Productos que mueren

by Julen

12:34, Friday 10th October, 2008Siguiendo con asuntos que me han llamado la atención de este viaje a Estados Unidos, otro bastante triste ha sido observar cómo ciertos productos han muerto. Me refiero a esos que pierden valor ya que pasan al conjunto de «objetos de usar y tirar«. Un ejemplo muy concreto es el de los cubiertos de mesa. Allí eso de que el mejor residuo es el que no se produce ha perdido, me temo que definitivamente, la batalla. Se genera basura de plástico por quintales. Y mira que el plástico pesa poco.

¿Qué sucede con esos productos que mueren porque el consumo los ha desplazado a una esquina? Recuerdo en una gasolinera con bar cómo un abuelo y su nieto intentaban con esfuerzo que sus cuchillos de plástico cortaran un buen pedazo de carne. La escena era un tanto surrealista porque llegué a ver cómo el cuchillo se partía en dos y había que recurrir a ¡otro también de plástico! Y más de lo mismo, claro está.

En el moderno mundo de consumo es evidente que hay objetos que son sacrificados. Y en Estados Unidos, alrededor de la comida, los cubiertos, los vasos, los platos; todo eso ha sido pasto del «usar y tirar». Y algo parecido sucede con esa amplia gama de productos alrededor de la consumición de un café en cualquier Starbucks o similar. Hay «subproductos» que rodean a las estrellas y que pasan a ser chusma de segunda o tercera división. Complicado ser competitivo en ese mercado, desde luego.

Porque la reflexión que me hacía es: ¿qué coste de producción debe tener una cucharilla de plástico?, ¿un tenedor o un cuchillo? No tiene sentido «comprar» ese tipo de producto. Vas, coges los que quieres y tira millas. Los hay disponibles alrededor de cualquier establecimiento que ofrezca comida: sea un supermercado, un Starbucks o ciertos chiringuitos de comida basura. Me imagino, por tanto, las peores condiciones laborales posibles para fabricar un producto a coste casi cero. Ya, soy un mal pensado. Perdón.

Desde luego que la vorágine de consumo genera daños colaterales en forma de producto que «acompaña» a la actividad principal. ¿Cómo recuperar el valor de un producto que pasa a engrosar las listas de lo percibido como accesorio? Buena cuestión. Porque «el negocio» se desplaza hacia otro lado y este tipo de productos hacen falta en el acto de consumo pero haciendo que su coste en lo que se ofrece sea ridículo. Y eso supone entrar en el «usar y tirar».

Ni que decir tiene que da miedo asentar una cultura donde se pierde el valor de un objeto. En vez de reutilizar se impone el uso unitario. Para una única vez o incluso para ninguna vez. Porque hay productos que van directamente a la basura sin haber sido usados. Te los ponen en cualquier compra de comida en un Seven Eleven y a partir de ahí si no los usas… pues a la basura con los restos de la comida.

¿Por aquí va el progreso? ¿Subproductos destinados a la basura sin haber sido siquiera utilizados? Eficiencia sacrificada en los altares de toda una oferta de «experiencias» para el consumidor. Tómate un café, disfruta, relájate leyendo y usando la red wifi. Lo que no sea vital de esa experiencia, es subproducto, es «usar y tirar». Ya, qué cosas. Porque hay buenas razones, incluso, para usar pinzas de madera en vez de pinzas de plástico.

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6 comentarios

alvizlo 11/09/2012 - 09:35

Muy buena reflexión y gracias por el enlace.

Con frecuencia, cuando hablamos de las implicaciones del modelo de consumo de usar y tirar nos quedamos en impactos ambientales que, en el espacio o el tiempo, se nos antojan lejanos y poco trascendentes. Pero, como indicas, tiene consecuencias directas sobre otros aspectos, como la experiencia del usuario que consume un buen trozo de carne, y las condiciones laborales de las personas que trabajan en ese esquema de producción de productos de precio ínfimo y costes globalizados.

Lo grave es que nos estamos acostumbrando a vivir del destello de una estrella que se apagó hace tiempo: somos dependientes de un recurso fósil cuya producción mundial tocó su tope. El petróleo barato se acabó hace tiempo.

Quizá veamos a nuestros nietos buscando en los vertederos esas cucharillas, los guantes de plástico de la gasolinera y otros productos muertos para darles nueva vida en forma de catéteres, jeringuillas, blíster para medicamentos…

Por todo eso, y mucho más, no está de más ir reemplazando las pinzas de plástico por pinzas de madera.

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Julen 12/09/2012 - 06:04

Quizá por eso que comentas conviene manejar información y datos que sirvan a la ciudadanía para tomar conciencia primero del problema real al que nos enfrentamos. Porque con datos todo es más objetivo y ya no es cuestión de «buena voluntad» sino de que «es la única opción lógica», ¿no?

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Iván 11/09/2012 - 16:25

Tristemente es parte de un modelo de sociedad de consumo en la que estamos inmersos. No obstante creo que una cosa de la crisis es que el consumo de productos de segundo mano va a ir en aumento

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Julen 12/09/2012 - 06:05

Pues allá en USA junto a un mercado de segunda mano el consumo exacerbado de productos de usar y tirar es espectacular. Y todo lo asociado a la comida lleva esa impronta de «úsalo y tíralo» 🙁

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Manex 12/09/2012 - 09:26

Un claro y vergonzante ejemplo de la necesidad de «volver a los orígenes» y poner en valor eso que leemos y escuchamos en toda clase de material del «management» aunque, por desgracia, en muchas ocasiones todavía se reduce a una cuestión de marketing: la Responsabilidad Social Corporativa (o individual).

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Julen 15/09/2012 - 07:13

Sí, quizá todos (me incluyo) deberíamos bajar un poco el pistón y no montarnos en el consumo como una salida para hacer que todo siga hacia adelante. En fin, supongo que la RSC tiene un largo trecho por delante.

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