Microempresa, pequeña y resiliente: 5 aspectos a potenciar

by Julen

Tela de araña con rocioLa apuesta de la UOC Business School por dirigirse al sector de la microempresa me da vueltas estos días. Desde el 5 de julio pasado, día en que estuvimos con Joan Torrent, su director, he mantenido varios encuentros con diversas personas a las que he comentado la cuestión. Escuchando opiniones, un aspecto destaca: hace falta abordar la especificidad que representa la microempresa. Ayer, por ejemplo, hablando con una compañera de la facultad, salía a la luz la realidad: ¿qué peso real tiene este tipo de empresa en nuestro entorno inmediato?

La realidad es la que es. Echando un vistazo a una presentación de Joan sobre la economía del conocimiento y la empresa en red, en Cataluña, por ejemplo, los números son aplastantes: las empresas de menos de 10 trabajadores representan más del 90% del total de las existentes. Claro que este magma empresarial es complejo, diverso y complejo de comprender. En muchos casos, además, con un vínculo potente entre vida familiar y profesional: muchas de esas microempresas son empresas familiares, con todo lo que esto supone.

Cuando los negocios son contenidos creo que no tiene tanto sentido hablar de grandes éxitos. Los bombazos son para la gran empresa (que también debe existir) que vende sus logros a base de potente comunicación y que capta atención en los telediarios. Por supuesto que también en negativo, faltaría más. Sea por suicidios o por cualquier otra salvajada. Al contrario, cuando tienes una microempresa, Consultoría Artesana en Red lo es y a mucha honra, no vives de salir en los medios sino de aguantar con lo justo para buscar tu hueco de competitividad. Prefiero pensar que, en el fondo, es un ejercicio de inteligencia.

La microempresa necesita poco para sobrevivir. No tiene por qué estar sujeta a los grandes vaivenes de la economía. En clásico gráfico X-R no deberíamos encontrar demasiadas desviaciones al estándar que hayamos definido. Sin embargo, este modelo de negocio, más contenido, requiere una arquitectura que la haga resiliente. Comparto cinco claves y seguiremos con la conversación en otros artículos más adelante:

  1. Dibujar la red, esto es lo fundamental. La microempresa necesita ultraconectarse para ganar en competitividad. Debe presentarse como «la empresa que soy y la red a la que me conecto». Esta red debe ser inteligente, diferente según sectores de actividad. Cada negocio «pide» su red.
  2. Engrasar la red. No solo hace falta disponer de una red sino trabajar con ella, colaborar con otros nodos. Las conexiones tienen que estar engrasadas. Recuerda: el lazo fuerte es tan importante como el lazo débil
  3. Conseguir una estructura de costes mínima. Cada carga estructural es facturación que hay que conseguir; así que minimizando costes la presión de captar pedidos se reduce.
  4. Gestionar vacas lecheras. Siguiendo la famosa matriz BCG, la microempresa debe encontrar un nicho de facturación cuanto más estable mejor. Y ahí hay que fortalecer la relación con clientes, fidelizar, ser constante y fiable en lo que ofrecemos. Y mirar más allá para evaluar el riesgo de perder esa vaca lechera.
  5. Huir de las transacciones estrictamente económicas. Hay que buscar un plus en las relaciones que establecemos. Ser microempresa te dota de una base humana mucho más potente. No conseguimos contratos sino que establecemos vínculos de mutua (inter)dependencia.

En fin, que aunque ya he escrito de estas cosas en el blog, creo que puede ser buen momento para volver a profundizar en la competitividad de lo pequeño. Ilusión me hace.

 

 

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11 comentarios

Marga 13/07/2012 - 07:44

Gracias, Julen. Cobra fuerza en mí la idea de emprender de nuevo. Este recordatorio me viene bien. Marca línea de trabajo.
Vivo en Barcelona y he vivido muchos años en Tarragona. La microempresa familiar cubre buena parte del 90% al que aludes. Pienso que el primer paso es modificar, en buena medida, su cultura. Menos familia, más empresa. Si no, se potencia la endogamia empresarial.
Un temor: Caminamos a buen ritmo hacia el modelo chino de empresa (hacer dinero en tribu, a todas horas y con un margen menos que mínimo). Con todos los respetos posibles, me gustaría, a pesar de la crisis, encontrar otra vía. ¿Podemos hacer algo para no convertirnos en chinos?

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Julen 17/07/2012 - 10:47

Bufff, miedo me da ese modelo de dedicación plena para obtener unos márgenes mínimos. No sé, creo que hay otras opciones, pero ojo con pasarse con el ánimo de lucro, porque al final «la avaricia rompe el saco» 🙁

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Nacho Muñoz 13/07/2012 - 10:09

Como siempre, imprescindibles apuntes Julen.

A dibujar y engrasar la red es a lo que muchos no se acostumbran. Aún así, me han venido a la cabeza muchos que sí que se enredan y que no encuentran colaboraciones consistentes, o vacas lecheras a las que agarrarse.

¿Cómo verías que, a esa arquitectura resiliente, se le añadiera algo así como un «hacer cosas nuevas» o, en su defecto, «hacer cosas que se han hecho siempre, pero de forma novedosa y cualitativamente mejor»?

Por un lado, a las vacas lecheras hay que administrarle nuevos argumentos para conquistarlas, o para que continúen suministrándote. Y con las redes pasa igual, la colaboración se sostiene en tanto que se es capaz de ofrecer lo no ofrecen otros… o hacerlo de un modo que no lo hacen otros.

Tecleo mientras pienso, rápidamente, por lo que todo esto habría que afilarlo bien para que fuera más consistente.

Saludos desde el sur del sur 🙂

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Julen 17/07/2012 - 10:46

Nacho, no cabe duda de que a las vacas lecheras hay que cuidarlas porque si solo hacemos lo de siempre y como siempre acabarán por morir. Así que puede ser buena idea estar cerca de ellas, cuidarlas, escucharlas, porque en lo maduro de la relación que tenemos con ellas quizá haya resquicios para evolucionar, ellas y nosotros, en la buena dirección. Seguimos pensando mientras tecleamos 😉

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Ana Remírez 13/07/2012 - 11:14

Muy buena definición de la realidad, en época de bonanza todos tenemos la tentación de arriesgar pero si gestionas tus recursos con visión de futuro te das cuenta que los pequeños empresarios estamos arriesgando todos los días, así que sigues realizando tu trabajo con una visión de permanencia y con la intención de hacerlo cada vez mejor.

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Julen 17/07/2012 - 10:44

Ana, yo no me tengo por persona muy arriesgada. Creo que hoy resulta más seguro, según en qué condiciones, dedicarte a lo pequeño que no disponer de un trabajo por cuenta ajena en una gran corporación. Ya son muchos los ejemplos donde a nadie le tiembla el pulso si hay que prescindir de «recursos humanos» en este tipo de empresas grandes.

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Paz Domínguez Ara 13/07/2012 - 11:20

Me viene este post como agua de lluvía. Se lo voy a pasar a mis alumnos, todos ellos con empresas pequeñas y familiares, normalmente sin una vaca lechera en su horizonte. Esforzándose tremendamente en entender, dibujar y engrasar la red.

Como siempre, un placer leerte.

Un abrazo desde este maltrecho y profundo sur

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Julen 17/07/2012 - 10:42

Seguiré dándole vueltas a este asunto, ahora que además anda la UOC con idea de potenciar una línea de trabajo dedicada a la microempresa. A ver lo que va saliendo.

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Manuel 14/07/2012 - 10:49

Hola a todos.No creo que haya que estigmatizar a las grandes empresas para magnificar la labor de las empresas pequeñas. Ni unas funcionan por pelotazos y poder económico para hacerse visibles, ni las otras por la calidad humana de las 3 personas que la componen. Toda empresa, del tamaño que sea sobrevive por poder atender a los acreedores a corto plazo. Ya que si no puedes hacer frente a tus deudas vas de cabeza al hoyo, sin importar el tamaño de tus activos. Las grandes empresas fueron en su tiempo pequeños talleres en garajes en algún pueblecito, y gracias al tesón, la valía y el coraje pudieron crecer y sobrevivir. Pero no olvidéis, no debe facturarse, ni producirse ni venderse lo que no se va a cobrar, ya que trabajar gratis genera unos costes que se termina comiendo a la empresa. Tampoco debe fundarse una empresa contando con un crédito del ICO que Dios sabe si algún día llegará. Enfocáos siempre en cobrar, ya que ahí es cuando acaba el proceso de venta, y cuando se entrega la mercancía o se produce el servicio. Saludos.

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Julen 17/07/2012 - 10:41

No es mal consejo ese de que, sea lo que sea a lo que nos dediquemos, resulte «cobrable». No se me había ocurrido pensar en ello porque, por suerte, no me he visto en esas, pero tal como anda el patio no es mala recomendación.

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Modo de producción P2P #2 « Infraleves 18/07/2012 - 10:49

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