Barreras para la innovación abierta en el sector de automoción

by Julen

Automotive IndustryMuy interesante la breve reflexión que Stefan Lindegaard realizaba hace un tiempo sobre las prácticas de innovación abierta en el sector de automoción: The First Mover Effect in Open / Business Model Innovation, artículo que por cierto publicó originalmente en su sitio 15inno.com. En el fondo la cuestión es el ritmo y la forma en que estas prácticas se incorporan a un sector.

No cabe duda de que existen barreras culturales que continúan actuando como inhibidores para abrir la innovación. Siempre he pensado que automoción es un sector muy regulado tanto desde dentro como desde fuera, con unas fuertes dependencias cliente-proveedor que condicionan mucho una visión más amplia. Además, se rige por sistemas de auditorías, tanto de sistema como de cliente, que provocan un teórico «control del proceso» donde resulta complicado abrir la imaginación a nuevas ideas. Prima la presión por cumplir las especificaciones acordadas en contrato.

En este sentido conviene citar Open Innovation in the Automotive Industry: A Multiple Case-Study. Se trata de un capítulo del libro escrito por Alfredo De Massis, Valentina Lazzarotti, Emanuele Pizzurno y Enrico Salzillo: Management of Technological Innovation in Developing and Developed Countries» publicado en marzo de este año pasado. En él explican los resultados de una investigación que ha mezclado entrevistas con información extraída de fuentes secundarias.

Con esa información han elaborado tres casos, uno de un proveedor italiano cuyo nombre no se indica y otros dos con Bosch y Pininfarina respectivamente. Si nos fijamos en lo que se comenta respecto a las dificultades, son recurrentes las referencias a los desacuerdos entre cliente-proveedor, sean por precios o por especificaciones no bien aclaradas. En el caso concreto de Pininfarina se aportan datos incluso de desacuerdos importantes que se tradujeron en recursos legales para exigir importantes cantidades de dinero como forma de resarcirse entre las partes en conflicto.

En general, es curioso observar la desconfianza de las partes. Parecería que aunque la lógica impone colaboración para importar ideas de cualquier parte del sector (en su más amplio sentido) luego todo queda condicionado por unas relaciones cliente-proveedor que esclavizan a las partes en contacto. En este sentido, en el modelo OpenBasque ya se ha identificado que los rasgos culturales de las organizaciones condicionan en gran medida lo que se puede hacer o no en innovación abierta. De ahí que haya que evaluar al principio hasta qué punto esas organizaciones son culturalmente abiertas. Ahí es nada.

En el caso de Robert Bosch, por ejemplo, los problemas se refieren además a la ampliación de los plazos inicialmente previstos cuando quienes entran en juego son entidades muy diferentes. Se hace alusión a las diferencias de cultura según países y a la complejidad de trabajar conformando equipos multinacionales. El plazo aprieta y si la innovación abierta exige más tiempo va a ser complicado que cale.

Si bien parece, por tanto, que los tiempos son los que son y que las prácticas de innovación abierta no pueden sino crecer, también parece cierto que las dificultades siguen estando ahí. La necesidad de ampliar competencias aprieta pero hay que hacer trabajo de base para que las partes mejoren su comprensión mutua. No obstante, como se recoge en el epígrafe de conclusiones:

[…] the automotive industry is reported as being trapped by cost and innovation pressure by customers. As a matter of fact, factors such as globalization, technology fusion (i.e. need of integrating different technologies in final product – the car) and technology intensity seem to force companies to search for external sources of knowledge. Main declared goals for collaboration by the respondents are the enlargmente of company’s competence base, the stimlation of creativity and capability of generating new ideas,  the reduction and sharing of risks related to innovation activities and costs of innovation process.

En fin, solo quería dejar unas notas sobre este mundo de la automoción que me tocó vivir durante seis años. Por cierto, como siempre, ejemplos de prácticas de innovación abierta en automoción haberlas haylas:

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9 comentarios

Isabel 10/01/2013 - 08:53

En el segundo párrafo defines lo que también fue mi experiencia directa aquí en los noventa con varias empresas en torno a Citroen. Cuando las empresas auxiliares se fueron poniendo las pilas afloró mucha capacidad de innovación pero parte de ella dependía de una cooperación difícil de conseguir. Fueron curiosos los efectos de la asimetría de la información con respecto al cliente principal, Citroen, pero las que en principio se beneficiaban de esta asimetría son las que más atadas quedaron a la relación tradicional mientras que otras se enfocaron en diversificar esa capacidad de innovación hacia otros sectores y consiguieron un grado de internacionalización interesante y bastante sólido.

Es cierto que no sé cómo están ahora. Por otra parte, el sector en general tiene importantes retos de innovación con respecto a sostenibilidad y las crisis de consumo.

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Julen 14/01/2013 - 06:04

Yo, Isabel, por lo que hablo con colegas de empresas de automoción, creo que lo que describes sigue siendo así. El fantasma de la sobrecapacidad instalada sobrevuela todo. Información -no compartida- ha sido, es y sigue siendo poder en este sector, me temo.

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Yuri 10/01/2013 - 22:47

Hola, Julen.

Con este título y contenido… me veo obligada a comentar 🙂

Hay una cosa que discrepo sutilmente. Hablas de «desconfianza de las partes».

Lo que he visto, he oído y sigo viendo-oyendo…. es más «lucha por poder de control».
Entiendo que bajo «control» está la connotación de «desconfianza»… pero no es que no pase una u otra información por desconfiar de que use mal… sino que el hecho de hacerlo, perdemos argumentos de negociación y de defensa… sobre todo en las ofertas. Porque es un mundo de Océano Rojo. Con los nuevos productos, tecnología y materiales… el ‘Tono Azul’ dura muy pero muy corto en tiempo. Y la velocidad de innovación es muy lento y caro (aunque hablemos de prototipado rápido).

En la fase de diseño puede ser (y lo es) muy colaborativo. Eso sí, depende mucho del cliente y tipo de producto, claro. Realmente hay una relación multinivel con los clientes, no solo la parte operativa sino en el momento de desarrollar o resolver problemas. Actividad Workshop es muy propio de sector. Y cabe destacar que la relación proveedor-cliente, normalmente es a largo. De ahí que una vez que formas parte de su cuadro de proveedores… no hay desconfianza en ninguna parte. El cliente necesita confiar en proveedores… porque si no es así, cambias del proveedor. Y el proveedor necesita confiar en el cliente, porque si desconfiamos, trasmitimos la desconfianza.

Lo que no hay que negar es que el conocimiento tecnológico tiene mucho valor. De ahí que cuesta marcar reglas para una innovación abierta. Eso es cierto. Por eso, la gran potencialidad que habría de realizar una Co-Innovación entre partes afectados cuesta muchísimo. El que llega primero puede convertir en prescriptor del mercado… al menos los primeros años.

De modo que… Barreras para innovar, puede que se pueda minimizar si contásemos con personas capaces de definir y orquestar los derechos y protección de conocimientos. Igual, de CC hay que hacer una adaptación específica para este sector. Dejo lanzada una idea 🙂

Un abrazo.

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Julen 14/01/2013 - 05:57

Yuri, gracias por matizar, que siempre viene bien. La conexión multinivel siempre la veo como una conexión a través de tubos donde apenas hay comunicación de unos con otros. El ejemplo más típico siempre pensé que era el de calidad. Calidad cliente con calidad proveedor, un mundo en el que esas dos partes manejan sus propios rituales, sus estándares, sus normas. Todo regulado… por si acaso. Luego seguro que esas partes humanizan la relación debido a que el contacto hace el cariño. Pero el sistema es el que es. Un mercado de competencia muy dura donde si puedes al enemigo ni agua.

No sé si es desconfianza. Yo sigo pensando que está en la base del sistema. Aunque haya dependencia mutua siempre se hace alusión a ser el mejor, la excelencia y todo eso. Si no lo eres, siempre tendré un proveedor alternativo. O aceptar mis condiciones o no estás en el mercado. Quizá con los constructores japoneses pudo ser diferente, pero las actividades compartidas de mejora de procesos entre cliente y proveedor viven bajo la presión de reducir costes todo el tiempo.

Es como si fuera un escenario donde la libertad de actores y actrices estuviera muy limitada por una dirección de escena que no da pie a que prime la expresividad potencial que atesoran las partes, ¿no?

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mecánica automotriz 19/01/2013 - 17:08

Hola a todos. No he trabajado nunca dentro del sector, pero recuerdo que hace poco se publicó un infografía sobre las relaciones de las marcas de automóviles entre sí y me quede alucinada de la cantidad de componentes que compartían, por lo tanto no pensaba que la competencia fuera tan dura.

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“Les estoy llamando ineptos a la cara” | enPalabras 24/01/2013 - 12:48

[…] Reflexionaba Julen sobre el potencial de la innovación abierta en el sector de la automoción y señalaba como principales dificultades las barreras culturales y el exceso de regulación interna y externa. Aunque hace tiempo que no trabajo directamente con este sector, entre la conversación generada en su blog y el caso Barreiros me han saltado algunas cuestiones: […]

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Nekane 07/02/2013 - 00:38

Hola Julen!

Lo que comentas no me extraña, pero creo que hablando de innovación abierta, y poniendo casos tan marcados de relación cliente-proveedor, no se coge el punto del asunto. Bosch es el Tier1 más grande del mundo, y Pininfarina es algo más parecido a un OEM. En estos casos no se va a poder dar un entorno propicio para la innovación abierta, porque lo que los proveedores están desarrollando es el producto del cliente, en vez de compartir conocimiento y aprovechar sinergias durante el propio proceso de innovación.

En mi opinión, que fluya la innovación abierta en una relación donde el cliente está considerando como estratégico el 100% de los resultados, y no está dispuesto a aportar nada más allá de los requisitos técnicos y funcionales del producto, lo veo complicado. Aunque tampoco me he leído el estudio (lo intento descargar del enlace, pero me da error) y no sé exactamente cuáles eran las circunstancias. Pero por lo que dices, primaba más el guardar y proteger que el compartir. Así, obviamente, la cosa no funciona.

La innovación abierta, de nuevo en mi opinión, es más fácil que surja entre iguales o entre empresas sin conexión sectorial. En los casos de desarrollos conjuntos para clientes, yo hablaría de innovación cooperativa, más que de innovación abierta.

Y hablando de innovación abierta y del sector de automoción, tenemos un ejemplo bueno en nuestra tierra que deberías ponerlo también: el centro de automoción de Amorebieta AIC. Lo de Audi, Cisco y BMW está bien (ojo, que éste último es cocreación, no innovación abierta), pero en casa también sabemos hacer bien las cosas. O al menos de vez en cuando 😉

Un saludo

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Julen 15/02/2013 - 08:25

Un gustazo escuchar tu punto de vista. Automoción siempre me ha parecido un sector atrapado por sus propias dinámicas cliente-proveedor, muy lineales y estrechas. Pero es lo que hay. No obstante, a la vez, parece ser un sector donde suceden innovaciones día sí y día también. Y no solo hablo de producto o tecnología sino también de gestión. Una paradoja.
Tomo nota de AIC para conocer algo más lo que se está haciendo ahí.
Ah, y cierto, el enlace estaba mal. Ya lo he corregido. Te dejo aquí el bueno, de todas formas:
Saludos.

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“Les estoy llamando ineptos a la cara” | IG 11/04/2013 - 09:35

[…] también reflexionaba Julen sobre el sector de la automoción, planteando el potencial de la innovación abierta, y señalaba […]

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