Fábricas que acogen verdaderas pasiones

by Julen

1028226Seguro que no asociamos algo como fabricar un vehículo a «háztelo tú mismo». No, nada de eso. «Fabricar» es cosa seria, requiere inversiones, homologaciones de mil y una formas y colores, una gestión compleja y saber desenvolverse en un mercado de competencia feroz. Así que el sector de automoción conforma un territorio donde las reglas son las que son. Y tú las coges o las dejas.

El caso es que cuando miramos a la larga cola de personas que compran coches, la realidad se complica. Allí sí que hay gente diversa. Y entre ella, seguro, encontramos gente apasionada por esto de los coches. De la misma forma que hay quienes nos apasionamos con las bicis (o con una manera de usarlas, por ser más fino en la definición). Pero supongamos que hay gente que está pirada por eso de fabricar coches. ¿Conforman un nicho de mercado interesante?

Suelo comentar a quienes miran mucho a las cuentas de resultados, que, en general, estas personas son de las «que dejan margen». Ya, es un poco bestia. Pero en el clásico sentido de la palabra, la gente que se apasiona con algo suele «invertir» (para huir de la idea de «gastar») mucho tiempo y dinero en esos asuntos. O sea que podemos estar ante un nicho de mercado -no busques tamaño- muy especializado y con potenciales márgenes.

Ahora llega la gran pregunta: ¿cómo incorporamos a esas personas apasionadas al tradicional sector productivo? Sí, pensamos en fabricar un vehículo. Y no importa si en la cabeza tienes fabricar una bici o construir un robot de Lego. Es lo mismo: involucrarte más en el diseño y fabricación de eso que es una de tus pasiones. ¿Cómo lo hacemos?

¿Necesitamos una fábrica para fabricar un coche? Redundancias aparte: sí. Es evidente. ¿Podemos abrir las puertas de una fábrica para que gente pirada por construirse su vehículo lo pueda hacer? ¿Por qué no? Solo lo impiden nuestros modelos mentales. Fabricar por un lado, comprar por el otro. Pero si en vez de entrar por la puerta de la fábrica «operarios», entra gente de a pie que quiere que le dejes fabricar su vehículo, ¿qué fabrica tienes entre las manos? Claro, una muy diferente a la de fabricar miles y miles de vehículos donde cada uno tiene que ser idéntico al anterior, porque para eso está todo estandarizado de acuerdo con nuestros sacrosantos sistemas de calidad.

Pues bien, todo lo anterior referido a la pasión por diseñar y fabricar un vehículo podría ser Local Motors. ¿Es Open? Así se definen. Date una vuelta por allí, mira el Rally Fighter y luego le das un par de vueltas.  ¿Necesitas manuales? Pues, por cierto, todo esta en una wiki, nada nuevo bajo el sol.

Cuento todo lo anterior y reconozco al mismo tiempo que a mí todo este asunto de los coches no me dice nada que encienda mi pasión. Pero diversos somos los humanos. Y el ejemplo me sigue sirviendo para reconceptualizar una «fábrica». Una fábrica abierta puede «acoger» a personas que antes solo aparecían como «clientes». Con otras reglas del juego, pensando en nichos.

Información añadida sobre Local Motors también en el blog de David.

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6 comentarios

Lonifasiko 14/10/2011 - 08:31

El artículo que le dedicó a esta compañía (y a otras) la revista Wired el año pasado es de muy recomendable lectura, ‘Atoms are the new bits’:

http://bit.ly/omd7xz

SaludoX!

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Julen 14/10/2011 - 09:30

Muchas gracias por la referencia, Lonifasiko 🙂

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Josu O. 14/10/2011 - 18:43

Vamos: el taller de los amigos del Jonan para que la txurri lo flipe con el buga tuneado hecho negociete.

Como se entere Agirregomezkorta,… je,je

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Julen 19/10/2011 - 05:19

Josu, buena comparación 😉

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Juanjo Brizuela 18/10/2011 - 14:27

Es posible cambiar el modelo del mundo de la automoción…extendiendo el concepto desde la óptica del usuario/ciudadano. No sólo como «constructor» sino como el diseño de los servicios añadidos al vehículo. Todo un reto. De eso, creo, algo conzoco (poco por ahora) 😉

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Julen 19/10/2011 - 05:22

Juanjo, si los «servicios añadidos» implican adaptación a las necesidades de los usuarios, eso requiere una modularidad en la fabricación muy considerable. No sé yo hasta qué punto esto es real o no es más que un argumento de venta que suele magnificarse. Al final, la variedad en gama parte de un estándar que fija el punto de partida de manera muy férrea.
Pero, bueno, una cosa es la fabricación tradicional del vehículo y otra de lo que hablamos en el artículo, que es otra opción mucho más radical y atrevida. Vamos, otro concepto en su globalidad.

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