Empresa social, ¿estamos ante un oxímoron?

by Julen

oxímoronEn nuestro curso para crear empresas abiertas ha surgido un debate interesante sobre qué cosa es eso de la empresa social. Hace ya tiempo que el adjetivo «social» se viene pegando a las nuevas iniciativas empresariales como forma de ¿hacerlas competitivas? Sea como fuera, el caso es que la moda ha llegado y como la línea dura del beneficio económico no vende por sí sola, pues he aquí que lo social parece condición necesaria de la fórmula del éxito empresarial. Hasta parece que Cristiano Ronaldo anda en ello, según veía ayer en un informativo de televisión.

En línea con el capitalismo cognitivo las nuevas empresas no recurren a modelos planos. Se introducen por los resquicios de una sociedad compleja y hurgan en la búsqueda de un nuevo significado que las alimente mejor. Su combustible no viene solo de su red de proveedores, excelencia en la gestión o competencias nucleares bien trabajadas. No, eso fue en el pasado. Ahora se alimentan de problemas sin resolver (o de que eso nos parezca). El emprendizaje social explota lo que la iniciativa pública no es capaz de resolver.

Andoni Lastra, de Vaivata, uno de los alumnos de nuestro curso, ha iniciado la conversación. Él participa en el i-talde de emprendizaje social que Innobasque tiene en marcha. Allí se han trabajado una primera propuesta de «empresa social». Eso sí, nos comentan que la circunscriben a un ámbito local y que por tanto no habría que mirarla con ojos globalizadores. Entre otras cosas nos dicen:

Para los miembros del i-talde una Empresa Social sería aquella empresa cuyo objetivo principal es responder a necesidades sociales de las personas y crear valor social, en vez de maximizar el lucro.

A partir de esta primera definición desgranan una serie de criterios, que tienen que ver con: la motivación de quien emprende, el tipo de actividad de la empresa y su impacto social, el modelo de negocio, la distribución de beneficios, el modelo organizativo y su capital social y, por fin, la percepción que la comunidad tiene respecto a la propia empresa. Desde luego que es de agradecer el intento. La materia es escurridiza y en el mismo cesto conviven muy diferentes colores, formas e intenciones.

Quizá en vez de empresas sociales o no sociales, en vez de una aproximación digital clásica en términos de unos y ceros, convenga una visión analógica, donde hay empresas y organizaciones más o menos sociales. Es decir, que parece más lógico establecer un continuo donde hay diferentes posiciones que no dos extremos donde o eres o no eres. Porque en el extremo, la «empresa social» pura, para mí, es un sinsentido. ¿O no lo ves así?

Seguimos enredados en un buen jaleo, como ya aprendimos en su día con la investigación de cuarto sector en la que participamos. Parece evidente que hay acuerdo en unas ideas de fondo, pero que de ahí seamos capaces de establecer categorías bien definidas para lo que es o no una empresa social…

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7 comentarios

Isabel 07/11/2012 - 09:33

Pongo muchos peros a cualquier intento de definición que sólo busque delimitar, creo que es más importante ir a las causas de fondo de la contradicción. ¿Puede la economía no ser social? La respuesta obvia es que sí pero es (casi) lo mismo que si preguntamos ¿puede una persona tirarse por un barranco?

Sigo con atención el tema y sé como lo abordas desde distintos ángulos porque también es algo que está en el fondo (y en la superficie) de muchas de mis reflexiones. Creo debemos ampliar y reconducir el concepto de mercado y que definirnos por oposición sólo lleva a reforzar lo dominante.

Por otro lado, en la definición que enlazas echo en falta la cruda realidad, no sólo se puede hablar de lo que suena bien como lo de “repartir beneficios” porque el dejar claro que no pueden mantenerse sólo con subvenciones y/o donaciones implica, claramente, que hay que vender (dejémonos de eufemismos). Porque si todos los servicios van a ser pagados por subvenciones que reciban otros es una forma encubierta de lo que se pretende evitar. Pura distorsión entonces.

Y también me pregunto por qué no se dice que en el reparto entran las responsabilidades sobre lo pueda ir mal y las pérdidas, algo que tal y como están las cosas, hay que tener en cuenta.

Tampoco veo necesidad de censurar la palabra “beneficios” y no sólo porque es un concepto más amplio que el dinero sino porque lo realmente importante es lo que se hace (y lo que se puede hacer) con él. Y no hay que olvidar que la escalabilidad también está en la globalización de lo local, sea un producto o una buena práctica replicable.

Estoy de acuerdo, el tema es escurridizo y hay mucho de moda. Siento la extensión, suelo ser breve comentando.

Saludos.

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Josune 08/11/2012 - 09:45

Como en cualquier cambio, y éste no va a ser diferente… surgen resistencias. Desde mi punto de vista se trata más bien de que las empresas sean más sociales.
No se trata de cambiar de un paradigma a otro, sino integrar todo lo aprendido en cada uno de los modelos por los que la organización ha pasado (el técnico, el culturar, el socio-crítico…), es decir, no sólo tomando en cuenta aspectos objetivos como pudieran ser metas, estructuras, actividades, productos, resultados, superavits… sino también otros más subjetivos que incluyen valores, principios, significados de las personas y de la organización, actitudes … es lo que se llama hoy cultura organizacional. Es importante en este sentido compartir tanto los objetivos (organización-personas) como los beneficios de tal manera que empresa y empleados vayan en una misma dirección en concordancia con valores, actitudes, motivaciones, satisfacciones …. ¿suena a utopía?

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Jorge 11/11/2012 - 10:21

Hola
Pues yo creo que introducir la pregunta en clave de la figura literaria del oximoron es muy pertinente pues nos ayuda en la reflexión sobre lo que es empresa y lo que es social.
Yo creo que algunos intentos de categorizar son interesantes por el proceso de aprendizaje que generan ….el límite del esfuerzo lo encontraremos en la respuesta a la pregunta ¿para qué?.
Yo creo compartir con vosotros que las empresas producen mas resultados que los beneficios económicos…..los autores del Modelo EFQM ya propusieron a primeros de los 80 que una organziación produce resultados; en las personas a las que presta un servicio, en las personas de la organización y en la sociedad en la que operan….aunque, como estos resultados se interpreten hay asu vez gran variedad de empresas.
Un saludo
Jorge

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Alberto Bokos 15/11/2012 - 22:45

Por aquí (Cultural Enterprise Office, de Escocia) dan algunas pistas. Conviene mirarse los enlaces.
http://bit.ly/UsLNFJ

Saludos

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Julen 26/11/2012 - 06:47

En gran parte es cuestión de moda, no tengo duda. Pero también parece lógica la pelea por hacer compatible la sostenibilidad económica y el sentido social. Sin embargo, cuando se trata de maximizar beneficios económicos, adiós al invento.
Isabel, es complejo y escurridizo, no cabe la menor duda.
Y, desde luego, como dice Josune, puede sonar a utopía si tratas de maximizar. O a lo mejor, se trata, sin más, de otra cosa que no puede llevar la palabra «empresa» pegada en su definición.
Seguirán los ríos de tinta y de enlaces… como nos aporta Alberto 😉

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