Epidemia de aprendizaje de mínimos

by Julen

Da pereza?Lo pasé bien ayer en clase con la cuadrilla de leinners de último curso. Gente seria y con proyectos entre manos. Se ve que los años no pasan en balde 😉

Como siempre, teníamos un plan. Bueno, en parte lo cumplimos y en parte no. ¿Por qué en parte no? Porque pasó lo que tantas y tantas veces. Empiezas a recular cuando das por supuestas cosas que no deberías ¡¡nunca!! dar por supuestas. Aitor Bediaga estaría orgulloso de mí: llegué a explicar cómo hacer un índice automático en Word. Y me explico sobre por qué pasó esto.

Cuando hablamos de cómo abordar la presencia de una empresa en Internet -de eso iba la sesión- manejamos un esquema que ya hemos explicado por aquí. Siempre empezamos por tratar de pisar la realidad. Como quiera que pedir es gratis en Internet, muchas empresas desean el oro y el moro, pero… ¿con qué recursos y capacidades van a mantener esa presencia en Internet? Quienes actuamos como proveedores de ellas podemos proponer dos tácticas:

  1. Te enseño porque luego me marcharé de aquí y tú quedarás con tu negocio. Moraleja: a lo largo del proyecto tienes que aprender las competencias para estar en Internet porque yo no voy a estar contigo toda la vida.
  2. No te preocupes, puedo ser tu proveedor de toda la vida. Eso sí, ya estamos hablando del contrato de «mantenimiento»: cada mes me vas a soltar pasta.

Nosotros siempre vamos por la primera de las vías. Eso quiere decir que al principio del proyecto, cuando sondeas qué competencias tienen las personas de una empresa respecto a las tecnologías, ya te das cuenta de si vas a poder apostar fuerte o si te entran sudores fríos por las escasas habilidades que descubres en las personas que allí trabajan.

El problema, tan extendido que es ya una epidemia, tiene que ver con el aprendizaje de mínimos. Pongamos por caso el correo electrónico con gmail: ¿filtros?, ¿etiquetas?, ¿personalización con funcionalidades de labs?, ¿gestión de varias cuentas? Ah…, pero ¿eso se puede hacer? Pongamos el caso de google drive: ¿carpetas?, ¿colores?, ¿índices automáticos en documentos usando estilos?, ¿revisión de cambios? Ah…, pero ¿eso se puede hacer? No tenía ni idea.

¿Para qué usar las herramientas «en profundidad» cuando se pueden usar sobre la base de saber sólo una mínima parte de lo que ofrecen? Claro, pereza. Ya lo entiendo. Es lo que pasa cada día que llueve y piensas en coger la bici. Pero espero que no llueva todos los días. El problema es cuando todos los días tienes que usar herramientas que te hacen… ¡¡¡perder el tiempo porque no las usas bien!!! Y esto me recuerda el cuento de aquel viejo leñador:

Hubo una vez un leñador que pasaba horas y horas, miles de horas, cortando los árboles de su pinar con una sierra que de tanto usarla apenas cortaba nada. Un día, un vecino se le acercó y al observar el enorme esfuerzo que hacía el leñador le propuso que parase un momento a descansar y afilar la sierra. El leñador, indignado, le preguntó si acaso no había visto toda la tarea que le quedaba aún por hacer. ¡Cómo iba a parar! Le contestó que no tenía tiempo.

Y así nos va, claro. Como siempre, hay que empezar por el principio: Esto es un balón.

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5 comentarios

Raúl Hernández González 21/11/2012 - 07:48

También es una cuestión que podría enfocarse desde el punto de vista paretiano. Aprendes a hacer lo que te soluciona el trabajo el 80% de las veces. Sin embargo, aprender (al nivel «interiorizar») lo que te soluciona ese 20% (lo que sólo te supone una molestia de guindas a brevas) restante te implica una dedicación/esfuerzo marginal muy grande… que no compensa.

Creo que en ese sentido el aprendizaje es bastante orgánico. Uno aprende cuando algo «le pica». Si yo veo que estoy perdiendo el tiempo (MI tiempo, eso es importante) haciendo una determinada cosa, y pienso «coño, esto debería poder hacerse mejor», entonces es cuando me pongo a buscar cómo hacerlo efectivamente mejor, y entonces es cuando lo incorporo a mi «bolsa de trucos». Si no «me pica» (porque es algo que nunca me he planteado hacer, o es algo que veo que hay que hacer de forma ocasional), no voy a dedicar ningún esfuerzo.

Por otro lado, en este sentido también es muy importante tener contacto con otros, nutrirse del conocimiento ajeno. No un contacto formal (del tipo «vengo a que me enseñes cómo haces esto»), sino del informal, de ése que te permite un día descubrir, mientras estás a otra cosa, que fulano hace tal o cual de una forma que no imaginabas. Y en ese momento se te enciende la lucecita y piensas «coño, qué bien me vendría esto, nunca lo habría pensado, voy a investigar».

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Julen 21/11/2012 - 09:06

Creo entenderte, pero el asunto es que cuando te quedas en la superficie de algo que va a ser de uso habitual, la probabilidad de que se te vaya un tiempo excesivo es muy alta, ¿no?

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Paz Domínguez Ara 21/11/2012 - 13:18

No sabes cuanto te entiendo ;(

En uno de mis últimos talleres, redes sociales y administración pública, me preparé una batería potente de actividades con herramientas 2.0, monitorización, social bro, hotsuite, wiki incluida con todos los contenidos…

Acabé explicando como compartir un documento con google drive. La frase que más escuché fue: » ¿Eso se puede hacer? ains

Como quieren comunicar en red si no saben trabajar en red.

Como decía un viejo amigo: «queda mucha faena»

Un abrazo
Paz

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Guillermo 21/11/2012 - 14:43

Como anillo al dedo me viene esta reflexión. Tengo «una clienta» con la que llevo tiempo trabajando para que aprenda algo y disfrute de todas las bondades que ofrece Internet. No sólo es buscar en google, Internet llega y puede llegar mucho más allá. He intentado que empiece controlando su correo y que al menos todo lo que llega y no vale, que es mucho, lo mande a la papelera; que lleve su trabajo de escritorio a googledrive o a dropbox, al que quiera (y ahí está como dice Paz en el ¿eso se puede hacer?; incluso llegó a abrir un blog,…,, pero…; hace dos días me dijo que se iba a abrir una cuenta de twitter y ayer que se pone con youtube.

Queda mucha faena por hacer y para empezar la faena, hay que dejar a la pereza en el sofá viendo la tele e invertir algo de tiempo, porque estas herramientas son gratis.

De todos modos la resistencia al cambio siempre está y cuando a la que intentas hacer cambiar es a «tu propia mujer», la resistencia se multiplica.

Bueno Julen le mando tu reflexión, espero que la lea y bueno ya si te hace caso…,

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Julen 26/11/2012 - 06:29

Pau, Guillermo, como comentáis, «hay mucha faena» aunque desde luego que si se despierta el interés en quienes tienen que aprender…

Claro que las sensibilidades son diferentes. Hay gente que «siente» que tiene que gestionar mejor su información en los diferentes soportes digitales y quienes se conforman con lo básico. No sé, quizá no deberíamos presionar y reconocer que hay diferentes intereses y que es lógico que sea así.

No sé, no me queda claro. Eso sí, es una lástima ver cómo la gente tarda más en hacer las cosas y hasta se desespera porque no saben cómo manejar las herramientas.

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