¿Qué hacer cuando los niños están tristes?

by Julen

ClownAyer en una jornada de trabajo en Gobierno Vasco alrededor del proyecto de comunidades de práctica y equipos de innovación en el marco del Plan de Innovación Pública, en un momento de la sesión alguien manifestó su preocupación por el excesivo peso que a veces concedemos a las «estructuras formales» para cambiar la realidad. El contexto es el que es: administración pública. Lo digo antes que cualquier otra cosa para tenerlo en cuenta como condicionante.

El ejemplo que nos puso fue muy interesante: si ves a tu alrededor muchos niños tristes a lo mejor hay que montar una ONG de payasos voluntarios. No es mala idea. Él hacía alusión al poder de la acción vehemente, comprometida y solidaria. Esa acción puede cambiar la realidad. Si muchos payasos con ganas de serlo se ponen manos a la obra seguro que sus narices de colores y sus trajes chillones provocan risas. El fin importa y la convicción personal desata pasiones.

Pero en este juego el reto es sumar iniciativas. Y es bien cierto que en ciertas organizaciones, sobre todo en las más voluminosas, muchas personas han perdido fe. Sus convicciones personales quedan mediatizadas por ristras de equipos directivos, de planes estratégicos y de jerarquías. Que como es evidente, haberlas haylas. De ahí que haya quien insista en eso de que, o aquí están los que mandan, o esto no para delante. Vamos, que sin los jefes, no hay cambio real. Y sin darles la razón absoluta, cuando el río suena, agua lleva.

Lo que de verdad importa es que este tipo de gente quiera también que los niños dejen de estar tristes. Yo me pelearía una y cien veces porque esa ambición quedara fijada en el imaginario colectivo de la gente. Porque va a resultar que el gran cauce del río que conduce a la alegría de niñas y niños debe recibir afluentes de muy diverso tipo. Hacen falta ONGs de payasos y también jefas y jefes. Todo vale porque el fin justifica la inmensa mayoría de las acciones.

A veces tenemos la tentación de pensar que quienes no se afanan en ser payaso voluntario no son dignos de navegar por el mismo río. Pero si suman agua y la corriente gana fuerza, ¿qué más da? La pelea entre lo formal y lo informal debe perder sentido. Seguirá provocando conflictos. Ha sucedido en el pasado, lo hace en el presente y que nadie piense que no será así en el futuro. Va a continuar el choque de trenes. Y habrá quien diga que el tren de la estructura formal lo puede todo. No pasa nada, ya sabemos que tiene poder. Ese tren es un gran elefante, circula por vías que lo constriñen y que pueden lanzarlo a gran velocidad. Pero no siempre la línea recta es la distancia mínima entre dos puntos.

Así que ayer salí pensando que conseguir que haya menos niños tristes es labor complicada. Ese gran fin mueve montañas. Pero mover montañas tiene sentido si el lugar al que las desplazas es un territorio donde de verdad haya risas. Hacen falta payasos voluntarios y directores generales, no queda otra. Y paciencia, que la desembocadura en el mar de la alegría queda todavía lejos. Manos a la obra.

Por cierto, sorpresas te llevas. ¿Quién me iba a decir que allá en palacio acabaríamos hablando de payasos y de cómo conseguir que la chavalería sea más alegre? Bonito empeño. Esto… ¿de qué hablábamos? Ah, sí, de las comunidades de práctica. Vaya derivadas que tomó el asunto, ¿no? 😉

Si de verdad llevas alma de payaso, no la dejes escapar. Prueba, por ejemplo, en Payasos Sin Fronteras.

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6 comentarios

Mikel 18/11/2011 - 11:59

Aupa Julen, precisamente ayer escuché (aunque hace años le llevo siguiendo) en La casa de la palabra en Radio Euskadi la iniciativa «Biciclown», muy bonita. Alvaro lleva 7 años recorriendo el mundo, y tiene experiencias muy interesantes.

http://www.biciclown.com/

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Julen 26/11/2011 - 07:41

Disculpa que responda tan tarde, Mikel. Ya conozco esa aventura. De vez en cuando suelo echar un vistazo para ver por dónde anda. Bonito, ¿verdad?

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Josi Sierra 18/11/2011 - 12:18

Cuanta racion tienes en el diagnostico Julen:
«El fin importa y la convicción personal desata pasiones… en este juego el reto es sumar iniciativas… en ciertas organizaciones, sobre todo en las más voluminosas, muchas personas han perdido fe.
Casi casi han/hemos perdido la «esperanza y la caridad» que decian antes en misa 😉
Pero seguramente si intentamos despertar (en algún rinconcito quedará) el buen humor y las buenas vibraciones que conecten a la gente… seguro que mejoran nuestras prácticas.
Y como muestra un botón de Eabierta18: las clownclusiones que con tanta gracia nos regaló Virginia Imaz:
http://youtu.be/Xw5YW0xheWw
Espero que nos re-conecte 🙂
J

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Julen 26/11/2011 - 07:42

Josi, siempre la risa va a ser una buena medicina, ¿no? Ya montaremos otra como aquella. Tiempo al tiempo.

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Charrosfera en el EBE11 19/11/2011 - 13:31

[…] exigirle a los políticos,  a las instituciones, pero también es verdad (como he leído hoy en un post de Julen Iturbe en Consultoría Artesana)  que a veces  concedemos excesivo peso a las “estructuras formales” para cambiar la […]

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Consultoría artesana en red » ¿Qué hacer cuando los niños están tristes? | Formar lectores en un mundo visual | Scoop.it 28/11/2011 - 07:18

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