Precariedad, empleo y competitividad

by Julen

RED_0081En los últimos tiempos la crisis empieza a ser un manto que todo lo cubre. Y cada cual huye de ella como buenamente puede. Si tu barco es grande sentirás que la tempestad semeja un cataclismo y pudiera ser que no tengas acceso alguno al timón. Alguien por ahí, en la terra incógnita que describió Charles Handy donde habitan los niveles directivos, toma decisiones que normalmente afectan para mal a la tropa. Todo en aras de la competitividad.

Jaron Rowan lo resumió muy bien en el capítulo que dedica a las microempresas, la profesionalidad y la precariedad dentro del libro Emprendizajes en cultura. Allí tomando las referencias de Boltanski y Chiapello o la de Sergio Bologna nos explica como la «precariedad» es una condición inherente al capitalismo moderno. Al igual que Sennett, que considera que la empresa ya no será nunca más un eje estructurador de nuestras vidas, Jaron aplica al mundo de la cultura la consecuencia de una búsqueda a ultranza de competitividad.

Así que el empleo se pega a la precariedad. ¿Dónde hay empleo? Donde hay precariedad. Emerge un vasto conjunto de actividades que no pueden «fijarse» a la empresa porque la hacen ineficiente. Por tanto, la respuesta es flexibilización salvaje. Y si la aceptas puedes sobrevivir. ¿Es así de triste?

Cada vez veo a mi alrededor más gente que sale del «circuito oficial». Me refiero al circuito del empleo ¿fijo? que proporciona una empresa seria, sea pública o privada. Quizá porque no hay más remedio, quizá por decisión personal, quizá ejerciendo una libertad inducida. El caso es que al salir del sistema empresarial ortodoxo resulta que encuentras bolsas de competitividad. Tu autoempleo es más atractivo para las grandes partes contratantes. Contribuimos a nuestra precariedad y nos hacemos más competitivos. Toma mundo paradójico.

¿Somos la excepción que confirma la regla? ¿Generamos precariedad al salir del sistema y lo fortalecemos en sus convicciones de máxima flexibilidad? Si te has organizado bien puedes aprovecharte del sistema. Unos meses de paro, ciertas actividades que aceptan las reglas de la economía sumergida, una eventual vuelta a la superficie del océano económico ortodoxo y de nuevo al lado oscuro. Un lado oscuro que encierra mala y buena vida.

Terminamos este apunte con palabras que Jaron toma de Boltanski y Chiapello:

… ambos autores sostienen que el trabajo contemporáneo es el resultado de la asimilación por parte del sistema de las críticas de los estudiantes, los trabajadores y los artistas que abandonaron las fábricas y salieron a las calles para hacer oír sus reivindicaciones. El sistema asimiló estas formas de crítica, y en lugar de intentar responder a las demandas sociales, prestó atención a la crítica artista, que acabó por convertirse en el motor de gran parte de los nuevos modelos de trabajo, así como de nuevos patrones de vida. De este modo, el sistema y su crítica terminaron por fortalecerse mutuamente.

Soy consciente de que me repito, pero me veo dentro de un remolino de enorme fuerza centrípeta:

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3 comentarios

J. G. del Sol 25/04/2012 - 07:26

Exactamente, ¿cómo la empresa-Julen no estructura a Julen su vida?

Y sí: el emprendizaje es el mejor motor de la precariedad laboral para todos los que no son jefes que ha encontrado el capitalismo.

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Ricardo_AMASTE 02/05/2012 - 10:51

Es cierto que el sistema aprende, da la vuelta a los intentos de desmontarlo, los hace suyos para fortalecerse. Creo que quizá el ‘sistema’ aprende de ‘nosotr*s’ y que en cambio, ‘nosotr*s’ somos demasiado listill*s, sobervios, ¿cobardes? como para aprender del ‘sistema’. Más que autoflajelarme, sigo jugando, desde la acción-reacción, aprovechando lo que me vale, cambiando normas, repartiendo juego, sin tener miedo de ir de ‘gallinita ciega’, a la vez que aprendo trucos (que duran lo que duran). Cada vez más, asimilo, recupero, adapto, aprendo, instrumentalizo de lugares insospechados, incluso de algunos de los que siento rechazo. Porque creo que nuestra autoflajelación, termina siendo su mejor arma.

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Julen 03/05/2012 - 07:48

No cabe duda de que cuanto más nos flajelamos más parece que la rueda sigue girando. Pero también me parece fundamental que nos metamos caña sin por ello sentir que cada vez que eso sucede es como un ataque nuclear. Sentirnos personas cómodas con la crítica me parece fundamental.

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