El lío de las identidades ante Google

Somos muchas las personas que antes de que una organización nos asignara una cuenta de Google ya disponíamos de una, personal y creada «desde mi responsabilidad». Pero cuando tu organización decide, por ejemplo, entrar en el universo Google, a día de hoy creo que nos estamos metiendo en un cierto lío. Va a suponer que tienes, al menos, dos identidades ante Google, la tuya original y una nueva de carácter profesional. Y esto tiene su miga tal como están ahora los servicios. Pongo un ejemplo para que nos entendamos.

Parece sencillo comprender que si no quieres fundir en una sola bandeja de entrada tus dos cuentas de correo,  esto provoque que, como es evidente, tengas dos bandejas de entrada. Puede que no te interese que todo tu correo personal se derive a la cuenta de Google que te han asignado en el trabajo. Bien, es un poco lío, pero no pasa nada, puedes mantener esas dos identidades ante gmail. Para ello, puede ser útil que habilites la gestión de varias cuentas en la configuración de Google.

Pero, ¿qué pasa por ejemplo con los documentos de Google Drive? Si instalas Google Drive vas a disponer de prestaciones interesantes: sobre todo, una copia sincronizada en local. Vamos, calcado a lo que haces con Dropbox. Esa carpeta en local te permite subir archivos arrastrándolos como lo haces habitualmente con tu sistema operativo. Puedes renombrar, cortar, pegar, eliminar archivos viendo cómo todo eso se reproduce en tu entorno web de Google Drive. Peroooo…

Pero resulta que si tienes dos entornos de Google Drive la sincronización solo se puede hacer con una de las cuentas. Vamos, que tienes que elegir. Tienes dos identidades en la nube pero no puedes gestionarlas en local de forma commpleta porque Google a día de hoy no nos da esa alternativa.

Comento lo anterior porque tengo la impresión de que la irrupción de Google en el ámbito profesional genera una duda de cierta relevancia: se instala sobre usuarios que ya lo son… ¡pero a través de una decisión propia y no corporativa! Google no llega sobre un terreno neutro. Lo hace sobre un entorno donde hay muchas personas que ya son usuarias desde su ámbito personal, no profesional (aunque esto es evidente que anda muy mezclado según qué casos).

En fin, que la gestión de identidades ante Google merece una buena pensada. Tanto en la forma en que la gestionas «técnicamente» como en la forma en la gestionas «personalmente».