El derrumbe de Bangladesh y de la RSC

by Julen

Escombro01Es evidente que no podemos cerrar los ojos. Y triste, muy triste, que haga falta un tremendo número de muertos en Bangladesh para que nuestras conciencias se muevan. Como en otras ocasiones, cada cual tenemos nuestra parte de responsabilidad. En el mercado mundial del planeta Tierra resulta que en esta parte es donde compramos lo que se hace en condiciones escandalosas en otra parte bien alejada. Para que no huela mal. Cuanto más lejos mejor.

Barato, barato. El gran reclamo que derrumba resistencias. Cuanto más barato mejor. Podemos comprarlo en el Primark, en un mercadillo, en una tienda de chinos, en Zara o en las rebajas de El Corte Inglés. Da igual. Mientras sea barato a cerrar los ojos y a comprar. Es una dinámica tan arraigada que no hay forma de combatirla: barato… pues lo compro.

Las mentes sesudas de la responsabilidad empresarial andan ahora analizando qué ha fallado para definir un plan de seguridad industrial. Los escándalos se van repitiendo a ritmo regular. Me parece que no hay gran empresa multinacional que no se plantee irse a esos países en donde fabricar es cosa barata. ¿Por qué hacerlo donde hay que pagar más a la gente y donde hay que aceptar unos derechos laborales más amplios? Pues eso, el mundo está ahí para utilizarlo. Fabricamos en Bangladesh y luego pagamos impuestos donde más barato resulte. Dinero es dinero.

Por supuesto que la responsabilidad social corporativa cae hasta el suelo. Ni auditorías ni compra ética ni chanflainas. El drama de Bangladesh nos recuerda las intensas campañas de marketing emocional que las grandes empresas llevan a cabo para derrumbar nuestras defensas. En el mercado del alma, las marcas juegan a aplastar nuestro sentido crítico. Sea barato o sea marca, el caso es que aquí o compras o el mundo se va a la mierda.

No sé cuántos muertos se acabarán poniendo encima de la mesa. Pero son los suficientes como para que cada cual hagamos un ejercicio de conciencia y pensemos qué estamos haciendo al comprar como lo hacemos. Lo fundamental, para mí, es transparentar los datos básicos de lo que estamos comprando. Necesitamos una trazabilidad de producto que aclare los costes. Porque a mi yo racional se le ponen los pelos como escarpias al leer en un artículo de El País que si una camiseta se vende aquí a veinte euros y se ha fabricado allí en Bangladesh, el coste de la mano de obra que se lleva esa prenda es de ¡¡¡¡1,5 céntimos!!!! Ver para creer.

Ya, no hago aquí sino patalear. Pero si no lo hago reviento. ¿Empresa social?, ¿cuarto sector?, ¿responsabilidad social corporativa?, ¿compra ética? Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Hoy sí, hoy me bajo de esta mierda que estamos cocinando. Y no me queda sino aceptar que yo también tengo una cierta parte de responsabilidad por esa gente muerta en Bangladesh. Aunque quede lejos y no sepamos sus nombres.

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8 comentarios

Juanjo Brizuela 07/05/2013 - 06:20

No le eches la culpa a la marca Julen porque ella no la tiene. La responsabilidad viene de sus gestores, de quienes amparándose en un proyecto empresarial basado en determinadas características, con determinados y supuestos valores y con determinados recursos, ponen en marcha un proyecto.
Lo más perverso es apelar a valores de responsabilidad social y todo eso (que no sé quién coño lo inventó ni quien le dio a la tecla en la empresa para ponerlo como pegatina para tapar no-sé-qué) y no tener ni idea del significado de responsabilidad y mucho menos de lo que significa social.

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Iván 07/05/2013 - 07:32

La verdad es que es mi fuerte, si antes era China ahora es Bagladesh. Siempre habrá un lugar donde los parias de la tierra podrán fabricar sin derechos, son las caras de un distema despiadado y cruel. Te dejo esto de «Paraísos laborales» http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/05/02/andalucia/1367515054_814405.html , y por cierto, ha hecho buenas crónicas del tema tu paisano Zigor Aldama , para seguir vomitando «El robo de la infancia» http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/01/20/actualidad/1327086182_948562.html
Hay un libro de Leguineche que se llama «Los ángeles perdidos», sobre las infancias robadas por el sistema, en todas sus formas, libro demoledor y denuncia.
Un abrazo desde Estambul

ps: Hay una cosa que dice Juanjo que comparto, hay marcas ( pequeñas eso hay que decirlo) como Finisterre UK que optaron por no fabricar en Asia, se volvierno a Portugal, donde incluso muestran su fábrica por dentro, pero hay que decirlo, son agujas en un pajar.

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jlazkarate 07/05/2013 - 08:16

Juanjo,
«No le eches la culpa a la marca Julen porque ella no la tiene»….
Detrás de la marca habrá también personas, ¿no? Creo que no se la puede separar de las acciones de sus gestores.
Entiendo que la política productiva de la empresa que sustenta la marca también forma parte esencial de sus valores, los que la harán ser percibida de una manera u otra por los consumidores, si esos que en el 99,99% de los casos cerramos los ojos y salimos corriendo con el chollo entre las manos.
Porque de lo contrario, Juanjo, yo no he entendido nada sobre branding.
Buen post, Julen, como siempre.

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Juanjo Brizuela 09/05/2013 - 06:26

Juan Luis, claro que entiendes de branding…precisamente por eso lanzo este argumento: una cosa es la marca y otra los gestores de los proyectos. Seguramente esa marca haga muy poco branding y bastante de «marcaje» que es como le llama mi amigo Velilla. Es decir, pongo un logo en mi producto y se acabó.
Son los gestores y los responsables de las organizaciones quienes no son conscientes del espacio en el que se encuentran y que luego cuando ocurren estas cosas, se / nos lamentamos.

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jlazkarate 09/05/2013 - 10:49

Juanjo, por darle una vuelta de tuerca más…creo que cuando a) voy a Bangladesh a producir barato, en condiciones de semiesclavitud, para luego b) conseguir ser una marca cool a unos precios, además, muy competitivos….estoy haciendo Branding en las fases a) en este caso negativo, aunque a día de hoy socialmente asumible, pero branding y b).
La cuestión es que el consumidor se centra en la fase b) y olvida u obvia la fase a) (esencial para ese éxito en la fase b).
Todo es branding. Y probablemente los dos estemos diciendo más o menos lo mismo, pero cada uno a su manera ; )
Saludos.

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Mak 07/05/2013 - 09:37

Para matar del orden de mil personas de golpe en el primer mundo hay que estrellar un avión contra una torre. En el enésimo, sólo hay que esperar.

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Manex Lete 07/05/2013 - 13:42

No hay nada que hacer mientras los directivos de primer nivel utilicen la calidad, sostenibilidad, mejora continua, y demás conceptos de moda como meras herramientas de marketing. Y me consta que en muchas empresas es así.

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Glenda J. Callahan 28/05/2013 - 03:05

Por supuesto que la responsabilidad social corporativa cae hasta el suelo. Ni auditorías ni compra ética ni chanflainas. El drama de Bangladesh nos recuerda las intensas campañas de marketing emocional que las grandes empresas llevan a cabo para derrumbar nuestras defensas. En el mercado del alma, las marcas juegan a aplastar nuestro sentido crítico. Sea barato o sea marca, el caso es que aquí o compras o el mundo se va a la mierda.

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