Arizmendiarrieta y Porter, valor compartido y cooperativismo

by Julen

Arizmendiarrieta-PorterJon Emaldi, responsable de calidad y modelo de gestión en Caja Laboral, publica en TU Lankide un artículo que titula: Crear valor compartido, un concepto cooperativista (estará disponible en breve en pdf). En un par de páginas enlaza la idea que Michael Porter desarrolló en su famoso artículo en la revista de Harvard Business Creating Shared Value (acceso de pago), esto es, que «la empresa tiene que responder también a las expectativas de otros colectivos y no solo satisfacer las demandas del grupo de los accionistas o propietarios», con las tesis de José M. Arizmendierrieta, fundador del movimiento de las cooperativas de Mondragón sobre el valor soberano del trabajo en sí mismo no supeditado al capital.

Porter es un tipo que aquí en esta parte del sur de Islandia trabajó para el Gobierno Vasco hace ya 30 años y que cimentó lo que hoy en día es el modelo de clústers. La política industrial sigue en buena parte esa ordenación sectorial y se apoya en actividades que pretenden impulsar la actividad empresarial desde una perspectiva de colaboración e implicación por organizaciones que comparten un mercado. Algo así como «mejor juntos que no cada uno por su parte». Luego la realidad es la que es y hay de todo, me temo.

El artículo de Jon Emaldi hurga en la cuestión social de la empresa. Citando a Porter reconoce «la desconfianza y la falta total de credibilidad que tiene hoy la actividad de las empresas, hasta el punto de reconocerlas como causa de problemas sociales y medioambientales, pero también generadoras de falta de eficiencias económicas». De ahí que parezca necesario buscar vías alternativas a buena parte de lo que ofrecen hoy en día las empresas habituales. Puede que eso sea un cuarto sector, una profunda apuesta por la responsabilidad social corporativa o por modelos como B-Corporation o el que nosotros proponemos de empresa abierta.

De todas formas, he de decir que me ha llamado la atención que Emaldi reconoce en la propuesta de Porter un modelo de «empresa abierta». No tanto siguiendo nuestra propuesta académica, sino más bien en un sentido «evidente». Cuando habla de «abierta» lo circunscribe a tres aspectos concretos pero muy significativos desde mi punto de vista:

  • Aparecen oportunidades de nuevos productos y nuevos nichos de mercado.
  • Se redefine la productividad a lo largo de toda la cadena de valor.
  • Resurge la importancia de los clústeres de desarrollo local.

 

 

Lo que se propone es una especie de «socialización» de la actividad empresarial en un sentido profundo. Esto ha sido un rasgo distintivo de las cooperativas de Mondragón desde siempre: su conexión con el entorno cercano al que tratan de aportar una alternativa económica sobre la base de un modelo empresarial que se rige, en esencia, por el principio de una persona, un voto. Por supuesto que tras el estallido inicial de la cooperativa luego sus vericuetos de gestión la conducirán por caminos difíciles de predecir y a veces hasta de explicar en términos de democracia económica. Pero eso es otra cosa.

Alrededor de todo esto, desde la perspectiva cooperativa, surge la duda de hasta qué punto de verdad se está creando valor compartido: «si somos o no destacados en los procesos de optimización de la producción apoyándonos en otras empresas y en proveedores, o en la búsqueda de innovación y mercados emergentes por la sensibilidad social o medioambiental de los clientes». Este asunto de la colaboración entre empresas (intercooperación en términos de MONDRAGON y a lo que se dedica el último monográfico de TU Lankide) es uno de los que siempre preocupa. La habitual colaboración «hacia dentro» en el modelo cooperativo de Mondragón no siempre va en consonancia con la colaboración entre cooperativas. No sé, quizá Openbasque pueda aportar algunas sugerencias en este sentido al plantear diferentes escenarios en que llevarlo a cabo.

Por último, no quería tampoco dejar pasar la oportunidad de citar aquí el detalle que hace unos días tuvo Javi Marcos, director de la revista. Me llamó por teléfono para informarme de que habían decidido cambiar la licencia del sitio de la revista TU Lankide después de que escribiera aquí en este blog el artículo TU Lankide y la difusión del cooperativismo. Ahora luce una licencia Creative Commons BY-SA. Alegría que me da 😉

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4 comentarios

Alfonso Vázquez 13/03/2013 - 17:17

Jo, Julen, una comparación muy forzada de mi viejo (por años de distancia, no de edad) compañero Jon Emaldi. A diferencia de los Mintzberg, Peters, o cierto Hamel, Porter no se preocupó nunca de las organizaciones y relaciones internas de las empresas (del tabajo, vamos), sino de las relaciones de poder en el juego competitivo entre empresas, sectores o países, aunque en los últimos años realiza algunas aportaciones (hacia el 96), para integrar la idea de conocimiento en sus elaboraciones. Con ello no quiero ni menospreciar sus elaboraciones ni apuntarme a las elaboraciones de otros…
El planteamiento de la primacía del trabajo sobre el capital de Arizmendarrieta no tiene ningún paralelismo en Porter (ni en Hamel…), pero bueno, cosas veredes…
Por otro lado, muy de acuerdo con las incógnitas que propones en tu artículo, bienvenido sea su debate…

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Julen 14/03/2013 - 07:08

Seguramente que una corriente de fondo donde los «gurús» tienen que reciclar su mensaje a «social» porque lo que defendieron como «management» en sus días ha acabado desprestigiado a luz de los desmanes que grandes corporaciones han cometido. No sé si Porter puede ser uno de ellos. Lo que sí me parece interesante es que más y más gente mira hacia una cierta humanización de las empresas. Ya, claro, es que hoy me he levantado optimista. Déjame por un día, ¿vale? 😉

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Juanjo Brizuela 14/03/2013 - 07:53

Me gusta leer esta idea porque además creo que el mundo cooperativo es quien más credibilidad y legitimidad tiene para realizarlo, por la propia filosofía coopertiva.
LLevo tiempo dando vueltas a eso de «lo social» (en cocnreto de marcas sociales) como una parte de las estrategias corporativas de tomar la sociedad como fin y también como «herramienta» para establecer una relación más estable. Elevar el nivel de mercado para llevarlo a la sociedad. A partir de ahí y de queé y cómo hacer, no cabe duda de que el modelo de empresa abierta podría favorecerlo aún más.
Y qué bien lo de Javi. Estaba claro que lo iba a hacer. 😉

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Julen 19/03/2013 - 05:52

Juanjo, lo social formó parte de la identidad de las cooperativas. Hay que ver cómo encara los tiempos actuales. El mercado aprieta y la tensión entre lo social y lo económico tiene ahora su gran reto. Estaremos atentos a las pantallas 😉

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