Eficiencia: esclavos a sus pies

by Julen

Success KidLe escuchaba el otro día en la radio a Fernando Botero hablar del éxito de sus exposiciones. Desde este 8 de octubre y hasta el 20 de enero del año que viene ochenta de sus obras van a estar expuestas en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Éxito que, por supuesto, traducía en número de visitantes. A fin de cuentas es difícil pensar hoy en día en otra medida del éxito de un artista: cuánta gente pasa por aquí, tanto éxito (o fracaso has conseguido). Nada nuevo bajo el sol.

Al mismo tiempo, el próximo 17 de octubre se celebrará también en Bilbao y organizado por Creativity Zentrum, el Day For Failure. Según comentan en su blog, a partir de una iniciativa de la Universidad finlandesa de Aalto, se trata en este caso de ensalzar el error como camino para aprender. Con el típico lenguaje épico de reto, fuerza, ilusión y fuerza de voluntad, el mensaje es claro: intenta, intenta, intenta. Te vas a caer pero hay que levantarse. Nada nuevo bajo el sol, ahora que quienes emprenden pueden convertirse en el nuevo proletariado.

¿Por qué hablo de eficiencia en el título de este post? Porque creo que es la voz de fondo que explica casi todo lo que hacemos (o no hacemos). La vara de medir se convierte en un moderno dios omnipotente, tanto en la tierra como en el cielo. Medir y medir para saber si mereces la pena o si no. Manuel Delgado explicaba en este video que estamos perdiendo la batalla por dejarnos llevar, por aceptar que no hay por qué entenderlo todo, por relajar el grado de ambición de todos nuestros actos.

Parece batalla perdida. Todo se diseña pensando en la eficiencia. El crecimiento emergente de un barrio cae maldito ante la planificación de espacios urbanos diseñados para que sucedan determinadas cosas a determinadas horas en determinados sitios. Se mezcla el contexto y la creación de condiciones para que pasen esas determinadas cosas con otros mecanismos de condicionamiento en función de la recompensa. Una especie de conductismo global, de Walden dos renacido de sus cenizas, más sutil y despiadado.

El mensaje es claro: merece la pena intentarlo… para tener éxito. Si soy un artista llego a la cima por las colas ante mis exposiciones. Si soy emprendedora acepto el fracaso como vía de aprendizaje hasta que me llegue el éxito, diferido y quizá ficticio. Pero éxito. No sé, me cruje el modelo. ¿Siempre fue así? La imperfección, el hacer por hacer, la relajación de no vivir condicionado por la expectativa de éxito… ¿todo esto ha sucumbido en el altar de la eficiencia?

Hace un par de días conversaba con Laura Yago, Marina Blázquez y Mario Hidrobo  sobre los espacios públicos y los privados, sobre la hiperplanificación y cómo y por qué alguien -persona o colectivo- se implica en un proyecto. Fue muy estimulante. Me hizo pensar de nuevo en todo esto de conseguir objetivos, de poner «para qués» antes de cualquier cosa que iniciemos. Demasiada presión autoinfringida, ¿no? Alguien nos ha comido el coco.

Entrevista a Manuel Delgado: «Lo que nos da miedo no es el castigo sino la responsabilidad de ser libres» from La Entrevista del Mes on Vimeo.

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8 comentarios

Daniel - Creativity Zentrum 11/10/2012 - 08:31

Gracias por compartir la noticia del DAY FOR FAILURE que organizaremos en Bilbao. Como bien comentas en este post, la idea es intentarlo tantas veces como cada persona considere dejando de estigmatizar el error.

«intenta, intenta, intenta», esos son los pasos del éxito.

Un saludo,

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Julen 28/10/2012 - 19:42

Espero que fuera todo bien entre tanto «fallo» 🙂

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Carlos 11/10/2012 - 10:20

Recuerdo que me miraban raro cuando en una empresa de automoción les pedía que miraran las «worst practices» (entre ellas Grecia) antes de lanzarse a implantar un poryecto nuevo en España. Y lo argumentaron como «sin duda interesante, pero hay que ser eficientes con el tiempo». El proyecto fue bien con best practices, pero habrían ganado mucho tiempo en la implantación mirando las worst practices.

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Julen 28/10/2012 - 19:43

Carlos, en automoción la cultura del error me parece que no está muy arraigada, creo que es de esos sectores en los que hay mucho afán de perfección.

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Isabel 11/10/2012 - 19:19

Espléndido Manuel Delgado: “Me atrevo a reclamar mi derecho a no entender lo que pasa, a sentirme desconcertado, a renunciar a someterlo a una única explicación…” 🙂

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Julen 28/10/2012 - 19:44

Además, Isabel, desconcertados somos muchos los que andamos así, me temo. Mejor lo aceptamos.

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Jaime Izquierdo 14/10/2012 - 11:22

Hola Julen,

Me ha llamado mucho la atención tu reflexión, pero mucho.

Permíteme compartir aquí dos definiciones que usa mi amigo Vladimir Gómez y que me parecen muy inteligentes: Éxito es tener lo que quieres, y Felicidad es querer lo que tienes. Desde este punto de vista, creo que supeditar la felicidad al éxito es una estupidez, pero… tener anhelos por cumplir y querer luchar por ellos también me parece legítimo. A un artista, ¿cómo no le va a emocionar la cola para ver su exposición? De hecho, si no es por esos anhelos, ¿no se pierde un poco el sentido de la vida? Ojo, que rizando el rizo la tranquilidad de vivir sin la presión a la que nos vemos sometidos también puede ser un precioso anhelo por el que luchar. Y luego hay personas cutres cuyos anhelos se basan en estropear la vida de otros, pero ése es tema para otro debate 🙂

Muchas gracias una vez más por la oportunidad de comentar y un abrazo,

Jaime

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Julen 28/10/2012 - 19:45

Seguramente, Jaime, hay gente que no está tan atada al «éxito» o que al menos no le presta atención. Sin embargo, la presión por tenerlo ahí está. Para bien… y para mal.

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