Etapa 1: Granada-Alcalá la Real

by Julen

Noche plácida en el motel Sierra Nevada de Granada. Sueño reparador en una habitación años 60. El tiempo parecía no haber avanzado en este motel que también es camping. Cuerdas para subir las persianas, arañas de 8 brazos en el techo, todo muy retro. Eso sí, la barra de las cortinas no aguantó el primer asalto y cayó al suelo al primer intento de dejar pasar la luz.

A las ocho estábamos desayunando como Dios manda mientras fuera llovía. Se ve que la noche había estado pasada por agua pero justo al despertarnos andaba de tregua. ¿Qué tal vendría el día? No pintaba demasiado halagüeño desde luego. Plásticos por aquí y fundas varias para evitar que el agua se cuele por donde no debe. Cuando hemos empezado a pedalear llovía ligeramente.

La salida de Granada, entre fea y horrible por pistas con escombros y mierda variada. Humanidad en estado puro. Hemos acabado desembocando en un glorioso puticlub en ruinas. Pero eso sí, la lluvia nos respetaba. Ante la alternativa de un buen barrizal debido a unas obras, cogemos carretera para llegar al Pinos Puente. Allí terminaba la primera etapa a pie del Camino Mozárabe. Nosotros palante, a comenzar a intimar con las pistas ya alejados de grandes núcleos de población.

Comienzan los olivos, olor inconfundible. Primera subidita, Alberto anda fino, eso está claro. Y poco a poco vamos observando que sí, que ha llovido un montón. Aterrizamos en Olivares donde cae una maritoñi en el bar Los Martínez. Solo llevamos unos escasos 200 metros de desnivel acumulado en la etapa. Poco, muy poco para los 30 kilómetros recorridos. No pasa nada, porque llega el cuestón del día. Joooder vaya subida hasta Moclín: cerca de 400 metros de desnivel en menos de tres kilómetros. Cómo resoplaba Alberto…

De Moclín a Alcalá la Real queda solo un paseíto. Se sale del pueblo por una bajada entretenida que conecta más abajo con la carretera. Y zas, allí está: las lluvias se han comido el asfalto ante los ojos atónitos de los olivos. Un corrimiento de tierra espectacular. Pasamos con cuidado y seguimos ruta. Y ahora sí que sí, comienza la fiesta del barro. Era evidente que antes o después tenía que aparecer.

Primero en dosis prudenciales y luego ya a lo bestia, sin piedad. Tras una súbita de empujing a pie con la bici por un olivar hemos acabado en un lodazal bien hermoso. Así que paciencia y a ir quitando barro como si estuviéramos en Atienza, etapa gloriosa de barro del Camino del Cid del año pasado.

Los últimos diez kilómetros han sido por tanto para la carretera previo paso por una gasolinera para manguear las bicis y quitarles el barro que hemos podido. Viento en contra bastante fuerte y algo más tarde de las dos ya estábamos en Alcalá la Real. Ducha, colada, comida, paseo, té, lluvia y granizada. Sí, granizada.

Bueno, os dejo, que me enrollo demasiado. Mañana más. Será nuestra segunda etapa con final previsto en Castro del Río donde esperamos juntarnos con Fran, coordinador de la Transandalus.

Distancia recorrida: 55,98 km. Tiempo sobre la bici: 4h 11min. Desnivel acumulado: 1264 m.

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2 comentarios

El libanés 24/03/2013 - 21:33

Aupa esos granizados de limoncello. Disfrutar y buena ruta bikote…

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Julen 28/03/2013 - 18:29

Disfrutamos, disfrutamos 🙂

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