Idea radical: no selecciones a los mejores

by Julen

Retomo ideas radicales de management. Propongo una bien simple: no te obsesiones con seleccionar al mejor candidato. Vivimos en una sociedad que creo que sobreestima al líder, al mejor, a quien destaca. La mayor parte de la gente somos personas normales y corrientes, que hacemos bien algunas cosas, otras no tanto y algunas rematadamente mal. Y esto es lo que abunda: gente normal.

Porque resulta que no solo de una inteligencia vive el hombre. Hay inteligencias múltiples. Y que levante la mano quien destaque en todas ellas. ¿Cuántas manos vemos levantadas? Ya, ninguna. Pero si fuéramos preguntando por separado por cada una de esas inteligencias, entonces el panorama sería diferente. Un equipo necesita personas que complementen capacidades y actitudes. Por eso me gusta el enfoque de Belbin.

Sin embargo, este discurso en la inmensa mayoría de empresas caerá en saco roto. La leyenda urbana dice que hay que ir a por los mejores. En un mundo de escasez, hay que luchar porque el talento (que parece ser solo algo aplicable a cierto tipo de personas y no a todas, cágate lorito) venga a nuestra organización. Los mitos están ahí, incluyendo a Google como paradigma. Allá solo van los mejores. Con un proceso de selección largo y tortuoso, con entrevistas de una y mil formas para seleccionar a los mejores candidatos y algunas que otras preguntas con las que no sabes si reír o llorar.

¿Y si lo que hace falta son personas normales y la clave es afinar en qué capacidades necesitamos para complementar lo que ya tenemos? Claro que esto conduce a buscar diversidad. Y esto queda bien solo en los libros. En la práctica, lo normal es que busques lo que se parece a ti. Se llama cooptación. El efecto halo despliega su poder y hacemos química con la gente que es como nosotros. Este discurso en una empresa se traduce en que necesitemos gente que comparta nuestros valores. Ah, y nuestra misión y nuestra visión. Como debe ser.

El mundo, insisto, está lleno de gente normal. De gente como tú y como yo. Toda esta cantidad de gente parece no ser objeto de deseo por parte de las empresas. El manual dice que en esta sociedad competitiva es necesario hacer una lista, donde el primero es el primero y por tanto el elegido. Y todos los demás son perdedores. Perdieron en una competición donde el premio era un puesto de trabajo. Y en esa lucha encarnizada solo hay sitio para un vencedor. Los demás, que muerdan el polvo y que se esfuercen más en la siguiente. Bien con cosmética de currículum o con un curso avanzado de cómo comportarte delante del dios seleccionador.

A lo mejor el problema es que no nos empeñamos en buscar lo que la gente normal hace bien. Sí, porque «gente normal» no quiere decir gente que no destaque en algo. Eso sí, la búsqueda de aquello en que destacas es algo que cuesta demasiado. Ahí tienes tus funciones y tus competencias. Eso es todo. No al revés: qué competencias tienes y vamos a ver qué se puede hacer. Bueno, claro que hay una excepción: que entres en un proceso de coaching. Moderno mercado del alma este que tenemos montado, ¿verdad? Y ya sabes que si no tienes un coach, a lo mejor estás en la lista negra.

Yo me pasé un buen tiempo haciendo selección de personal. De hecho mis dos o tres primeros años de trayectoria profesional estuvieron llenos de entrevistas. Siempre buscando al que diera mejor con el perfil que teníamos en cada caso. En realidad tampoco buscábamos a los mejores, sino a aquellas personas que «encajaran» en el perfil de puesto de que disponíamos. Y si se salían por exceso, ese era su problema. A mí no me valían. A la papelera de reciclaje: te has equivocado, amigo; aquí no necesitamos semejantes capacidades. Media vuelta y que entre el siguiente.

Pues bien, mi propuesta es simple: olvida lo de buscar a lo mejores. Es una pelea con demasiados gallos queriendo presumir de gallinero. A lo mejor con menos ambición nos va mejor a todos. Claro que no hay que estar de acuerdo. Faltaría más.

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39 comentarios

Aitor Bediaga 24/02/2012 - 08:47

No estoy demasiado de acuerdo con tu idea, pero me encanta que hayas retomado la sección «Ideas radicales de management» !!!

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Julen 24/02/2012 - 10:49

¿No estás de acuerdo? Claro, como tú estás entre los mejores… jajajajaja

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Aitor Bediaga 24/02/2012 - 15:38

😉 Estoy como tú en en club de los «normales» 😛

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Juanjo Brizuela 24/02/2012 - 09:17

En mi época de «entrenador» y «captador de talento», había una norma que teníamos en la selección. Si tienes muy buenos jugadores, podemos ser muy buenos. Pero si tenemos un equipo complementario y trabajado conjuntamente, seremos el mejor equipo.

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Juanjo Caba 24/02/2012 - 09:35

¿Y si tenemos un equipo complementario y trabajado conjuntamente y con buenos jugadores?

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Julen 29/02/2012 - 06:38

Por pedir que no sea 😉

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Julen 29/02/2012 - 06:38

Juanjo, el símil de los equipos deportivos nos sirve por aquello de «complementar capacidades», no cabe duda. De todas formas, sirve hasta cierto punto por la elevadísims «especialización» a la que suele conducir y en muchas ocasiones, me temo, a la falta de autonomía de quien juega, ¿no?

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Saioa García 24/02/2012 - 09:27

Me encanta leer que la mayoría de nosotros somos «gente normal», así lo creo yo también. Aunque claro, como también dices, eso no significa que no destaquen en algo, y por lo tanto, seleccionarás al que más destaque para lo que estás buscando, no? al mejor en eso, no? a mi lo complicado me parece detectar ese talento en una entrevista, aunque supongo que eso lo hará la experiencia…

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Julen 29/02/2012 - 06:40

El problema, Saioa, es que si quien entrevista «solo» busca ciertas capacidades es muy probable que no se entere de otras. La entrevista se cierra alrededor del perfil que buscas. Y ya no ves personas sino candidatas/os 😉

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diego 24/02/2012 - 09:34

Gracias Julen por abrir debate. Estoy de acuerdo en que no hay que encontrar a los mejores, sino a los más adecuados, que puede que también sean los mejores. 🙂

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Julen 29/02/2012 - 06:41

Diego, pudiera ser que se den las dos circunstancias, pero mi enfoque es el de no obsesionarse por lo mejor de lo mejor. A veces (no pocas) conduce al fracaso.

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Jesús Fernández 24/02/2012 - 09:35

Bueno, Julen… ¿qué es «los mejores»? Porque dependiendo de lo que me respondas, podré saber si compartimos recomendación radical o no. Me da que podemos estar bastante cerca de entender quienes deberían formar parte de ese selecto grupo de «los mejores», pero… ¿acertaré?

Dicho esto… eso de que el mundo está «lleno de gente normal, de gente como tú y como yo»… Venga ya… ¿tú normal? No me hagas reir…

Creo por el contrario que en la mayoría de las empresas, determinadas prácticas han promovido, en el momento de la incorporación y sobre todo en los primeros años de desarrollo profesional, el asentamiento de una uniformidad conducente a la mediocridad y a la colaboración sumisa.

Yo creo que hay que incorporar a los mejores. A la empresa y a tu equipo de trabajo. Pero hay que entender qué significa eso, porque igual hay que alejarse de los gallineros… y conviene estar lo suficientemente despierto o escarmentado para entenderlo bien, porque en esto, las equivocaciones son muy caras en términos de tiempo, de desgaste y de salud.

Y el que no cuente con alguna experiencia de error y aprendizaje en la materia, que levante el dedo. Los míos están sobre las teclas.

Un saludo.

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Julen 29/02/2012 - 06:45

Jesús, una matización sobre que (yo) no soy normal 😉

Cada cual destaca en unas cosas. Y otro montón, lisa y llanamente, las hacemos mal. Yo no sé, por ejemplo, generar buen contenido multimedia, perseguir los proyectos como dios manda, bajar al terreno de lo concreto en según qué circunstancias. Hago un montón de cosas mal. En la balanza, acabo por ser una persona normal. A eso me refiero, como tú y como yo.

«Las mejores personas» es un axioma asociado a la «excelencia». Y este no es mi modelo. Para nada. Creo que se puede remar con menos ambiciones y tener un hueco digno en el mercado. Dejo las tensiones de la excelencia para otra gente. No pasa nada. Diversidad y capacidades complementarias. Eso es lo que digo.

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anavito 24/02/2012 - 10:12

Kaixo, Julen y compañia, aspaldiko

En formato metafora futbolistica no cambia mucho:
Cual es más valido, el modelo Guardiola o el modelo Mou?
pero le acompaña el otro eterno interrogante Que quiere la empresa ganar la liga o jugar con espectaculo?

Por ultimo, podemos cambiar de equipo cada temporada y fichar otros si no nos funciona? En este aspecto, el futbol tiene ventaja

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Julen 29/02/2012 - 06:47

Ana, lo que pasa es que la presión por «resultados a corto» es señal de nuestros tiempos modernos. Ahí es donde la hemos cagado, me temo 🙁

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Oscar Jarauta 24/02/2012 - 10:26

Estoy de acuerdo contigo y con Juanjo, es preferible tener un equipo coordinado y conjuntado que a los mejores de los mejores. Pienso que generalmente no va todo repartido en la misma proporcion y que gente mas normal es capaz de llevar las cosas eficientemente adelante sin menosprecio de no ser el mejor, satisfecho con ella misma.

La vida es mas amplia que siempre acertar y competir, tambien cabe la posibilidad de equivocarse como personas normales que somos y no considerarnos perdedores.

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Julen 29/02/2012 - 06:49

Además, Oscar, está el asunto de toda esa gente que no quiere dedicarse al trabajo en cuerpo y alma, pero que son personas que desarrollan con dignidad su actividad profesional. Quizá machacamos con el mantra de comulgar al 100% con la empresa en que trabajas y resulta que luego no somos capaces de ser coherentes con lo que ofertamos en teoría.

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Jon Bengoetxea 24/02/2012 - 10:32

Estoy totalmente de acuerdo Julen, creo que cualquiera que ha estado al frente de un equipo de personas o una empresa llega a la misma conclusión, el talento, el liderazgo, etc. están sobrevalorados, no es que no sean parte importante de la ecuación, pero el intelecto no es lo mismo que inteligencia, y el intelecto es una unidad y la inteligencia es colectiva, por lo menos en un organización. Además seamos realistas, ni tenemos la estructura ni la capacidad de convocatoria y acceso global de un Google y nos empeñamos en mirarnos en esos espejos, es como si nos basáramos en la idealizada (ahora menos ;D) familia real, para construir nuestras familias «normales». Es más inteligente adecuarnos a lo que tenemos y somos, a lo normal, construyendo un clima de confianza y con esto se puede hacer grandes cosas y de hecho la mayoría de las grandes cosas se consiguen así. Hay un libro «Fueras de serie» de Malcolm Gladwell que creo expone de forma brillante la mitología que rodea el mundo de los talentos y los fuera de serie, los mejores, los más brillantes, los más famosos, y nos convence de que nuestro modo de pensar en el éxito y de como se consigue es erróneo. Una reflexión, ¿un jugador de baloncesto cuanto más alto, mejor jugador es?

Como suele decir Emilio Duró, «esto de las entrevistas son una jilipollez, yo ficho a personas según como suben las escaleras» seguramente no le falte razón, pero claro, esto no viene ni vendrá en los manuales del buen Management.

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Julen 29/02/2012 - 06:51

Gracias por las referencias, Jon. Lo que dice Gladwell va en la línea de mi argumentación. Creo, como tú también, que los sistemas de selección son esclavos de una forma de entender a la persona reducida al trabajo. Problema serio.

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Javier M 24/02/2012 - 10:35

Me ha gustado el planteamiento del titular. En el desarrollo, no tanto la idea, por como la enfocas (en un entrevista de personal es razonable seleccionar al más «adecuado» al perfil que buscas y, en ese sentido, al mejor) pero sí me ha sugerido, utilizando un símil, que para que una máquina funcione deben estar operativas todas sus piezas, tanto las más sofisticadas como las más simples, porque puede que falle una pieza simple y haga que la máquina no funcione. ¿De qué sirve tener en el motor de un coche «los mejores» componentes si luego la carrocería del coche es mala o las ruedas están pinchadas?. En ese sentido y dándole un enfoque humano y social, todos, tanto los que tienen capacidades más exclusivas y destacan en ellas («los mejores»), como los que tienen capacidades más comunes y también destacan en ellas (también son mejores, pero no son élite), como gente «normal» (como tu dices) pero que puede hacer bien, incluso muy bien, unas determinadas tareas (digamos, trabajos) son necesarios para que la máquina funcione, la máquina social digo, la sociedad, porque si no el coche no anda, aunque tenga un motor con piezas muy buenas. Y en ese sentido creo que «las élites» (los mejores, con capacidades más exclusivas, los motores, en el simil de los coches) deberían estar muy preocupados por las «piezas pequeñas» -pero no menos importantes-, porque pueden hacer fallar la máquina.

Y en ese planteamiento anterior debería prescindir de la palabra «laboral» y de la palabra «trabajo» porque creo que ese enfoque para definir lo que hace funcionar a la sociedad, para mí, es erróneo, es lo que está fallando ahora. Claro, vivimos en una sociedad de «consumo», es decir, hay que consumir para que funcione. Pero tal vez, con esta crisis, sea el momento de empezar a pensar en otro modelo de funcionamiento no tan enfocado al consumo y si más enfocado a que todas las piezas estén operativas. Y eso no significa que para estar operativo haya que tener trabajo (volviendo al caso de la realidad), sino que tengan garantizado su substento, cubiertas sus necesidades y que se sientan integradas en un modelo menos individualista y que entienda el bienestar como el «bienestar de todos» haciendo tareas que, aunque no estén remuneradas, sean provechosas para la sociedad, para el colectivo.

Igual me he ido por los cerros de Ubeda, pero es lo que me ha sugerido tu texto. Saludos.

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Julen 29/02/2012 - 06:54

Buffff, Javier M, creo que disparas a la línea de flotación cuando separas trabajo y ¿vida? Me parece muy sugerente tu matización respecto a que la vida de consumo «exige» ciertas esclavitudes respecto al trabajo. Mucha miga en lo que has compartido en el comentario, mucha miga.

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Federico Relimpio 24/02/2012 - 12:15

Pues yo estoy bastante de acuerdo. Y doy un ejemplo gráfico: el fútbol. Objetivo: meter goles y ganar la liga, no el «jogo bonito». ¿Que nécesito? Un equipo, no una agrupación desconexa de estrellas. Un ejemplo: el Barça de estos años atrás (ahora parece que pincha). ¿El contraejemplo? El Madrid de los galácticos. Carísimo y malo, para lo caro. Pues eso. Que sí, lo que tú dices: normalitos, juntos pero ordenaditos y conjuntados.

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Julen 29/02/2012 - 06:55

Federico, como apuntaba en otro comentario, el deporte de equipo nos es muy útil para matizar el éxito de «los mejores».

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Miguel Angel 24/02/2012 - 14:15

Muy buena entrada y reflexión que comparto 100%. Por cierto, al hilo de tu cita sobre inteligencias múltiples, aporto: http://www.minipimer.tv/txt/20110120/Inteligencia-Colectiva-Pierre-Levy.pdf

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Julen 29/02/2012 - 06:56

Gracias por la referencia, Miguel Angel.

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Amalio A. Rey 24/02/2012 - 15:29

1) Lo de las inteligencias múltiples es la pista definitiva para entender lo que significa «gestión de la diversidad».
2) Si consigues a «los mejores» en determinado perfil o habilidad que necesita un equipo para estar bien compensado, eso es muy bueno. Pero si entendemos como «los mejores» a gallitos-perfectos-y-competitivos en todas las facetas, mal lo tenemos. De acuerdo con Jesús que tendremos que definir bien qué es eso de «los mejores» que tú recomiendas no seleccionar.
3) Si te tomaran literalmente la palabra, a ti no te contratarían jamás para nada. Tú de «normalito» tienes poco.
4) Lo de la dichosa química es un tema para echar de comer aparte. Mucha gente habla y recomienda ser inclusivo con la química para dar juego a la diversidad (está de moda dar la vara con eso), pero los hechos me dicen otra cosa. No conozco a demasiada gente que sea realmente generosa y abierta con ese tema. Y es una lástima.

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Julen 29/02/2012 - 06:58

De esto último que dices, Amalio, ya sabes que suelo insistir mucho en dejar fluir la química. Si sucede bien, si no, pues a otra cosa mariposa. Lo bonito, conste, es la química con quienes son diferentes a nosotros, ¿no? Eso sí que mola.

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Iván 24/02/2012 - 16:49

Gran post Julen y muy buenas reflexiones las que planteas . Yo creo que la mayor parte de la gente somos «normales», entendiendo muchas veces esa normalidad desde un punto de vista de inteligencia, habilidades.
Luego es cierto que hay un espectro de colores extenso, hay gente + creativa y otra + métodica, hay gente + sumisa y gente + contestaria, gente + rebelde y otras + de seguir al rebaño. Con todo eso se hace complicado a veces ver ese abanico de posibilidades de normal y brillante. Con respecto a los comentarios, el de anavito cita al tema deportivo de un liderazgo o estilo Barca y al Madrid, a Guardiola y Mou, a lo mejor no hay que irse tan arriba, basta con ver un equipo de juveniles de un colegio y como entrena a los chavales de colegio un humilde Mister vecino del barrio. Eso si que es complicado, eso de ver como con lo que tiene saca petróleo. Con respecto a lo del estilo Google , pues claro, tienen pasta, atraen talento y se supone que tienen gente excelente y muy brillante desde vaios puntos de vista, a lo mejor muchos mortales no estamos nunca a ese nivel y nos movemos en otros ambientes. Por cierto, era Saramago aquel que dijo » La persona más inteligente que he conocido en mi vida no sabía leer ni escribir», ahí queda la puntilla que nos dejaba el Nobel portugués 😉

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Julen 29/02/2012 - 06:59

Aunque… gran cosa eso de podamos leer y escribir, ¿no? 😉

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Andres Bedia 24/02/2012 - 17:25

Aupa Julen, pues ya me gusta tu propuesta «radical» :-). Es cierto que el mundo está lleno de gente normal (como tú, como Jesús, como yo :-)) y sobre todo de gente diversa, de culturas, experiencias y expectativas diversas. Entiendo que la gracia de hacer equipo está en esa complejidad, ¿cómo hacerlo con las personas que tengo alrededor?. Porque por estos lares la realidad no es de abundancia sino más bien la contraria (como cuando Mondragon empezó, que tenía 4 peritos y unos cuantos «artesanos»). Lo que necesitamos es que esas personas sean capaces de trabajar en esa diversidad, de aprender de ella y de enseñar lo que sepan que como bien dice Julen todo el mundo sabe hacer algo bien. Con la que está cayendo, todo el mundo importa.

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Julen 29/02/2012 - 07:00

Pues sí, Andrés, supongo que nuestra responsabilidad es que no haya gente que se quede fuera del sistema. Sea como sea, tenemos que conseguir que personas diferentes se pongan manos a la obra en proyectos que ilusionen. Ánimo por ahí abajo.

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Andres Bedia 29/02/2012 - 18:17

Eso es Julen, personas distintas trabajando en proyectos ilusionantes, haciéndolo lo mejor posible y además pasándolo bien :-). Ahí andamos, por aquí arriba (que si vosotros estáis al sur de Islandia nosotros al norte de la Antártida :-).
um abraço

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iparrado 25/02/2012 - 12:55

Pues completamente de acuerdo, Julen.

Partiendo de unos conocimientos mínimos que permitan desempeñar la labor para la que contratamos a una persona, yo también he pensado siempre que es más importante que encaje en el equipo, que el nivel académico o la experiencia profesional del candidato. Esa capacidad para adaptarse al entorno y empatizar con los compañeros.

Y creo que los que hemos hecho algo de selección de personal en algún momento, al final siempre hemos acabado basándonos más en la intuición que en los datos meramente objetivos. No sería la primera vez que me quedo con alguien «peor» porque el feeling que he sentido con esa persona es infinitamente superior a la experimentada con la «mejor».

¡Busquemos, sí, lo extraordinario de la gente normal! Agur…

Responder
Julen 29/02/2012 - 07:02

Iñaki, si nos ponemos a buscar, siempre encontramos cualidades en la gente. Otra cosa es que no nos demos cuenta cuando lo que estamos buscando es «un candidato para un puesto».

Responder
Alfonso Rodríguez 25/02/2012 - 19:18

Alguien vió la película Moneyball?? creo que trata sobre esto precisamente. Interesante enfoque!!

Responder
Julen 29/02/2012 - 07:02

Alfonso, pues habrá que verla 😉

Responder
Asier 09/03/2012 - 16:28

Igual, influuido por lo que estoy viviendo actualmente, igual no es necesario buscar los mejores sino hacerles trabajar como los mejores con un buen entrenador de equipo, el Athletic lo esta demostrando este año con el cambio de entrenador 😉

Responder
Julen 10/03/2012 - 05:12

Buen momento para hablar del Athletic 😉

Responder
Daniel Valdez 23/10/2013 - 14:05

Al athletic finalmente no le ha ido tan bien…. pero lo quiero mucho al loco Bielsa y me dolió que no pudiera mantener la alta performance alcanzada… sumo un comentario… además de las capacidades ya adquiridas es importante ver como desarrollar los recursos de la gente, y a sus «talentos naturales» podemos sumar mucho trabajando sus recursos humanos….y cuando digo: recursos humanos, no me refiero a la persona, si no a sus conocimientos y habilidades…. que si pienso así a los Recursos humanos, se ve claro lo fácil que se pueden desarrollar con capacitación, coaching, ejemplo, reconocimiento, colaboración en equipo, etc…. así que lo importante de una persona, para mi, es la capacidad de crecer y desarrollarse más que los conocimientos que ya trae (con los limites del caso)…. cariños desde MISIONES-Argentina

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