Garabato

by Julen

dibu_2La mano se mueve. El bolígrafo con ella. Movimientos para los que parece huir el sentido. El dibujo se retuerce mientras las líneas juegan a proyectar algo que en ese momento sucede. La conexión es compleja pero por algún lado la hay. Las líneas evidencian esa parte que se separa de ti. Un trazo al que sigue otro.

¿Quién gobierna? ¿Por qué esa apariencia? ¿Qué quiere significar? Pero el caso es que… es lo que es. Proyecta un instante, atrapa las sensaciones que desparrama el pensamiento. Asaltado por un cierto caos, se despeña por toda la hoja. Va y viene, continúa la fiesta. Se repite. O no. Se combina. O no. El dibujo crece y recrea el sinsentido. Un garabato como tantos otros.

Y se detiene. Una cierta paz que no es tal. La hoja en tensa calma. El cielo se abre y un hueco de cielo azul asoma. La mente en blanco. El pulso contenido. El papel espera. El papel desespera. Pero no, falsa sensación. De repente de nuevo explota, primero con un trazo lento, luego otro con más decisión. Al final, llegan más. Y más. El garabato vence la parálisis sin apenas dar opciones. El caos se fuga de nuevo.

Y llega el momento donde parece emerger algo entre tanto trazo amorfo. El pensamiento, la emoción y la acción se proyectan sobre aquella antigua hoja en blanco. Emerge una figura a la espera de bautismo. Sola y única. Diferente. Tan real como lo es tu intuición, ese otro yo que no deja de acompañarte. De esa parte que eres y que te inquieta. Y es entonces cuanto tu terapeuta comienza su trabajo. Dime qué ves ahí.

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