Conciencia

by Julen

Noche de lluvia en ZGZQuieto, muy quieto. La balda toda para él. Inclinado hacia la izquierda, parece ajeno a su destino. El libro sigue allí. Cualquiera sabe cómo llegó. Su viaje vital hasta esa estantería ha quedado sepultado por otros recuerdos. Mientras, no cabe duda, su presencia es anómala. Por único.

Ni arriba ni abajo aparecen congéneres. Por alguna razón está solo. «Conciencia» dice su lomo. Resignado, acepta su degradación. El tiempo le ha enseñado que nadie lo abrirá. Sus páginas han quedado mudas. Tanto hace que ninguna mirada se fijó en ellas que las palabras han resbalado y se han despeñado por el precipicio del olvido. El libro reducido a un libro. En blanco.

Perdió la batalla de la identidad. «Conciencia» que se desdibujó al pasar los días. Perdido el contacto con el género humano, allá en la balda encontró una prisión en la que sentirse seguro. No le haría falta más. La soledad por compañía y unas asumibles dosis de polvo amigo. Allí día tras día. Ciego, mudo y sordo. Aislado en su querida celda de castigo.

Mañana será igual. Allí arriba. Solo de vez en cuando la angustia de pensar que unas manos pudieran asesinarlo. ¿Por qué? Se ha independizado y ha aceptado el voto de silencio. En clausura, sin contacto con el exterior. Es su forma de resistir. Abandonado a su suerte, la acepta con la certeza de saber que algún día perderá la conciencia.

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