La sociedad de la exageración

by Julen

Recent Purchase: MegaphoneNo es algo que no se haya analizado por parte de la teoría de sistemas, pero resulta increíble la forma en que funcionan los círculos virtuosos de refuerzo hoy en día en nuestra sociedad. Internet hace de inmensa caja de resonancia y más cada vez es más, y más y más y más. La bola de nieve crece sin parar a una velocidad espeluznante ladera abajo. ¿Alguien en la sala que esté dispuesta a detener semejante bólido?

Eso de la tranquilidad y no hacer ruido no se lleva. Necesitas un megáfono adecuado para los tiempos modernos. Ármate de twitter o de facebook para ampliar tu mensaje. Porque este el mensaje clave para tu mensaje: como sea, pero debes hacerte oír. Que te escuchen es otra cosa. En esta inmensa competición en que todo se ha convertido ya no sirve con que tengas un buen currículum. Los gurús de turno te recomiendan cómo darle forma y cómo expandir tu capacidad mediática para que tengas más suerte en la vida. Eres producto y necesitas una buena capa de cosmética para venderte.

Hay que GRITAR y vociferar. O, mejor aún, saber producir un video viral. Debes impactar. Debes hacer oír tu voz. Con más y más gente, con más y más convicción, con tus valores personales, con tu indignación. Un vocerío inmenso es tu compañía de viaje. Si el pitan el himno, subimos decibelios. ¿Quién dijo más ruido? Gritos, silbidos e himno compiten también por el no va más. Todos unidos en el ruido.

La carrera no tiene reglas claras. Sobre todo si tienes éxito. Si el árbitro pita penalti da igual que te hayas tirado a la piscina porque los goles siempre generan gran estruendo y felicidad. Gritos, abrazos y sobreactuación para mostrar que llevas el escudo de tus valores en la camiseta, cerca del corazón. Debes manifestarte y conseguir que más y más gente se una al circo. Y participar en la competición por el lema que mejor atraiga la atención.

Debes saber, además, que si te bajas del tren vas a morir arrollado por cualquier otro de los miles que van lanzados a toda velocidad día sí y día también. Así que yo mismo me repito: ¡Más madera! Show must go on. Da igual que lo diga Freddy Mercury o la Coca-Cola. Hay acuerdo en el fondo: más. Consumo, griterío, exposición.

Así que el silencio se acurruca en una esquina con su camisa de fuerza bien entallada. Nada que decir, nada que aportar. Solo dejar pasar el tiempo hasta que vengan épocas mejores. Ahora mismo, sea lo que sea, exágeralo. Si no, nadie te oye. Es la sociedad del exceso.

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13 comentarios

Iñaki Mk 29/05/2012 - 10:22

Qué cierto, Julen, hoy más que nunca el silencio, el contenido y la conversación tranquila son buena muestra de ir contracorriente. Dejemos que la bola ruede rápida, lo nuestro es caminar suave suave.

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Julen 30/05/2012 - 05:43

Cuestión de ritmos, no hay prisa 😉

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Marga 30/05/2012 - 11:27

El exceso es ruidoso en sí mismo. Es otro el camino. No me gusta la vía del ruido pero parece que no existes si no optas por ella. Hay que cambiar la ruta. Confieso que no sé cuál escoger. El silencio requiere interpretación también en estos tiempos.

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Julen 31/05/2012 - 05:25

SSSShhhhh, si quieres una recomendación: ¿has visto El gran silencio? Mira cómo se lo montan los cartujos.

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Marga 30/05/2012 - 11:29

¡Anda! Oye, que el monigote no soy yo. ¿Es una broma? Te coloco una foto que te queda la entrada más mona. 🙂

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Julen 31/05/2012 - 05:23

Marga, el monigote aparece como una opción por defecto si no tienes cuenta de usuaria con wordpress. No te lo tomes a mal, que estás muy guapa 😉

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Yo quiero tener un millón de amigos… | conGestión de Personas 01/06/2012 - 10:14

[…] esta sociedad exagerada me he encontrado en poco tiempo con un par de casos que me han hecho levantar las cejas  y abrir […]

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Anónimo 01/06/2012 - 13:00

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