Sofisticación y desmesura en la guerra de los social media

by Julen

Fuerzas Especiales del EjércitoEn el fondo tiene que ver con confundir el fin con los medios. En este caso, claro, los medios sociales. Me recuerda a veces a las conversaciones en materia de calidad entre cliente y proveedor en el sector de automoción. Me refiero a ese tipo de conversaciones de «silo» donde aflora un metalenguaje que solo entienden quienes se dedican en cuerpo y alma a ello. La calidad como un totem sagrado que requiere una especie de subordinación del resto de actividades de la empresa. Pues algo así puede estar ocurriendo con lo de los social media. Perdón, ya sé que merezco varios latigazos.

Ponte tú a explicarle a una persona de bien, con una responsabilidad media en una empresa, qué hay que hacer con los social media. Me temo que tendrás que explicarle:

  • Qué política de utilización de las diversas herramientas de social media aplicas a las personas que trabajan en la empresa… porque parece que no se puede decir cualquier cosa y me tienen que decir qué sí y qué no puedo escribir y, además, cómo debo comportarme en la red de redes.
  • Quiénes se encargan y con qué galones de eso que vendremos en llamar estrategia de social media… que no «estrategia de presencia en Internet». Ahora hay un terreno más profesional donde me explicas que podemos ganar y perder mucho como empresa según lo que hagamos. Ah, ahora entiendo.
  • Cómo distribuiremos el contenido cual martillo pilón: a qué ritmos, a través de qué canales, con qué palabras clave… Vamos, que hay que sistematizar la producción de contenido al milímetro, que para eso tenemos herramientas, ¿no?
  • De qué forma vamos a participar allí donde nos interese porque nos han interpelado, bien en forma de alabanza, de crítica o como simple referencia. El arte de intervenir en la conversación se afina para que digamos lo que hay que decir y como hay que decirlo. Naturalidad elaborada al cien por cien, hermosa paradoja.
  • Cómo vamos a actuar ante una previsible crisis, porque lo de los social media está lleno de trolls en potencia. Bueno, si no son trolls, algo parecido: elementos patógenos que nos quieren hacer daño. Los social media hace tiempo que los carga el diablo y no veas la que nos puede venir encima si no actuamos con diligencia ante la típica crisis en la que  nos están poniendo a caldo.

Por supuesto que todo lo anterior requiere un uso diestro del arsenal de herramientas que el mercado ofrece. Aunque los twitter, facebook o google+ de turno son lo que más resuenan, no te engañes porque la artillería es mucho más sofisticada. Así que hay que ir trabajando como profesionales, para que nos entendamos no como chusma que tira de twitter por pasión y arrebatos. Eso se lo dejamos a Bisbal, a deportistas descerebrados o a alguna que otra política despistada. Y es que esto es ciencia o en ese camino andamos al menos. Hashtags, emoticonos y RTs no se reparten así como así; cada aparición estelar tiene su razón de ser. Antes era marketing pero hoy es marketing vía social media.

Y todo lo anterior, como quiera que el ruido es infernal, con una condición previa: hazlo como lo hagas pero tienes que hacerte oír. Ya puedes subir decibelios. Necesitas volumen e intensidad: fuego a discreción. Si callas mueres. Así que ya puedes elegir la sofisticación y cierta desmesura. Un metalenguaje para iniciados, una comunicación de social media a social media, donde la gente de a pie hace tiempo que perdió la batalla. La conversación está invadida por profesionales. Y ahí un simple mortal solo parece sobrevivir agazapado mientras escucha el silbido de los tweets que pasan sobre sus cabezas, cada cual cargado con varias cabezas nucleares… si es que forma parte de alguna estrategia de social media empresarial. Creo que valen hasta las armas químicas. Mucho ojo.

¿Alguna pacifista en la sala? Por favor, que alguien pare esta guerra. Aunque,claro, hay quien ya se la ha declarado.

 

Artículos relacionados

6 comentarios

Manuel Escobar 06/08/2012 - 09:40

Julen, muy buen post, cargado de reflexiones interesantes y provocadoras. Me quedo con «Naturalidad elaborada al cien por cien, hermosa paradoja.». Hace unos meses me solicitaron dar una conferencia sobre cómo conseguir coherencia en la comunicación on/off… mi conclusión fue que el objetivo es no tener que preocuparte de ella porque sea consecuencia de tus buenas prácticas y principios. La naturalidad debería ser algo parecido. Ambos aspectos son trabajables, «yo me lo curro, yo lo consigo» que diría Ángel Lafuente… pero siempre deben conservar una gran parte de frescura e inocencia.
Lo dicho, gracias por hacerme pensar.
Un saludo!

Responder
Julen 07/08/2012 - 10:01

De nada, Manuel. «Pensar» ese es un bonito verbo, ¿verdad? De lo que comentas, a mí me queda claro que una elaboración excesiva del mensaje hace que en muchas ocasiones la comunicación no funcione. Y lo mismo pasa como se pasen con la intensidad. En el fondo todo tiene una importante capa de cosmética y parece difícil separarla de la realidad. Por eso lo de estar alerta, como actitud mental para que no nos creamos que es oro todo lo que reluce.

Responder
Miguel Ángel 06/08/2012 - 12:12

Simplemente chapó amigo Julen…con mi carga radioactiva incorporada. juas, juas. 😉

Responder
Julen 07/08/2012 - 09:59

Gracias por el misil tierra-aire desde ahí abajo en el sur del sur 😉
Nos vemos.

Responder
Isabel 06/08/2012 - 13:13

Hace unas meses me entraron ganas de desaparecer de todas las «redes sociales» (de hecho casi lo hice) hasta que las coloqué en el mismo sitio que al bar de la esquina o al garito de moda. Su misión es acogerte cuando apareces, incluso para recordarte lo bien que se está en el silencio propio y cuales son las redes sociales de verdad, las de toda la vida. Yo es que no aspiro a tanta universalidad, será por esto de la periferia 🙂

Responder
Julen 07/08/2012 - 09:58

Isabel, es que el bar de la esquina apetece, pero si allí dentro hay un vocerío tremendo acaba por agobiar. Y es entonces donde empezamos a pensar que lo pequeñito y la periferia son opciones reales 🙂

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.