Valores: ¿por delante o por detrás?

by Julen

PuzzleRaro es el proyecto empresarial que no luce unos hermosos valores en el centro cuando se presenta en sociedad. De alguna forma entiendo que trata de explicarnos que esa es la forma en que quiere distinguirse: por los valores que asume y cómo los pone en práctica. Sin embargo, el papel lo aguanta todo y la mayor parte de las veces escribir es fácil mientras que practicar es bastante más complicado.

No seré yo quien diga que no son importantes los valores. Pero, si me fuerzan, más importante me parece la práctica. Las grandes definiciones, solemnes y enmarcadas en no sé cuántos cuadros que se cuelgan por las paredes, pueden parecer alejadas del lenguaje de la calle. La gente de a pie necesita obras y ejemplos. Si insistimos en esas superdefiniciones y pedimos adhesión y lealtad, más parece que solicitamos un acto de fe. Pero no tenemos por qué asumir que nuestra religión es mejor que la de otra gente que trabaja en nuestra empresa.

Suelo explicar que entiendo mejor los valores desde la práctica del judo: tenemos que utilizar la fuerza y los valores que ya posee la gente con la que trabajamos. Entre «sus» valores y los que parece explicitar la empresa siempre emerge un terreno compartido. Ésta debe ser una de las grandes palancas para construir relaciones de confianza. Hay que hablar de los valores que la empresa defiende pero no desde una especie de «supremacia moral» que exige rendición. Necesitamos sentido crítico, ahora más que nunca.

Así que los valores puede que no convenga colocarlos tan «por delante» sino que quizá puedan ser más útiles como consecuencia de los actos. Es evidente que un equipo directivo debe dar ejemplo. Viendo no solo lo que dicen sino, sobre todo, lo que hacen, es como se construye una cultura empresarial sólida y basada en esos valores que suelen aparecer escritos por doquier. Al principio, en una relación entre dos partes -contratante y contratada- se necesita un mínimo acuerdo. Y «mínimo» es una cantidad que en cada caso puede ser diferente. Pero veo difícil partir de máximos. Evidentemente es más fácil desde estos máximos pero ese «todos a una» encierra peligros: el pensamiento grupal.

En el fondo se trata de decidir cómo tratamos la diversidad. Hay modelos de cultura empresarial muy fuerte que triunfan. Suelen ocupar las portadas de la prensa color salmón y sus casos son documentados como de éxito por las escuelas de negocios y las universidades. Un equipo cohesionado, una empresa con unos valores fuertes, un estilo de management claro y que proporciona un norte a toda la organización. Parece difícil cuestionar este enfoque. Pero ¿hasta dónde esas características son reales en el momento actual?

Seguro que llegar a compartir unos valores proporciona fuerza a una organización. Pero no es lo mismo anticiparlos y exigir actos de fe que reconocerlos como territorio común derivado de lo que hacemos. Me parece mucho más potente un modelo que proporciona terreno para experimentar y aprovechar la diversidad dentro de un cauce más o menos común. Lo común es la consecuencia del hacer. Y conviene, claro está, documentarlo. Y conviene generar debate y conversación en torno a ello.

Pero no desde posturas dogmáticas. Porque nada hay más ridículo que las grandes definiciones de valores que solo sirven como cuadros colgados por las paredes y que proporcionan carnaza a la mofa popular contra la empresa. El riesgo del «dime de qué presumes y te diré de qué careces» está ahí. Ojo con presumir tanto de valores. El movimiento se demuestra andando.

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8 comentarios

Juanjo Pina 18/06/2012 - 06:50

Tienes buena parte de razón.

El problema es, por una parte, que los mismos que escriben esos textos generalmente hablan de los valores que desean para la empresa, y no los que ellos mismos tienen y, por tanto, son realmente capaces de transmitir. Y por otro, que esos valores nunca se plantean de forma abierta y como tales a la gente, de forma que puedan añadirse otros en función de las virtudes que el grupo realmente demuestre y que, a la vez, convertirían a los empleados en parte de esos valores.

Además, se tiende a reseñar valores demasiado «elevados» o abstractos, en lugar de normas operativas concretas de las que se estos se deriven o deduzcan.

Como dices, hay buenos ejemplos de éxito… pero por cada uno, hay mil decálogos basura colgando de las paredes.

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Julen 19/06/2012 - 05:03

Juanjo, eso que dices de que los valores son demasiado «elevados» lo comparto al 100%. En mi caso hace años era la primera impresión que recibía cuando tenía que explicárselos a gente nueva que se incorporaba a trabajar en la empresa para la que trabajaba. Allí te dabas cuenta de que había una distancia excesiva. No eran valores «de verdad» sino elaboraciones teóricas.

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Nacho Cambralla 18/06/2012 - 12:16

Hola Julen.
A mi es que la sabiduría popular siempre me ha fascinado. «Dime de que presumes y te diré de qué careces». En toda la diana a los preciosos cuadros con los valores corporativos de la organización.

Y por otra, algo tan simple y poderoso a la vez: «predicar con el ejemplo». Justamente esta mañana escribía sobre un ejemplo de Liderazgo de hace 23 siglos, Publio Cornelio Escipión, destacando una de sus virtudes:

Humildad: Escipión predicaba con el ejemplo. En las marchas forzadas que imprimía a sus legiones, renunciaba a ir a caballo para caminar junto a sus hombres, compartía el esfuerzo con ellos, se alimentaba del mismo rancho que sus legionarios.

Un saludo.

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Chicas 18/06/2012 - 17:13

He descubierto tu blog por casualidad y he estado viendo tus entradas, tienes unas cositas chulimas. Así que voy a seguir por aquí cotilleando que seguro que encuentro mas cosillas que me gusten.
Un besazo

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Mikel Ihidoi - @himikel 18/06/2012 - 17:20

aupa!! me gustaría compartir opinión 😉
Comparto lo de los grandes valores que cuelgan de las paredes de los despachos…, eso es tan cierto como la pulcritud que guardan en la limpieza de las entidades bancarias, donde utilizan cristalería que permite pasar a la luz pero no a las personas…, pero que en su trastienda guardan en cajas de seguridad, o ya ni eso, en cuarteles financieros sus cuentas bancarias desde donde pueden especular sin control y juegan suciamente con el dinero de sus clientes, ante esta situación la pregunta sería, ¿incoherencia o falta de valores…?, o sea ¿engaño o falta de escrúpulos..?, ¡¡creo que las dos!! si la entidad en cuestión fuese una banca ética, tendríamos unos valores éticos que no tiene que cumplir la banca tradicional (financiación de industria armamentística o de guerras directamente, especulación con materias primas y hambruna en el mundo, etc.), en este sentido tengo claro que una banca ética con valores parte con más sensibilidad, pero todavía nos queda la otra coordenada, la incoherencia o falsedad, y esta es la difícil de dilucidar…, sobre todo cuando hay opacidad, como en el sistema bancario y financiero tradicional, falta de transparencia que no permite establecer relaciones de confianza, de ahí la crisis financiera actual, y entiendo que por ello Julen, nos propones confiar más de los actos, de las prácticas que de las teorías que quizás no se pongan en práctica…, y todo ello viene del clima de desconfianza generada por un sistema opaco que además premia la falta de valores mediante la acumulación de capital.

Por ello decir que comparto la importancia de la práctica, a la hora de detectar y comprobar la veracidad y coherencia de los valores, pero para nada la falta de importancia de los valores, no entendidos como una verdad absoluta (dogmas), sino que en el sentido más crítico, como una ciencia social que las estudia y las evalúa en busca del bien común de las personas y la sociedad (la ética). Y aprovecho para que en estos tiempos de oscuridad, reivindicar la importancia que tienen los valores de dignidad/respeto como los humanos (derechos fundamentales) y ecológicos (cuidado medio ambiente), junto con los relacionales/bien común como son los cooperativos y democráticos de verdad 🙂 ¡¡aquí lo que falta son ambas, valores y coherencia!!

ah!! tb me gusta la idea de diversidad que has planteado Julen, directamente relacionado con la tolerancia, entiendo que estas vienen de la mano de trabajar por la convivencia y el bien común, una cultura basada en valores inclusivos de no competencia, sino nunca llegará la tolerancia, ni admitiremos al diferente ni la diversidad, empoderémosnos todxs, seamos más responsables y ganaremos la libertad de elección, hasta entonces seguiremos en este estadio de semi-esclavitud al servicio de los poderes capitales-financieros…, ¡¡cambiemos de época!!

Para pasar a la práctica, y con ello la coherencia ;), os invito a participar en los I. encuentros a favor de un modelo social alternativo de Gipuzkoa (en el Bule-Donostia, programa en la web), qué mientras nosotrxs nos quejamos o excusamos, el G20 se reune para definir las bases de nuestros futuro, pasemos a la acción y construyamos alternativas entre todxs, de abajo arriba y en red ;), ¡despierta!, ¡participa!, ¡practica!, ¡implícate!, ¡empodérate!, ¡sé un ser vivo!, ¡sé persona!, ¡sé ciudadanx!, ¡sé sociedad!
salud, besarkadak!!

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Julen 19/06/2012 - 04:59

Sí, los valores por supuesto que son importantes, muy importantes, pero es que se utilizan en exceso para «vender» una forma de hacer las cosas. Y luego, en demasiadas ocasiones, ves que no cuadra, que del dicho al hecho hay un trecho. Y la transparencia empieza a ser marketing. Y la diversidad algo que se escribe en los libros pero de lo que se huye porque causa problemas.
Me alegro de que sigas activo moviendo iniciativas, Mikel, porque falta hacen desde luego. Ánimo 😉

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Gestión por valores en el deporte profesional | Blog de Alfonso Romay 27/09/2012 - 23:15

[…] Esos son los límites del terreno de juego: conseguir movernos de forma eficaz bajo unos principios  en un contexto de competitividad creciente. Dicen que el segundo es el primero de los perdedores. Demasiadas veces el deporte profesional me recuerda al mundo de algunas empresas, donde los valores son un papel colgado. […]

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Daniel Valdez 23/10/2013 - 13:49

Yo he trabajado en organizaciones con valores colgados en las paredes. y eran buenos valores… no una cosa que «súper», pero estaban bien. Claro que habían caído del cielo… no eran una construcción de la diversidad del equipo, si no que eran corporativos. Igual estaban bien…. y también no eran muy desarrollados por la alta gerencia…. que querían que existieran (para cumplir con sus jefes trasnacionales) pero que no entendían muy bien esto de que son los valores…. y que con el ejemplo marcaban que eso eran solo cuadros colgados para la «gilada»…. no obstante yo pensaba: alguien se ha tomado el trabajo de elegir estos valores, a logrado convencer a algunos cuentos para que se colgaran en todas las plantas…. algunos «apoyaron» la gestión por inercia, pero están buenos, hay que aprovecharlos. Y eso hacía, trataba de aprovecharlos, y darle contenido…. hay veces que podemos hacer las cosas, y otras aprovechar las que están…. y al menos en nuestro grupo traté de que esos valores sean validos. los recuerdo: legalidad, respeto, honestidad, seguridad, trasparencia, cuidado del medio ambiente… luego un día, sin decir más los cambiaron…. buen ciudadano, seguridad, trabajo en equipo, innovación, compromiso…. vino cartelería, vinieron clips, cambiaron banners…. pude quedarme en mi visión negativa (que tuve, claro), exprese quejas «hacia arriba», pero para abajo, como buen soldado, me alinee y trabaje para que mi equipo «sumara» estos valores…. claro que yo pensaba: ¡que pasó con los valores que sacaron?… el respeto, la honestidad, la transparencia, la legalidad???… no hubo explicaciones de arriba….. seguía siendo una moda…. pero yo pensé, ¿como trabajo esto con mi equipo?…. mmmm esta lo de buen ciudadano…. y alli entra la honestidad, el respeto, la trasparencia, la legalidad…. y trabaje con la realidad, con mi equipo… claro que alguien como yo, con muchas presiones externas (era gerente de una de las plantas), presiones de la organización y presiones personales por mantenerme «integro»…. y bien, pasó el tiempo y me despidieron…. las personas como yo podemos ser muy molesta a organizaciones no muy convencidas…. especialmente a las gerencias generales que no logran congeniar su decir, hacer, pensar, y sentir…. y bueno…. asumo mi responsabilidad en no ceder en algunos principios… y aquí estoy, ahora, sin trabajo, haciendo consultoría (que no está mal), con algunas preocupaciones economicas, pero muy tranquilo conmigo mismo, con lo que soy y lo que he hecho…. hay veces que las personas y las organizaciones no están en la misma sintonía y las personas debemos elegir que hacer y como hacerlo y asumir la responsabilidad por nuestros actos…. y yo estoy bien, esperando encontrar una organización que requiera de alguien como yo y a la que me pueda entregar con pasión…. o ayudando a otros a ver su camino…. es mi experiencia…. actual…. y quise compartirla en este lindo blog…. quizas a alguien le sirva…. a mi si me ha servido contarla. Un abrazo desde «Puerto Piray, Misiones, Argentina,en el corazón de la selva… desde mi corazón….

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