Discapacidad e innovación de usuario, hackeo por obligación

by Julen

Diverso da chiAyer estuvimos Aitor Bediaga et moi desarrollando una sesión sobre innovación abierta para una serie de organizaciones de tercer sector. La jornada la organizaba en la sede de Bolunta la Fundación EDE, dentro de un ciclo de sesiones de trabajo alrededor de la innovación (la nuestra era la cuarta de la serie). El enfoque que tratamos de aportar era tipo taller con la idea de ayudar a la reflexión y evaluar qué mecanismos de innovación abierta pueden ser adecuados en según qué casos.

Manejamos material que Aitor ha estado preparando durante los últimos meses a partir del proyecto Openbasque. Este proyecto está sirviendo para asentar un enfoque de innovación abierta que se estructura en cuatro posibles escenarios:

  • innovación abierta intraorganizacional, lo que supone abrir la innovación hacia dentro de la organización
  • innovación abierta interorganizacional, con el fin de establecer redes de colaboración con otras organizaciones, sean verticales, horizontales o laterales
  • innovación abierta de usuario, que se enfoca al trabajo con un grupo reducido de personas que manifiestan una conexión potente con el producto o servicio en cuestión
  • innovación abierta colectiva, que se dirige al conjunto de la sociedad (o a partes significativas de ella) y que parte de la idea de aprovechar el excedente cognitivo que en ella se percibe (economía de la abundancia)

Con este marco, una parte de la jornada nos permitió ahondar en el tremendo potencial que atesora la innovación de usuario para organizaciones que trabajan con personas discapacitadas, sean de tipo intelectual o físico. Y es que la especificidad de estas personas y su especial sensibilidad por recorrer un camino de integración, hace que en general, sean auténticos «diamantes en bruto» para trabajar con ellas. En innovación de usuario buscamos personas concretas, con nombre y apellido, que manifiestan un grado de conexión emocional con el servicio/producto que queramos analizar. Y haberlas, haylas… por pura necesidad.

Jabi Odriozola siempre nos explicó que son los entornos los que generan discapacidad. Si nos reconocemos personas con diferentes habilidades, según cómo esté diseñado el entorno, unas se sentirán con discapacidad y otras no. Diseñar un mundo para personas «normales» es una aberración porque la «normalidad» deja fuera a personas que pueden integrarse con solo diseñar sistemas que no las aparten por su diferencia. Y esto sirve tanto para lo físico como para lo intelectual. Entre personas con síndrome de Down tenemos casos espectaculares donde quizá el más mediático del momento sea el de Pablo Pineda. ¿Quién dijo que con una estimulación adecuada no se podía romper el techo de cristal de un título universitario para un persona con síndrome de Down?

Pero volviendo a la sesión de ayer, hay que reconocer que los usuarios con discapacidad han recorrido mucho camino en la búsqueda de soluciones a medida para sus problemas físicos. En tanto que el sistema no ofreciera respuestas, ha emergido todo un mundo de apaños e inventos para salir adelante. Quizá incluso sean personas que han hiperdesarrollado una actitud de hackear el mundo porque no les queda otro remedio.

El campo de las tecnologías de apoyo para la discapacidad parecería representar un paraíso para la innovación de usuario. Personas sensibles con su discapacidad (solo ellas la sienten como tal) dispuestas a colaborar en la solución con empresas que además de ingeniería, necesitan de la experiencia vital de sus usuarios. De libro, un «mercado» con fuerte sentido social y que, mejor que ningún otro, explica qué es la innovación de usuario.

No nos cabe duda de que el tercer sector es un lugar donde se pueden plantear muchas actividades de innovación abierta. Porque va inserta en sus genes la legitimación social de su labor. Eso sí, con respeto, con cuidado, porque estos «inventos empresariales» no deben ser reproducidos miméticamente en organizaciones sociales. Hay que respetar otras dinámicas y tenerlas en cuenta para ver en qué forma la sociedad en su conjunto y determinados usuarios en particular colaboran para mejorar los servicios que se ofrecen. Todo un campo por delante.

Y, por cierto, que descubrimos que FEVAS ya está trabajando en dinámicas de living lab, una de las herramientas que proponemos para trabajar la innovación de usuario.

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4 comentarios

Valentín 04/07/2012 - 14:37

Hola, me ha gustado mucho el post. Gracias por compartir vuestras impresiones.

Desde hace unos meses estoy en desempleo que no parado….en constante aprendizaje y con ganas de unir cuestiones de RSC, innovación y sobre todo dejarnos de hipocresía social en las organizaciones sociales que es de donde vengo desde hace unos años.

Me gustaría pediros información sobre el tema que tratáis en este post y cualquier otra indicación para poder investigar y así aplicar en las nuevas tendencias que, considero, deberían trabajar las organizaciones para superar el «trauma» de la subvención si ??

Muchas gracias y feliz tarde!!

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Julen 11/07/2012 - 04:30

Disculpa que conteste tan tarde, Valentín. Al final había dejado pendientes varios comentarios para contestar y ¡hasta hoy! Ahora mismo estamos en fase de planificación del curso académico siguiente y tenemos que ver la forma en que profundizamos en este tipo de innovación, la de usuarios con discapacidad. Tienes mi correo en http://blog.consultorartesano.com/contacto. Si estás interesado pásame un correo y te tengo al tanto de próximos pasos.

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Alfonso Vázquez 05/07/2012 - 09:05

He trabajado mucho con empresas que emplean a personas con «discapacidad», además de que tengo una hija trabajando como técnica de inserción laboral en una Asociación catalana de este tipo. Experiencias de máximo interés, por cierto. Y, como tú, Julen, siempre me he preguntado «pero, ¿no somos todos discapacitados aunque no tengamos el carnet oficial?»
Di una conferencia hace algún tiempo sobre este tema que podéis leer en http://www.hobest.es/files/articulos-publicaciones/el-trabajo-de-lo-normal
Gracias por el post.

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Julen 11/07/2012 - 04:27

Es que, Alfonso, es la naturaleza del trabajo lo que hay que analizar. Y cuando te colocas del lado de las personas con discapacidad (o las que sufren la discapacidad como consecuencia de su entorno) descubres una conexión diferente con la actividad productiva. Y eso es un diamante en bruto.

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