La empresa abierta como plataforma

Acabo de leer el artículo de Juan Varela en el que aporta su particular punto de vista respecto a la compra de Lucasfilm por parte de Disney. En él explica cómo Disney dispone de una amplísima plataforma para que contenidos como los aportados por la saga de Star Wars puedan recorrer las diferentes estaciones de todo un ecosistema de negocio. Este concepto, el de ecosistema de negocio, es el que permite sacar partido de la compra de un proyecto en particular, como es el caso de Lucasfilm.

Juan lo desgrana con bastante detalle. Repasa diferentes características de ese ecosistema que es el que permite catalizar el poder de un gran foco de contenido como el de Lucasfilm.

Disney funciona como una plataforma, su otra ventaja respecto a otros grandes estudios y majors. La fortaleza está en el ecosistema de negocio que cada medio crea, con su crecimiento, defensa y ciclo orgánico de la rentabilidad. Disney deja la creatividad en manos de cada una de sus unidades, con independencia para no agotar antes de lo previsto su valor. Separa la explotación comercial, la distribución y el marketing de los contenidos y la producción.

Por supuesto que en las faraónicas dimensiones en que se mueve Disney las cifras enseguida provocan dolores de cabeza, pero el concepto de «plataforma» o «ecosistema» es muy potente para entender la verdadera naturaleza de una empresa abierta hoy en día. Aunque tratemos de definirla como un medio para resolver problemas y la llenemos de propósito, haciendo que se abra de forma natural a todos los agentes implicados en la resolución del asunto, no cabe duda de que convertirla en una plataforma es fundamental.

No se trata tanto de que sepa hacer bien algo sino de que sea útil y de que haya acertado en convertirse en catalizador de nuevas posibilidades. Muchas veces sabemos cómo empieza algo pero es complicado adivinar cómo va a evolucionar. Sin embargo, sabemos que, en efecto, la clave del éxito puede estar en ¡saber evolucionar! Así que conviene ponerse manos a la obra y diseñar un artefacto que evolucione de forma natural. Esta es la idea de la empresa abierta como plataforma.

Así entendida, la empresa se convierte en herramienta para continuar resolviendo problemas (si lo leemos desde el sentido de propósito) o para incorporar tanto pequeñas mejoras como innovaciones radicales. «Al servicio de» podría ser una manera de comprenderla. Es un artefacto que está al servicio de personas y que pudiera dar cabida a proyectos personales que sean capaces de atraer atención de terceras partes. Es aquella otra idea de la empresa como contenedor de proyectos personales que opera más en un ecosistema que en un mercado.

Disney es un monstruo por su tamaño. Pero Juan nos proporciona una pista interesante para quienes somos pequeños: ¿qué ecosistema hemos creado (o cuál es el ecosistema en que nos movemos) para co-evolucionar con los tiempos? Hace falta mirar fuera de la caja para descubrirlo. Hay que tomar distancia respecto a los hechos del día a día.

En fin, si ya argumentamos en su momento que el mismo curso de empresa abierta era en realidad una plataforma, esta misma idea, en otro plano, nos sigue sirviendo para encontrar la competitividad de una empresa abierta en su sentido más amplio. Empresa abierta como catalizador, como ecosistema, como plataforma, como medio, como soporte para que ideas y proyectos puedan hacerse realidad y ser competitivos en estos complicados tiempos que corren.