Y el correo electrónico seguía sin morir

Mira que levamos años escuchando eso de que el correo electrónico tiene los días contados. El caso es que pasan los días y la bandeja del correo rebosa. Sea de asuntos de interés o de continuas avalanchas de mensajes procedentes de las mil y una listas en las que nos han cazado. Así que el correo electrónico iba a morir, ¿no? Pues no será en mi caso. Y si alguien anda cerca de ver cómo fenece, que me lo comente para que lo trate como ser único y especial 😉

Yo utilizo gmail desde hace años. Debo decir que no he tenido mayores problemas. Supongo que Google sabe que tiene en sus manos a una ingente cantidad de personas como para permitirse el lujo de que algo casque. Porque… ¿qué pasa si el correo se viene abajo? Yo que tú por si acaso echaba un vistazo a alguna de estas dos opciones que nos comentan en Genbeta para respaldar tus correos, por ejemplo. Solo por preguntar: ¿alguien en la sala hace copia de seguridad de su correo? Vale, vale, que cada cual decida.

Otro asunto es cómo de eficiente eres usando tu gestor de correo. En mi caso, con gmail, siempre que puedo buceo en extensiones y funcionalidades que me hagan sentir que lo manejo con agilidad. A fin de cuentas, en mis rutinas tecnológicas el correo se lleva la mayor parte. Aún no soy de ese tipo de gente que -dicen- pasa la mayor parte del tiempo en las redes sociales. Como bien sabéis, me tengo por carca y dinosaurio. Lo reconozco: mi herramienta de contacto principal con el mundo que me rodea es ¡el correo electrónico! Bueno, y Twitter. De acuerdo.

Así que si miro a la forma en que uso el correo, ¿qué utilidades me parece que tienen valor de entre las que ofrece gmail o de las que pueden obtenerse con funcionalidades añadidas? Sin ser muy concienzudo, sí que me permito recomendar estas:

• el uso inteligente de etiquetas, incluyendo las anidadas para tener una visión rápida y completa del correo que manejo
• relacionado con lo anterior, el uso de filtros para clasificar de forma automática el correo
• la gestión de varias cuentas de correo en una sola (por ejemplo la de gmail en mi caso) con reenvíos automáticos de las otras cuentas a la de gmail para centralizar la gestión del correo en un solo lugar pero diferenciando mediante etiquetas su procedencia
• la inserción de una firma en la que incluir información de interés sin saturar (en mi caso uso wisestamp, que permite incluir iconos que enlazan a tus identidades digitales
• el uso de combinaciones de teclas abreviadas para hacer más rápido lo habitual que, por cierto, puedes personalizar en la pestaña de labs de la configuración del correo
• la posibilidad de deshacer el envío durante unos cuantos segundos después de haberlo remitido (la de «cagadas» que me ha evitado esta funcionalidad), opción que puedes encontrar en la sección de labs
• habilitar la sugerencia de direcciones en función de a quién estás enviando el correo para que te añada a esas otras personas a las que también sueles dirigirlo

En fin, como decía, no voy a ser exhaustivo, pero sí que estos ejemplos pueden servirte para que te mires un poco hacia dentro y analices si estás usando bien el correo. Claro que si estás entre quienes lo están dejando, me callo. Pero… de veras ¿lo estás dejando?