hasta cierto punto, contra natura. Pero no me cabe duda de que por ahí hay que moverse (también). Y sí, debe ser buena parte de respeto y autoconocimiento. Gracias por darte una vuelta por aquí.

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Anotaciones para nuevas realidades (VII): Las zonas oscuras | IG 01/06/2013 - 10:00

[…] esto que a muchos esto nos parece evidente no lo es tanto, por eso creo Julen apunta a cuestiones de fondo en su reflexión sobre “la construcción colectiva de la empresa entre diferentes”: […]

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Talent Management (@CrearTalento1) 01/06/2013 - 18:28

Excelente post. Gracias por compartirlo. Salu2!

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Julen 03/06/2013 - 04:32

De nada 🙂

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