Daños colaterales: gente fuera del sistema

by Julen

NoviosYa lo sabía de veces anteriores en las que había puesto pie en Estados Unidos. Sí, os juro que ya lo sabía. Pero a no ser que seas como un témpano de hielo, cuesta hacerse a la idea. ¿Cuánta gente vive en la calle en estas grandes urbes americanas? Progreso escandaloso, primer mundo expansivo y en cada parque un grupete de personas negros que flotan en estado comatoso con sus pertenencias repartidas a su alrededor. Según la wikipedia, parece que los datos mejoran en el conjunto de los Estados Unidos, pero es difícil creerlo. Eso sí, solo en Nueva York durmieron en albergues más de 100.000 personas el año pasado.

Recuerdo que cerca del centro financiero de Los Ángeles había toda una acampada de este tipo de gente. Fue doblar una esquina y descubrir aquel cuarto mundo pegado al primero, para darte de bruces con algo que no, no anda bien. Eso fue hace más de diez años, pero el caso es que hoy parecería que este tipo de población ha crecido de forma alarmante.

Tres días en Washington han sido suficientes para generar cierto desasosiego en este sentido. El calor bochornoso seguro que contribuye a que salgan a la superficie quienes en otras épocas se recluyen al cobijo del calor en lugares más ocultos a la mirada del viajero. Ahora ese calor está en la calle y de ahí que los parques y sus bancos sean la vivienda habitual de quienes no poseen algo parecido a un hogar «tradicional».

Por lo demás la inflación de banderas es espectacular. Washington, con sus grandes edificios preparados para recibir a hordas de funcionarios cada mañana, es una fábrica de simbología patria. Peregrinación hasta la Casa Blanca, memoriales en recuerdo de las guerras y sus héroes o de sus presidentes, todo parece destinado a cultivar un sentimiento de orgullo por la nación que son. No sé, supongo que tiene que ser así.

Eso sí, la oferta cultural en forma de museos da para varias vidas. Son tantos y con tal cantidad de contenidos que uno se siente sobrecogido. Como quiera que en parte estamos tratando de entender la cultura de esta gente, visitamos el National Museum of American History. Se trata de una descomunal muestra que trata de evidenciar el carácter de los Estados Unidos a través de miles y miles de objetos de multitud de campos diferentes. Muy entretenido, desde luego. Allí lucía este Apple años setenta.

En fin, ya en Filadelfia hoy el día amanece gris. El bochorno sigue ahí fuera pegado a la ciudad desplomándose desde sus numerosos rascacielos. La gente se mueve deprisa, los coches buscan hueco para seguir rodando y todo parece estar en su sitio. Siguen los daños colaterales en forma de homeless en numerosas esquinas. Llegará un momento, estoy seguro, en que desaparecerán de mi vista. No porque no estén, sino porque la costumbre los ha mimetizado con el ambiente. Ese día yo también tendré un problema. Por eso prefiero dejar escrito este sentimiento.

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4 comentarios

Iván 15/08/2012 - 22:04

Muy duro Julen. Siempre me ha llamado la atención eso de los USA, las desigualdades son enormes. Durante mi viaje me sorprendió mucho San Francisco, donde estaba mi hostel a 10 minutos del centro estaba la zona llena de gente con problemas. Había cerca un comedor social, y en las calles alrededor del hostel había muchos mendigos viviendo en la calle. incluso gente muy joven, recuerdo incluso una imagen imborrable y es ver a dos de ellos leyendo, uno de ellos con luz en un casco para poder leer su libro en la oscuridad. Pero también como me dijeron unos amigos locales había mucha gente con problemas psicológicos, lo que muchos llaman locos estaban en la calle pues habían cerrado psiquiátricos desde la época de Reagan. El Sistema, el puto Sistema

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Lola Cañete 16/08/2012 - 07:43

Me he encontrado un librito de esos para que los viajeros anglófonos sepan decir 4 cosas en español para salvar la ocasión… me da por ojear las primera páginas y me encuentro en la pág. 8, incluso antes del apartado “pronunciation” 5 frases que se deben conocer antes de venir a un país hispanoparlante… entre ellas las dos siguientes que sin duda me han dejado tan perpleja, ha sido tanta la sorpresa, que no he podido ni indignarme:
 Are these complimentary? Es decir… ¿son gratis?
 Y la otra: when is admisión free? O lo que es lo mismo ¿cuándo es la entrada gratuita?
No hay duda que hay muchas cosas que no se toman en serio más allá del amor patrio –una vez más lo hemos comprobado en tantos gestos que sobretodo estadounidenses, nos han dejado durante las Olimpiadas que acaban de terminar- me quiero reír cuando leo la tercera “phrase to learn befote you go”
 Where can we go (salsa) dancing?… ¿dónde podemos ir a bailar salsa?
Sí señor, fundamental. Quedan sitios para alucinar, ya lo creo.
Te busco en twitterland! Feliz viaje!

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Paz Domínguez Ara 17/08/2012 - 07:36

Tremendo. Cuando vivía en Barcelona me llamaba poderosamente (y tristemente) la atención, cómo pasábamos por el lado de las personas que dormían bajo cartones al cobijo de alguna entidad bancaria (después las cerraron para que no pudieran acceder), cómo si fuera lo más normal del mundo.
Nunca me acostumbré y me obligué, en más de alguna ocasión, a mirar de nuevo.
Se me rompe el alma.
Un abrazo y gracias por el post.
Paz

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Grandes urbes americanas | Consultoría artesana en red 20/08/2012 - 12:05

[…] pretendiera ser objetivo. Pero tras unos días con el blog en barbecho, después de haber escrito cuatro líneas sobre la gran cantidad de personas fuera del sistema que la calle muestra, hoy añado algunos otros […]

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