Me sorprendió encontrar Mogarraz engalanado con algo tan sencillo como retratos de sus gentes. No unos pocos retratos sino 388 para ser exactos y a un tamaño considerable. ¿Dónde exponerlos? Sencillo: en las fachadas de las casas donde vivieron. Y es que 1967 fue el año en que solicitaron a la vecindad que entregaran una fotografía para el carnet de identidad. Fue un exiliado, Alejando Martín Criado, quien con una cámara comprada en Canarias (cómo no) hizo esas fotografías. Este es el comienzo de la historia.
El caso es que algo tan simple acabó en las manos de Florencio Maíllo, el artista oriundo de Mogarraz que se ha dejado un buen número de horas en esta obra. La ha denominado «retrata2/388«. En parte sobrecoge y en parte embelesa. Pareces sentirte observado mientras observas. Un juego con cierto aire inquietante que pone en valor a esas personas que fueron de determinada manera allá por 1967. Entonces el tiempo se detuvo sin que esa gente lo supiera. Para ello hizo falta que un artista concibiera la obra.
Nota.- Más información en este artículo firmado por José Luis Puerto que localicé en el pueblo y también, cómo no, en el sitio web de la exposición.
18 comentarios
¡Qué idea más bonita! Como bien dices: sobrecoge y embelesa. Se me ocurre que Olabeaga merecería algo así… Voy a consultarlo con la almohada…
Luciría hermoso Olaveaga con esta dimensión humana 😉
Me encanta! Eskerrik asko!
Una curiosa manera de poder visualizar, de alguna manera, el ‘alma’ de esas casas…Bonita forma de testimoniar la historia del pueblo…
Hola, Ane. Sí que es como recoger el alma del pueblo, ¿verdad? Algo así como decir que detrás de las fachadas vivieron en un momento del pasado esas personas. ¿Cómo serán ahora?
Qué voy a decir, a mí también me encantó 😉
Pareces sentirte observado mientras observas… Entonces el tiempo se detuvo sin que esa gente lo supiera.
Qué entrada más sencilla. Lindo lo que nos cuentas y preciosas tus palabras.
Gracias, Marga.
Muy bonito, Julen, todo un acierto de post!
Más el acierto de quien propuso esa exposición, yo solo hago de narrador 😉
Directo a las emociones.
Pues sí, Noe, tenemos que volver a este pueblo algún día a ver cómo continúa la exposición.
Muy bueno, fantástica iniciativa llena de humanismo y vida
Iván, a veces cosas sencillas son las que vuelven a llenar los pueblos de vida.
Precioso. Gracias por el apunte.
No hay de qué, Juanjo. Anímate a visitarlo.
Genial.
Pau, alguna idea ya viene a la cabeza, ¿no?