Cuarto sector, depende del color del cristal con que lo mires

by Julen

glassComenté días atrás que, organizado por Innobasque hoy se celebra un seminario internacional sobre cuarto sector bajo el lema Innovación con causa: hacia nuevos modelos socioeconómicos. Hoy estaré ahí en Vitoria escuchando algunas de las ponencias a ver qué aprendemos. El caso es que ayer tuve la ocasión de discutir un rato con Rosa y Ricardo, de AMASTÉ, sobre todo este sarao. Requiere hilar muy fino esta «nueva realidad emergente» que en algunos sitios denominan «cuarto sector». Según parece, ya hay organizaciones que aceptan convertirse en referentes en este campo porque en el programa se indica que tras la presentación del estudio que se ha realizado entre MIK, la Universidad de Deusto y la UPV/EHU, se constituirá el «Consorcio de Cuarto Sector».

En nuestra investigación abordamos cuatro pilares: la responsabilidad social corporativa, el emprendizaje social, los negocios inclusivos en la base de la pirámide y el comercio justo. Pero hay otras perspectivas que pueden «sumarse» debido al dinamismo -y a la confusión- de la oferta actual. Las empresas del procomún pueden añadirse a la fiesta. Ahí está todo el trabajo de investigación en curso desde Hondartzan, una de las playas de ColaBoraBora, recogiendo el guante del proyecto original que Jaron Rowan y Rubén Martínez pusieron en marcha.

Innovación social y empresarial. Ahora ya no parece haber dos caminos, sino uno solo. Lo empresarial tiene que ser necesariamente social. Esta interpretación es bien bonita. Pero si lo miras desde el otro lado: ¿lo social tiene que ser empresarial? Sgluuups. ¿Quién ha dicho que tenemos que pasar por las lentes de la eficiencia y el beneficio económico lo social? Claro que quizá hoy en día todas las opciones se han reducido a una: capitalismo. Es el gran y único vencedor. El mundo se hace verdaderamente plano; no hay opción.

Por otra parte, al sector público le viene de perlas esta pujante irrupción del sector privado en lo social. Su más que necesario ahuecamiento -no hay dinero para invertir- deja paso libre para que las empresas sean ahora también «sociales». Y lo que no entre por el embudo de la rentabilidad económica queda fuera. Ahí introducimos de todo. Y cuando digo «de todo», me refiero a que no, no queda nada fuera. Si no ganamos con esta operación en el quirófano lo mismo no te operamos.

Echa un vistazo al arte y a la cultura. Mira cómo es un museo: tiene que pasar por el necesario filtro de su rentabilidad económica. Es más, en realidad es un motor económico. A ver cómo se explica qué cosa es el museo Guggenheim aquí en Bilbao. ¿Arte? No seas gilipollas. Es el símbolo por excelencia del resurgir económico de la ciudad. Montado como una franquicia. Un McDonalds algo más retorcido y ostentoso. El gran éxito nadie puede negarlo. Franquicias for ever. He ahí un modelo de negocio que arrasa en el siglo XXI. Marca, posicionamiento, marketing. Es cuestión de acertar.

Esto es lo que hay. Antonio Vives, quien pronunciará la conferencia inaugural tras el consabido protocolo inicial, dice en una entrevista que publica El País que Mondragón , Telefónica o Repsol son muy buenos ejemplos de empresas socialmente responsables. Pues será que sí. Todo es relativo en esta vida. Telefónica parece que se dota ahora de «espíritu subversivo» aliándose con Mozilla para lanzar al mercado un sistema operativo libre para móviles. Alabado sea el Señor, el panorama está cada vez más claro. Les damos la bienvenida a Confusión Land.

Y termino con todo un largo párrafo del último libro de Lipovetsky que ando leyendo ahora, El Occidente Globalizado:

El triunfo del mercado, en efecto, no es sólo económico: es cultural, pues se ha convertido en esquema estructurador de la mayor parte de nuestras organizaciones, en el modelo general de las actividades y de la vida en sociedad. Ha conquistado el imaginario colectivo e individual, las formas de pensamiento, los objetivos de la existencia, la relación con la cultura, con el deporte, con el arte, con la educación. Al cabo de mucho tiempo, el capitalismo creó una cultura, es decir, un sistema de normas y valores, pero aquélla estaba limitada, frenada y contextualizada por todo un conjunto de dispositivos (la Iglesia, el Socialismo, el Estado republicano, la Nación, el Arte, la Escuela, las culturas de clase) que impedían la legitimación universal y global del mercado, el advenimiento de una sociedad de mercado. Esto ha cambiado: aunque estas instituciones perduran, ya no funcionan como contrapesos efectivos en el orden homogéneo del mercado, que se presenta ahora como uno de los «significados imaginarios centrales» del mundo contemporáneo (Castoriadis) y se impone como cultura global sin fronteras, como un sistema de referencia dominante, una nueva forma general, para el individuo y la sociedad, de vivirse, de verse, de proyectarse, de conducirse. En la actualidad todo se piensa en términos de competencia y de mercado, de rentabilidad y de éxito, de máximos resultados al menor coste, de eficacia y beneficios. Mediante la universalización de este modelo imaginario-social el hipercapitalismo se presenta, paralelamente a su planetarización, como una cultura-mundo.

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5 comentarios

eneko muruzabal elezcano 28/02/2012 - 09:00

Egunon,
A mí también me genera dudas la idea de que lo social tenga que ser empresarial. ¿No será porque se queda corto? Quizás ese camino único que mencionas podría ser en realidad un tridente: empresarial, social y ecológico.
Esta idea se llama el triple balance de resultados y yo personalmente lo conocí sumergiéndome en el Árbol estratégico: http://bit.ly/zYaOGL
Un saludo desde Bilbao,
\\eneko

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Goizalde 28/02/2012 - 13:00

Hola Julen!

Me declaro una convencida del camino único, aunque sea un camino por la Confusion Land 🙂

Además de poner esos ejemplos de RSE (me sumo desde el desconocimiento también a tu «ejem, ejem») dice Antonio Vives, en la entrevista publicada hoy por El País, que «El Cuarto Sector quiere que, en vez de que una empresa sea comercial y haga cosas responsables, nazca responsable y, de paso, haga cosas comerciales. Cambia la prioridad.»

Me parece un buen comienzo, ese cambio de prioridad, volver a la esencia, a que la empresa es un agente social. Por mucho que se haya desvituardo y descafeinado ese papel social de la empresa, no olvidemos que toda empresa se inscribe con una «razón social». No con una «razón empresarial» 🙂

Creo que no tenemos que tener miedo a incorporar conceptos como eficiencia y beneficio (económico) al mundo de lo «social». Son necesarios para la supervivencia, para generar proyectos sostenibles en el tiempo. Por mi experiencia en el mundo del asociacionismo (en torno a la cultura vasca) creo que el mayor peligro de una organización con un proyecto de impacto, de transformación, es vivir del dinero público. Esa dependencia coarta, condiciona, empequeñece proyectos. Es el camino más fácil. El difícil es generar tus propios recursos para no depender de nadie. Es difícil crear tu propia red de ayudas, de intercambios, de colaboraciones, de trueques… de lo que sea. Pero cada vez estoy más convencidas de que si «lo social», «lo cultural», «lo no lucrativo» quiere tener su propia agenda, sin presiones de ningún tipo, tiene que ser eficiente (y eficaz!) en el uso de sus recursos y tiene que generar recursos propios para reinventarlos. Tiene que generar beneficios, sociales y económicos.

Pero ésta, claro, es mi opinión. Y aquí, como en botica, hay para todos los gustos. Gracias por tus reflexiones, Julen. Siempre es un placer leerte!

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Iván 28/02/2012 - 22:46

Demasiados matices hay que poner en todos estos saraos, y tras asistir hoy a la jornada me quedan bastantes +. Terrenos de arenas movedizas estos 😉

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Mikel Ihidoi - @himikel 29/02/2012 - 22:48

aupa Julen & kideak!! desde la primavera del año pasado, al activismo de software libre que ya había iniciado, le he añadido componentes de otras iniciativas de transformación personal y social, más valores éticos y ecológicos que hacen que sea más difícil mantener la coherencia al compaginar los viejos modelos capitalistas con las nuevas propuestas transformadoras, creándose un debate sobre cómo hacerlos compatibles durante un periodo de transición, o bien si no lo son, optando por caminos más integrales, en medio de esta reflexión, he posteado ¿Hacia una nueva economía ética? en mi blog, a mi al menos me ha servido para enfocarlo un poco 😉
besarkadak!!

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Mikel Ihidoi - @himikel 29/02/2012 - 22:52

aupa Julen & kideak!! (he corregido el enlace 🙂
desde la primavera del año pasado, al activismo de software libre que ya había iniciado, le he añadido componentes de otras iniciativas de transformación personal y social, más valores éticos y ecológicos que hacen que sea más difícil mantener la coherencia al compaginar los viejos modelos capitalistas con las nuevas propuestas transformadoras, creándose un debate sobre cómo hacerlos compatibles durante un periodo de transición, o bien si no lo son, optando por caminos más integrales, en medio de esta reflexión, he posteado ¿Hacia una nueva economía ética? en mi blog, a mi al menos me ha servido para enfocarlo un poco 😉
besarkadak!!

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