Predicciones del tiempo, estado de la mar y estrategia

by Julen

MarejadaActualización.- Casualidad, acabo de leer un artículo muy interesante de Bianka Hadju relacionado con estas cosas de la predicción: Vueltas alrededor del futuro.

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Cuando trabajas en una reflexión estratégica siempre tratas de manejar información de calidad. Mercado, evolución de competidores, tecnologías emergentes, prospectiva y tendencias en general. Parece que nos montamos en una embarcación que tiene que conocer no solo las aguas que surca sino el tiempo previsto. Todo por la obsesión de predecir el rumbo. Sí, el objetivo fundamental es predecir el rumbo. La gente quiere saber hacia dónde se va.

Y como siempre, pedir es gratis. Conocer cuál es el destino, cuáles las condiciones de la mar por las que vas a transitar y con qué velocidad lo vamos a hacer es una petición lógica. Pero, insisto, pedir es gratis. La obsesión por el puerto de destino es consustancial a la forma en que nos han enseñado PDCA. Conocidas las variables, se toma la decisión. Es «la decisión» con el convencimiento pleno de que ¿estamos acertando? Comparto dos apuntes sobre esta cuestión.

Decidir un puerto de llegada es un proceso que proporciona seguridad a las personas. Menos incertidumbre, menos agobio. Así que esta función hay que incorporarla en la reflexión estratégica, no me cabe duda. Pero insistir en el lugar de destino supone un riesgo importante hoy en día: la complejidad dinámica del entorno hace que los ajustes en el rumbo deban ser constantes. E incluso puede que la estación de destino no sea nunca la que previmos. Así que, vale, hay que hacer el ejercicio de adónde queremos ir, pero puede ser tan importante o más, dar información sobre los lugares por los que transitamos, cómo son y cómo nos podemos «aprovechar» de ellos. Y esto me lleva a un segundo apunte.

Si la diana se mueve constantemente y los vaivenes provocan un rumbo cambiante, ¿por qué no hacer girar la reflexión sobre cómo navegar bajo esas condiciones? Es decir, priorizar el cómo frente al qué. A fin de cuentas si la constante va a ser este revoltijo de variables tecnológicas, de mercado y de producto, ¿por qué no aprender a moverse en este contexto? Importa tanto saber comportarse en el camino como la estación de destino. La «estrategia» se puede transformar en un material magmático, poderoso y movilizador.

Hacer girar la nave de la reflexión estratégica desde los qués a los cómos genera, no obstante, mucha resistencia interna. Pasa en todos los sitios. La expectativa sigue siendo la misma: el capitán estudió para conocer el destino y el rumbo. Y o lo aclara o es mal capitán.

¿Hay que engañar entonces y crear una especie de seguridad ficticia colectiva? ¿Decir que vamos a tal destino y con estos nudos de velocidad por una ruta bien diseñada? ¿Son mejores unas cuantas mentiras piadosas que nos sirven a toda la tripulación para reducir la insoportable incertidumbre a la que nos veríamos abocados? Pudiera ser. Incluso cabe que también aquello de que «las profecías tienden a su autocumplimiento» tenga su valor en todo esto. La fe mueve montañas.

En cualquier caso, hoy ya no es como era. Manejamos información, mucha más que antes, pero no hay una solución. «La solución» no existe. Tenemos enfrente una marejada de opciones y la lógica nos dice que más de una es posible. Así que mientras tanto no queda sino disfrutar con el oleaje y estar atentos a las predicciones de tiempo. No puedes planificar qué tiempo tendrás pero saberlo seguro que contribuye a que navegues mejor, ¿no? Pues eso, que a veces pienso que el posicionamiento estratégico es como el tiempo, que no lo puedes predecir, pero si conoces lo suficiente de tu entorno, las probabilidades de disfrutar con la ruta son mayores 😉

Algunas otras reflexiones en este blog sobre estrategia y planificación:

Imprevisible es una palabra bien bonita, ¿verdad? Ya, no es para todo el mundo. Pero si esta vida la llenas de certezas, va a ser todo, me temo, muy aburrido.

 

 

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8 comentarios

Juanjo Brizuela 06/03/2012 - 08:57

¿Larga vida a las reflexiones estratégicas? ¿fin a los planes estratégicos? ¿hola a la reflexión y al análisis continuo?

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Julen 07/03/2012 - 07:18

No creo que se trate tanto de poner fin a un modelo sino de balancearlo más con otra forma de pensar. A veces nos obsesionamos por encontrar la ruta cuando el camino en sí mismo merece la pena.

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Iván 06/03/2012 - 11:38

Gran post Julen y buenas reflexiones de Juanjo. Parece que vienen tiempos donde no solamente hay que planificar , ahora hay que aprender a surfear y tenemos que estar muy abiertos al cambio 🙂

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Julen 07/03/2012 - 07:19

Lo del cambio también pasa como con el cuento del lobo: hay veces que de tanto escucharlo ya no nos dice nada 😉

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Jose Rosado 06/03/2012 - 21:14

Hola Julen, te he leído por primera vez, instado por un tweet de Jose Miguel Bolibar (optima infinito) un crack.
He de decirte que me ha encantado tu post y que comulgo con lo que dices, soy una persona obsesionada con los objetivos que cada vez son más difíciles de conseguir por lo que generan frustración constante, me alegra leer que hay gente con la cabeza «bien amueblada» que abogan por el manejo de la brújula y la capacidad creativa de la improvisación.

Un saludo
Jose.

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Julen 07/03/2012 - 07:20

Gracias por darte una vuelta por aquí. Pues sí, creo que nos hace falta brújula pero el norte siempre queda en el mismo sitio; solo hace falta fijarse en el camino y aprovechar mientras estamos en marcha.

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Bianka Hajdu 07/03/2012 - 17:40

Manejar la incertidumbre y sentirse cómodos ante aparentes paradojas (otro tema que sé que te gusta 🙂 son capacidades que aportan mucha ventaja en el mercado y en la vida. La formación de los «líderes» va en gran parte del desarrollo de estas capacidades. Pero si queremos empresas abiertas y una cultura de colaboración, no pueden seguir siendo rasgos solo de los líderes. Precisamente por lo que comentas de las profecías que se autocumplen. Si estamos cómodos con la incertidumbre y las paradojas, estaremos también más preparados para soñar nuestro propio mundo en lugar de seguir la profecía de otro porque aparenta seguridad o sucumbir ante la fuerza arrolladora de los datos aparentemente objetivos.

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Julen 08/03/2012 - 07:03

Pues sí, mundo paradójico este en el que vivimos. Ahí está parte de la gracia, ¿no? 😉

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