Nos vamos para El Hierro

by Julen

Y esta vez va a ser diferente. La isla que conocemos y que es casi como nuestra segunda casa aparece con frecuencia de un tiempo a esta parte en los medios de comunicación de masas. La culpa tiene que ver con su condición volcánica. Allá abajo, ahora a unos veinte kilómetros de profundidad se mueve el magma en busca de huecos por donde alcanzar la superficie. Son ya muchos días de tremores armónicos que supongo que siempre inquietan por lo poco habitual y porque nadie puede predecir el futuro de lo que ocurrirá.

Ya he escrito sobre el asunto de cómo se está gestionando la información allí. Comunidad científica, periodistas y la clase política generan un panorama revuelto. Y luego, además, la gente de a pie que en buena parte habla del asunto a través de algunas páginas de facebook. Fue casualidad que el martes pasado participara yo en una reunión de reflexión estratégica del Instituto Geográfico Nacional donde puede escuchar algunas cosas de primera mano de quienes generan los datos en origen.

Esos datos, que hace poco han sido actualizados por cierto mediante nuevos gráficos de la actividad solo de los últimos diez días (movimientos sísmicos, además de su longitud y latitud, y la energía acumulada), son el principio de todo… desde el punto de vista científico. Pero es evidente que quien pisa el terreno allí es quien «siente» el dato de primera mano y quien, por supuesto, también genera información. Datos e información que pasan al terreno de la comunicación de inmediato. Porque, sobre todo, periodistas y políticos viven de ella. Pero la ciudadanía es parte activa, desde luego.

Lo que está pasando en El Hierro ya no es tan de portada a no ser que haya nuevos acontecimientos «explosivos». La «improbable catástrofe» solo vende durante unos días. Ahora, aunque el tremor armónico siga ahí, las noticias lo relegan a páginas de cuarto o quinta categoría. Ni siquiera 45 seísmos ayer día 27 de octubre provocan ya mucha novedad informativa. Ahí están, eso es El Hierro ahora. Nada digno de volver a la portada del periódico. A no ser quizá por la grave repercusión económica que puede tener el asunto de la «mancha» en el mar que parece que se extiende alrededor de más y más kilómetros de costa.

Será curioso ver una isla tranquila y con modo slow permanente, acelerada ahora por la presencia de medios de comunicación y personas que se dedican a eso llamado ciencia o periodismo. Según nos comentan, la isla está completa: buen dato para quienes se dedican a la hostelería. Aparece un nuevo «turista», muy distinto al que tenían por costumbre. Allí está y es probable que mientras haya movimientos magmáticos, tremores y seísmos, allí continuarán.

La isla sigue sujeta a observación. Aparatos por todos lados para medir, para conocer el dato. Luego otra cosa será cómo esos datos se transformarán en información y comunicación. Ahí intervendrán, como decía el otro día, los intereses concretos acerca de en qué sentido se quiere influir en quienes los escuchan.

En fin, que nos vamos para El Hierro. Un viaje que ya estaba programado desde principio de año y que ahora será diferente. La misma isla, pero otras circunstancias. Ahora, ya existe toda una entrada de la wikipedia para la erupción submarina sucedida días atrás.

Por cierto, si alguien quiere estar un poco al día de lo que sucede allí por lo que respecta al episodio volcánico, las fuentes que sigo son:

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