Sobre empresas y sectas o por qué me da miedo

by Julen

Siempre con miedoCuando hablo con gente ajena a todo este mundillo de la gestión de empresas, siento que en ocasiones, ante organizaciones en apariencia muy sólidas y potencialmente transformadoras, la ciudadanía de a pie lo que ve son sectas. Sí, sectas. Lugares donde se ha lavado el cerebro a la gente para que den todo lo que tienen a la empresa para la que trabajan. Y repito para que llegue claro el mensaje: «todo lo que tienen». En versión moderna: pensamiento, emoción y acción. Y luego lo edulcoras de programación neurolingüística, mindfulness, eneagramas y transformación personal interior.

La empresa en sí misma puede ser un lugar de refugio espiritual. Lee visiones y misiones de muchas de ellas y seguramente percibirás un cierto intento de navegar en estos mares. Claro que la empresa puede ser un fin en sí misma. De tan ambicioso que es su objetivo, se convierte en medio que se funde con el fin. Además, el desarrollo de multiple parafernalia propagandística es más que evidente: comienzan a aparecer camisetas, gadgets diversosy  encuentros lúdicos con mensaje de fondo. Todo para que «sientas» la empresa y la interiorices.

La empresa parece que te capta. Se ha adentrado en el terreno no ya de la persona trabajadora que eres sino que se ha metido de lleno en LA PERSONA que eres. Tiene que proporcionar sentido a tu vida. No hace falta que lo busques en la logoterapia de Frankl. Navegas en aguas turbulentas y hay un nuevo medio para alcanzar la felicidad: el pleno compromiso con la empresa en la que trabajas. Debes tener fe en el proyecto. Te has fundido con un ser superior, con capacidad transformadora de la realidad. Eres tú quien se realiza mediante este nuevo referente de los tiempos hipermodernos.

Ya, claro. Como siempre, exagero. No hay coaching de por medio, ni valores, ni propaganda. Las empresas son entidades neutras donde la gente va a trabajar y le pagan. Y si no hay trabajo, que diría Antúnez, a la puta calle.

¿Cómo se incorpora la crítica en todo esto? ¿Cómo se incita a que las personas sean críticas con los lugares donde trabajan? Eh, esto, ah… que no, ya… que la crítica es traición. Cuando estás en una secta es porque te has han convendido de que es lo mejor para ti. Y como la felicidad es un magma que cada cual fabrica de diferentes materiales, se admite que en la secta empresa seas feliz. Y, si además os va bien en lo económico, pasarás por la faz de la tierra como persona respetable y de éxito. Y yo seré un tonto y bien tonto por estar hablando de la importancia de ser críticos con la organización en la que trabajamos. Tú tendrás razón y yo no. Lo asumo. En realidad me siento mucho más a gusto entre los perdedores.

Bueno, no sigo. Concluyo: me da miedo. Me da miedo ver la exaltación de unos valores que de forma tozuda vuelven a la desorbitada preeminencia de lo económico. Me da miedo perder el sentido crítico cegado por lo bonito que parece todo. Me da miedo contribuir a empequeñecer a las personas. Pero quién me creo que soy. Una pieza. Una pieza de un engranaje gigante al que contribuyo a seguir en movimiento. Me da miedo.

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25 comentarios

Amalio A. Rey 13/01/2012 - 09:55

Exageras un poco, pero quien avisa no es traidor. Tu argumento puede servir a mucha gente, y por eso se agradece. Estoy de acuerdo en un sentido pero intentaré aportar un matiz complementario.
Eso que comentas aquí también se usa de discurso para poner en entredicho la viabilidad y el buen sentido de las organizaciones de perfil humano, o sea, aquellas en las que (entre otros rasgos) sus trabajadores sienten implicación auténtica (repito, auténtica) al trabajar en ellas. No veo problema con la pasión bien entendida por pertenecer a una organización. Creo que tenemos que confiar más en las “organizaciones potencialmente transformadoras” porque son las menos, y son experimentos.
Si nos pasamos de suspicacia, nos cargamos todo, y yo sospecho que el muy-llevado-y-traído “individualismo en red” pone un énfasis exagerado en dudar del sentido de pertenencia a cualquier cosa que no sea a uno/a mismo/a.
Por otra parte, pienso que solo una parte minoritaria de la “ciudadanía de a pié” ve a esas organizaciones como “sectas”; lo que yo veo es más admiración que recelo, con lo bueno y malo que tiene eso.
Ah, por cierto, ¿no crees que tú te sientes más a gusto con los “perdedores” porque sabes que, en realidad, no lo son? 🙂

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Julen 13/01/2012 - 10:47

Tengo las tripas, el corazón y la cabeza revueltos. No sé muy bien por qué. Lo reconozco. Pero no estoy tan seguro de que «una parte minoritaria» de la gente normal la que piensa que las empresas sorben el cerebro y el corazón de las personas. En nuestro mundo no pasa eso porque vivimos en la isla del management y la consultoría. Vamos, un mundo en sí mismo y no sé si del todo real.

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Juana 13/01/2012 - 10:24

Un amigo mio trabajaba en una de esas empresas en las que a los ejecutivos les dan cursos de «Coach» para que «motiven» a sus subordinados, muy «moderno» todo …. a él lo echaron a la calle nada más venir de vacaciones este verano y, no lo dejaron ni entrar a por sus cosas al despacho, directamente desde el pasillo …. su jefe nuevo británico, para que no se crea el personal que es «made in spain», estupideces y estúpidos los hay en todos los idiomas.
La integración en las Empresas depende de las personas que las gestionen, «tontería» hay mucha, el problema es que cuando se cae, arrastra a mucha gente ….
La crítica es absolutamente imprescindible en todas partes, en todas.

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Julen 13/01/2012 - 10:49

Hola, Juana.
Ya me suena a mí también ese caso de una persona que recibe una carta de despido tras haber conocido en sus propias carnes o en la de sus vecinas y vecinos de despacho de qué va el coaching. Pero las cuentas, si no salen, no salen. Así que amable o rudamente te decimos adiós 🙁

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M. Luz Congosto 13/01/2012 - 12:23

Pues no puedo estar más de acuerdo contigo aunque no he podido ver con mis propios ojos cómo ha evolucionado la cosa desde que me invitaron a abandonar la secta (afortunadamente).

Algunos amigos que me quedan del último trabajo me cuentan que hay doctrina de pacotilla en cartelitos situados hasta en lo lavabos con frases sacadas de los estantes de la autoayuda (no respetan ni los momentos más íntimos). También me cuentan que existe el «voluntariado» obligatorio y por supuesto que el que se mueve no sale en la foto. En estos momentos en lo que mantener el trabajo es una prioridad y más a cierta edad, hay un caldo de cultivo para que los ejecutivos mediocres mantengan el poder con estas tácticas.

Yo me pregunto, ¿en este entorno es posible que las personas den lo mejor de si mismas?

Hubo un tiempo (antes de la burbuja de Internet) en que el espíritu critico era un valor. Los que tenían visión crítica eran llamados a las reuniones para que dieran su punto de vista y muchas veces gracias a ellos se evitaban errores.
Espero que vuelvan esos tiempos.

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Julen 14/01/2012 - 07:23

Pues si no vuelven mal vamos. Si el mal está muy extendido, parecería que la alternativa es abandonar la nave. Aunque digan que es de cobardes. Eso sí, luego hay que buscar otro tipo de vínculos porque solos por el mundo poco hacemos.

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J. G. del Sol 13/01/2012 - 13:29

Me repito, ¡abajo los ejecutivos! Con toda la información en internet, ¿por qué no pueden llevar los torneros su propia empresa de «tornería»? Y seguro que se implicarían sin falsas promesas. Si es que ya lo dice mi religión: no adoréis a falsos ídolos… [/provocación]

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Julen 14/01/2012 - 07:19

Esto que comentas me parece uno de los puntos fundamentales a día de hoy. Con el nivel de educación e información de que disponemos, ¿hace falta «segmentar» en niveles profesionales donde la «gestión» pase a niveles directivos? Algún día escribiremos de esto, seguro.

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Isabel 13/01/2012 - 14:45

Felicidad controlada… hay mucha gente a la que le llega con eso. Entiendo lo que dices de que te subleva pero también que hay que tolerar a cada cual con sus elecciones. Lo malo, en eso estoy contigo, es que son tantos los que parecen sentirse a gusto que la tendencia mayoritaria roba recursos y espacio a otras elecciones. Y eso no, el derecho a la diversidad es lo primero.

Un saludo Julen! 🙂

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Julen 14/01/2012 - 07:25

De todas formas, Isabel, la beligerancia de las organizaciones para conseguir la adhesión en cuerpo y alma de su gente se ha disparado en los últimos tiempos. Lo de coaching es de diez o quince años para acá. Al menos en mi entorno.

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Isabel 15/01/2012 - 14:00

Si, es cierto, beligerancia y miopía galopante. Por aquí lo del coaching empezó un poco más tarde. Ya sabes, para bien y para mal, periferia…

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Iván 13/01/2012 - 15:27

El problema del pensamiento único siempre me ha un poco dado miedo, ya lo decían Orwell y Huxley 😉

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Julen 14/01/2012 - 07:26

Pues contra el pensamiento único, el viaje es buena receta, ¿no? 😉

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Mikel Ihidoi - @himikel 13/01/2012 - 16:47

aupa!! lo triste es que pocas empresas aplican en su organización principios democráticos ni éticos…, y que lo que prima es su situación económica-financiera. Esta falta de valores induce a que las empresas compitan en una economía anti-ética, como nos cuenta Christian Felber en su propuesta de «La economía del bien común«.

Sobre emplearse en una empresa, en estos tiempos que corren (y de qué manera), poca gente tiene la opción de elegir la empresa donde va a trabajar, con suerte unx es seleccionadx, como para decidir sobre otros aspectos organizacionales de la empresa (ni digamos de la economía), y basta una sola instrucción para programarte: «la economía aprieta y tu sacrificio es vital para la empresa (recuerda tu hipoteca), lo demás (incluida tu vida) es secundario…»

Por contra, en mi opinión, son momentos difíciles como estos, en los que más importancia tienen nuestros valores (aunque por momentos la necesidad no nos deje verlo), ya que serán las bases sobre la que se sustente la sociedad futura (incluida nuestra vida). Son momentos para el empoderamiento (desde la participación y el aprendizaje), para la autoorganización (desde la autogestión y la cooperación) y para la co-creación de una economía ética que esté al servicio de nuestra sociedad 🙂
salu2, besarkadak!!

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Julen 14/01/2012 - 07:28

Es la lectura positiva de todo esto: que cuando nos aprietan con toda esa parafernalia, ¡más nos anima a buscar alternativas! Algo bueno tenía que tener.

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Yael 14/01/2012 - 11:28

Los profesionales son adultos y responsables de si mismos, y también tienen acceso a todas las fuentes de información que mencionan. Si la empresa es una farsa y todos los mensajes de esfuerzo conjunto, sentido, etc, no son mas que un instrumento de manipulación, pues la gente lo verá y se irá o adoptará la decisión que considere oportuna. Y si se mantienen en un juego poco ético, deberían ser tan criticables como jefes y dueños. Es una cuestion de ética e integridad de cada profesional, no de si se trata de empleados, ejecutivos o empresarios… En resumen, que no veo las empresas como sectas, que si te sientes comodo y motivado en la empresa pues genial, que si juegas a una farsa por interés eres igual que lo que criticas, que si desprecias a la empresa en la que trabajas, lo mejor que puedes hacer, por salud mental… es pirarte y, por qué no, crear tu propia empresa y gestionarla de acuerdo a tus propios valores.

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Julen 21/01/2012 - 07:02

Hola, Yael. Gracias por darte una vuelta por aquí y dejar un comentario.

No es que «todas» las empresas sean sectas. Las habrá con planteamientos éticos a prueba de cualquier duda. Pero dicho eso, la relación entre persona y empresa es asimétrica en exceso. Se pide «compromiso total» en un sentido, pero luego la realidad es tozuda y si las cosas van mal, la persona sigue siendo un recurso prescindible, un gasto que a lo mejor se puede evitar.

Crear tu propia empresa es una opción que puede no estar al alcance de toda la gente. De acuerdo en que si estás fatal dentro de una empresa lo mejor es salir, pero mira cómo están las cosas. No es realista en la mayor parte de las ocasiones.

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maria v sanchez (venezuela) 17/01/2012 - 22:36

Todos los comentarios y reflexiones hechas me parecen válidos, Todos aportan algo, algunos más que otros. .
Sucribo y tomo también como plataforma de análisis lo expresado por Yael y por Mikel Ihidoi.
Pero indtroduzco otro aspecto que no fue tratado anteriormente. EStas sectas no son propiedad exclusiva del sector privado. en el sector público de mi país ésto se constata fielmente. SE parte de la premisa que el que todo profesional que ingresa a alguna instancia central o descentralizada aún en un cargo estrictamente técnico debe suscribir todos los mandatos, lemas y «filosofías» del empleador. En principio debe ser así, pero se llega a más. Se llega al hecho de exagerar derivando en compromisos en actividades proselitistas de muy diversa índole. Lamentablemente con las restricciones del mercado laboral, una importante proporción de trabajadores de niveles técnicos de este sector se someten al «sectarismo». Es una realidad: en otro lugar no van a conseguir opciones estables de trabajo con beneficios socio economicos garantizados.
Pero para no sesgar el comentario yo personalmente constaté o conocí este sectarismo en el sector privado: en una empresa multinacional de ventas multinivel en donde la pertenencia al grupo esta mediatizada por esta filosofía de adhesión a ésta: intentan cambiar tu modo, de pensar, de actuar, de vivir,de ver las cosas. Pero como ya ha sido dicho: si eres adulto, profesional o tienes experticias y algo de ética no lo aceptas.
En otras dos empresas, (úna de ellas con participación accionaria del exterior) tras 5 años de actividad laboral y una carrera en ascenso, decidí migrar: una vez que constaté que estaba sometiendo mis principios y valores personales y profesionales, y mi propia libertad de pensamiento a mandatos de ingresos, beneficios sociales y supuestamente prestigio por pertenencia a un grupo. Aunque ciertamente necesitaba el ingreso. Así que somos nosotros individual o colectivamente los que tenemos la opción o la responsabilidad de evitar que esta tendencia sea aceptada primero por nosotros mismos como profesionales o empleadores (emprendores) y segundo, más importante, con la educación en valores y principios éticos dentro y alrededor de nuestro núcleo familiar.

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Julen 21/01/2012 - 07:06

Hola, María.

No sé cómo serán las cosas allá en Venezuela. Lo que llega aquí es por medios de comunicación. Y según a quién oigamos tenemos versiones diferentes.

No obstante, lo que comentas respecto a que se da en el sector público y en el privado, estoy de acuerdo. Solo que hay matices. Aquí en lo público eso tiene que ver con toda una trama de «amiguetes» con filias y fobias políticas. Ahora mismo tenemos varios casos de corrupción que son escandalosos.

Bueno, gracias por darte una vuelta por aquí y dejarnos tu comentario.

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Ricardo_AMASTE 18/01/2012 - 13:59

Parece que el tema de las sectas da que hablar.
Es algo sobre lo que muchas veces pienso. AMASTÉ como una secta. Donde está el límite entre tener un ideario y en que eso se transforme en doctrina.
Hace poco organizamos untaller y de repente, entre el público emergió la idea de ‘religión amasteista’, tenía que ver con una identidad reconocible, como un lugar del que tomar referencias, un nodo de proyectos, un lenguaje con algunos palabros que abren expectativas… Se hacía una lectura digamos positiva de ello, pero a mi me da terror, porque a veces me siento así, como alguien que promulga lo abierto, pero en realidad tiene un modelo cerrado ¿demasiado marcado ideológicamente? ¿Demasiado personalista? ¿Mucho menos diverso e inclusivo de lo que dice ser?
Yo muchas veces he hablado en términos de ‘demasiado secta’ de algunas empresas con una identidad probablemente (que quiere ser o es) abierta pero con un imaginario muy marcado.
Para mi el truco es que la organización mantenga la tensión entre identidad y porosidad al contexto, a los intereses y expectativas de quienes llegan, etc. El problema puede ser que si eres demasiado secta (aunque sea a tu pesar), quizá solo lleguen nuevos adept*s.

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Julen 21/01/2012 - 07:11

Para mí, Ricardo, hay dos claves que nos deben ayudar a mantener cierta salud mental y a no autoencerrarnos en nosotros mismos. La primera es la crítica: con el mayor de los cariños pero tenemos que meternos estopa unos a otros. Tenemos que favorecer un clima donde la crítica es bienvenida, es aire fresco, es ¡ole tus güevos! ¡ole tus ovarios!

La segunda cuestión es introducir diversidad. Y reconozco que aquí hay que matizar «no toda diversidad». Pero sí cierta diversidad. ¿Por qué no invitar a alguien que es diferente?, ¿alguien que no es de nuestro círculo? La diversidad es otra de las claves. Y hay que trabajársela. Porque si no te aplasta el más de lo mismo.

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Bocados de Actualidad (142º) | Versvs 08/08/2013 - 03:06

[…] Julen Iturbe y una crítica a la identidad corporativa cuando ésta devora la identidad de la persona. […]

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Alvaro 14/12/2018 - 16:49

Hay un lado oscuro de las multinacionales, que muy poca gente percibe, porque se reviste de grandes espectativas, intenciones, etc… y es cómo las multinacionales intentan poco a poco invadir, de forma progresiva, el espacio y tiempo personales de sus trabajadores.

Pongo un ejemplo: soy un Project Manager de un proyecto perteneciente a una multinacional muy conocida del sector de la informática. Cada vez que comienza un año fiscal, los departamentos de Recursos Humanos y Administración se ponen de acuerdo para asignar un budget (presupuesto) a cada proyecto; dentro de ese presupuesto, hay una parte específica destinada a Team Buildings, y, junto a la comunicación de «esta parte destinada a team buildings, tendrá que ser empleada a lo largo del año»; total, que cada mes, hay que organizar una actividad de grupo con los miembros del proyecto (entre 110 y 120, dependiendo de las eventuales idas y venidas de personal).

Por otro lado, están los actos puramente de la empresa: un townhall o acto promocionado con varias semanas de antelación, donde los empleados acuden para que el Country Manager (el jefazo de la delegación de la multi en el país) presente los números, y saque pecho con los desafíos para el año siguiente y un sinfín de blablabla que al empleado de a pie, teniendo en cuenta que no va a oler ni un euro de esos x millones de beneficio, pues se la trae al pairo.

Además, las fiestas de navidad, el picnic de empresa para llevar a las parejas, hijos, etc, halloween, carnavales…

En fin, todas las actividades que he detallado arriba, son OPCIONALES, claro, a nadie se le pone un cuchillo para que vaya, pero desde luego, que al que no va, se le mira raro, y, por ejemplo, en mi caso, agradezco haber heredado el carácter fuerte de mi madre, porque sí que noto que en reuniones con otros Project Managers, no me tienen por uno de ellos, o escuchan con recelo mis impresiones cuando se me pregunta.

Es decir, básicamente, los empleados no son conscientes de cómo la multinacional actual intenta extender el tiempo de empresa sobre el tiempo personal, eliminar poco a poco la diferencia entre «mi trabajo» y «mi vida», «mis compañeros» y mi «familia» y claro, luego, cuando a un empleado se le tiene que despedir porque ha llegado tarde sistemáticamente 2 horas durante 6 meses, o porque simplemente su rendimiento no es el mínimo requerido, pues se quedan como en babia, con depresiones enormes, porque evidentemente, no es sólo perder un trabajo, sino unos compañeros que eran como una familia, una forma de vida, en fin. Y creo que eso es nocivo.

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Julen 16/12/2018 - 08:59

Muchísimas gracias por compartir tu experiencia. Tomar conciencia del contexto en que uno se encuentra es importante para colocar límites (o al menos intentarlo). Lo dicho, mil gracias por pasarte por aquí y dejar tu punto de vista.

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Martin 23/12/2018 - 04:13

Esa empresa que tú hablas la conozco y actúa como rollo secta. Y algunos de sus managers padecen de psicopatía integrada. Curioso que se ascienda este tipo de mentes. Eso por no hablarte del lenguaje técnico utilizado con una excesiva utilización de acrónimos. Se ha de estar muy mal para creer q eso es felicidad y talento. Yo estando allí me hacía cruces de veros a todos supuestamente felices en medio de tanta mediocridad, sobretodo la del management. Brutal, jamás en mi vida he visto cosa comparable. Me alegro de haberme ido. Y me tendría que haber ido mucho antes, de todo se aprende…qué remedio. Es un lavado de cerebro, cuanto más tiempo ahí más tonto serás….y ya no te podrás ir, yo de ti me cambiaba de empresa sí puedes. No te va a ayudar a crecer, sólo a depender de ella y a chuparte hasta la última gota. Te deseo lo mejor y espero que salgas

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