Emprendizaje en el ámbito cultural: Open Think Tank

by Julen

Hoy y mañana, como comentaba ayer, estaré en L’Estruch compartiendo reflexión sobre el emprendizaje en el ámbito de la cultura. Son las jornadas Open Think Tank 2011. Conste que para mí hay un trabajo estupendísimo que ya he referenciado aquí en otra ocasión: Emprendizajes en cultura, de Jaron Rowan. Por mi parte, comparto algunos apuntes que creo que pueden generar debate y reflexión. Los anticipo en forma de lista y ya conversaremos luego por la tarde:

  • Antes de empezar, debemos considerar qué significa hoy «emprender» y qué significa «cultura». Respecto al primer concepto, lo primero que me viene a la cabeza es el sentido épico de la vida (qué miedo): lucha, esfuerzo, arrojo. Algo que conquistar. Y respecto al segundo asunto, la cultura… pues en esto me dejo llevar por Lipovetosky y Seroy: hoy habitamos en la cultura-mundo. Todo es cultura. Farragoso panorama, ¿no?
  • Emprender es buscar el éxito. Luces de neón para esto del éxito. Convivir con el fracaso es convertirte en un paria de la sociedad. Tu madre no lo soportaría. Así que ya estás buscando el éxito. Presión por tener éxito, ¿qué pensabas?
  • Sea como sea, hay que (des)organizarse. Con CIF o sin él, pero hay que organizarse. Sin embargo, las «organizaciones» en busca de la eficiencia suelen prescindir de cierto tipo de personas. Contradicciones, muchas contradicciones. Esto incluye encontrar la dosis justa de «organización». Entre el caos completo y la cuadriculación del profesor universitario, hay espacio donde jugar el balón. Y hay que ser inteligente: ojo con el peso de la cadena. Goldratt apuntó la conveniencia de gestionar los cuellos de botella, los puntos débiles.
  • Organizarse es repartir balones. Bueno, también repartir marrones. Así que no cabe otra que buscar gente que no sea como tú, que complemente tus capacidades. Organizarse y emprender requiere de la suma de competencias complementarias. Sería el gran consejo a tener en cuenta: si vamos a emprender, necesitamos completar un cuadro digno: hay que reflexionar, hay que hacer y hay que relacionarse. Pero no necesariamente, todos a todo.
  • Las personas son seres endiosados en el siglo XXI. Los proyectos colectivos deben servir para que la individualidad aflore. Y la construcción colectiva es otra contradicción a enfrentar. Lo es desde la consecución de los objetivos individuales.
  • Hay que jugar a gestionar proyectos, que pueden convertirse en empresas temporales de trabajo. El trabajo (o como queramos llamarlo) es el continuo que de vez en cuando se transforma en proyectos. Comienzan, se desarrollan y mueren. Como las películas, aunque siempre queremos dejar poso.
  • La felicidad es la meca de la sociedad contemporánea. Así que en nuestra manera de emprender hay que jugar con las cartas boca arriba: sea lo que sea, hay que divertirse, pasarlo bien. Mientras que nadie nos demuestre lo contrario solo pasamos por esta vida una vez.
  • Emprender es, también, compartir. Progresar requiere poner en común y devolver a la sociedad lo que de ella tomamos. Es importante, vivir con los ojos puestos en lo que acontece. De ahí llegan las olas y tendencias que, si las entendemos bien, nos harán más fácil esto del «éxito».
  • Y como siempre, un telón de fondo que avanza y se sumerge en la escena: Internet. No podemos no estar en Internet. Así que cuando emprendemos en cultura, no queda sino jugar en la escena que es. Y de nuevo ser inteligente para manejar una extimidad contenida. Pero extimidad, a fin de cuentas.

Pues eso, que luego nos vemos en Sabadell 😉

Artículos relacionados

4 comentarios

Ricardo_AMASTE 08/06/2011 - 19:44

Creo que este listado es digamos genérico respecto al emprendizaje. Pero si entendemos que el añadido cultural incorpora cierta especificidad, en cuanto a ámbito de actuación, problemáticas, objetivos, mercados, visión, etc, etc, estaría bien que se note, que lo pongamos sobre la mesa, que demos importancia al acento. Porquer la tiene. Hoy precisamente he estado en una reunión bastante larga precisamente en torno a eso. Y no quiero pensar que he estado perdiendo el tiempo, sino invirtiéndolo en algo fundamental.

Responder
Amalio A. Rey 09/06/2011 - 11:46

Dice Ricardo que «el añadido cultural incorpora cierta especificidad», y yo creo que el «emprendizaje» tiene también muchas caras. Seguiré pensando en esa idea de Ricardo, a ver qué descubro. Julen, entiendo lo que quieres decir, pero mi lectura del emprendedor va más por tener sentido de la iniciativa, y no por el éxito. Lo veo como un proceso y no como un resultado. ¡¡suerte en la jornada!!

Responder
Silvia 09/06/2011 - 12:38

Trabajo en cultura, si eso significa algo, y tengo que decir que el sector o ámbito cultural es complejo y diferente. Entiendo que cada sector tiene sus propias especificidades y que además son difícilmente extrapolables a otros ámbitos y creo que el de la cultura es diferente ya que en la mayoría de los casos el rédito es social.

Hay varias maneras o modelos que dificultan, desde mi punto de vista el del sector cultural, y es la falta de profesionalización del sector, no por que no haya buenos profesionales formados y con buenas propuestas o ideas, sino por que hay demasiados diletantes y muchas profesiones (como la de comisario o crítico, por ejemplo) que las instituciones no entienden que no entienden como tales (dependiendo del nivel claro). La calidad de las propuestas se incremente si la persona que las realiza está formada para ello, y que tiene unos conocimientos más allá de que sea un diletante. Por otra parte está la necesidad de explicar que es tu trabajo…que eso es bastante chungo ya.

Luego está la gratuidad o el amor al arte que es algo también muy frecuente. Escucho con mucha frecuencia: no hemos contemplado «los honorarios de artista» en el presupuesto con lo cual trabajan gratis, o los del texto del catálogo, por ejemplo. Luego está el diletante que lo hace por amor al arte que también trabaja gratis… por que ¡es un apasionado de la cultura!. El rédito de la cultura, en la mayoría de las ocasiones, es social, no cuantificable por tanto económicamente así que «generar dinero es arduo complejo» ya que se depende de las instituciones privadas o públicas que cada vez rebajan más sus partidas dedicadas a cultura. Y esto tampoco es generar negocio, ya que debería de ir más allá de la dependencia Económica del Estado deberían ser rentables per se… pero creo que es muy difícil hacer entender eso del rédito social y de que el desarrollo de un país se puede medir por su nivel cultural.

Puede ser Julen que en el País Vasco las cosas sean diferentes, pero en Andalucía que es mi ámbito de actuación trabajar en cultura es un acto de fe y cada día creo menos que se pueda «emprender» en este sector ya que hace falta un cambio de mentalidad enorme.
Los creadores son personas «bohemias», eso entiende la mayoría de la gente, y por eso dificilemte se puedan ver como empresarios. Yo no hago más que repetir, de hecho hace poso en la Facultad de BBAA, que son profesionales cualificados que tiene que plantearse que su Arte es un trabajo si quieren vivir de ello y que no es incompatible con la creación. Se debe simplemente de adaptar el modelo ¿pero de que sirve esto si los interlocutores a los que se tienen que dirigir no los ven como tales? Como profesionales.

La sociedad, que en muchas ocasiones, muestra cierto resquemor hacia las propuestas culturales, no creo que por falta de accesibilidad sino más bien por falta de conocimientos y la idea preconcebida de que me “están timando”. Digamos que hay una gran falta de formación básica en el ámbito de la cultura, la alienación de los medios de comunicación (por decir algo es bastante grande), la falta de tiempo o la voluntad del espectador de la inmediatez y el requerimiento al espectador de una voluntada al menos de reflexión. La cultura pone frente a nuestros ojos aquello que muchas veces no queremos ver y que va más allá del disfrute, para eso están los parques de atracciones, digo yo, pero hay una anestesia generalizada y un exceso de estetización…(son muchas temas los que se podrían tratar aquí ampliamente)

En fin, que me podría extender mucho más pero creo que la cultura, innovar en ella es un acto de fe…¡ánimo!

Responder
El Trasmonte 10/06/2011 - 13:57

creo que no hay nada como remangarse y ponerse con las cosas. pienso que el progreso es inversamente proporcional al número de reuniones que se tienen, que términos como emprender, innovación y demás se buscan un escondite cuando oyen, una vez más, teorizar sobre ellos. que si después de darle tantas vueltas a lo que llegamos es a declaraciones del tipo «el emprendizaje tiene muchas caras», es que no hemos llegado a ninguna parte y probablemente nunca lleguemos. que este país, igual que los otros, es como es, y que le sale la cultura por los poros. que ante esta situación igual algunas personas tienen que cambiar su idea de cultura, porque la cultura no va a hacerlo. que pesa demasiado la administración con sus vocabulario, planes, programas y estrategias en ciertos enfoques y que no se le pueden poner puertas al campo. que quizás el objeto del camino que ha elegido la administración para rentabilizar la cultura es cualquier cosa menos cultura, y si no pregúntenle a la señora #sinde, con su obsesión por la industria cultural y que, gracias a quien sea, hay gente que no para de crear cultura sin pretendérselo, como siempre ha pasado. que quizás andamos algo decimonónicos.

Responder

Responder a Silvia Cancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.