Cultura e I+D+i: el tamaño sí importa

by Julen

Comparto por aquí un texto que ha sido ya publicado ayer día 15 de junio en KulturKlik y que hemos firmado unas cuantas personas. La iniciativa me llegó desde Ricardo Antón, de AMASTE. Creo que es una reflexión que merece la pena leer. Tiene que ver con la lucha contra el gigantismo que parece afectar a todos los ámbitos de nuestra sociedad, sean centros tecnológicos, empresas o entidades culturales. Y no, no parece que sea la opción que elegimos quienes preferimos un enfoque más distribuido de la sociedad que habitamos.

(Carta abierta a la SPRI desde parte del informe y heterogéneo “sector” cultural)

Tras el encuentro mantenido el pasado 8 de abril en Bilbao, para comenzar a establecer relaciones entre el Dpto. de Cultura, la SPRI y los agentes que operan en el ámbito de la economía de la cultura y la creación; nos gustaría hacer una apreciación respecto a la relación entre la capacidad para generar I+D+i y la dimensión organizacional necesaria para ello.

Esta relación, establecida por la SPRI para la gran mayoría de sus programas de ayudas, en 10 personas trabajadoras (con variantes específicas que permiten números menores), nos parece el elemento crítico en la relación con la SPRI, ya que resulta excluyente, debido a las características nano-micro, propias de muchos de los agentes del “sector”¹ (aunque no son características necesariamente exclusivas de lo cultural). Unas características que más que un mal endémico (como habitualmente se considera), bien enfocadas y entendidas, podrían suponer un valor diferencial cualitativo, incluso extrapolable como modelo a otros sectores (dentro de la denominada “Economía abierta”).

Así, a modo ilustrativo, a continuación vamos a desgranar brevemente algunas de estas características propias y su relación potencial con el desarrollo de I+D+i desde la cultura² y la creación.

  • Creatividad (básica y aplicada): La creatividad es la materia prima de la cultura, su medio natural. Actualmente ya somos conscientes de la necesidad de poner en valor la creatividad en todos los ámbitos de la vida, como elemento dinamizador y transformador, económico y social. Es necesario aprender a pensar creativamente, a transferir creatividad desde lo cultural a otros sectores; y para esa función, resultan fundamentales l*s profesionales de la cultura, entendid*s como agentes especializados.
  • Proceso y laboratorio: El arte y la creación surgen de un constante proceso de experimentación. Del trabajo formal e informal, planificado o caótico, en el taller, el estudio, la sala de ensayos o la oficina. Es resultado de la prueba y error, de trabajar constantemente con nuevas ideas y buscar el límite de lenguajes, formas, materiales, tecnologías o metodologías. Muchas veces, el propio proceso es incluso la razón de ser, el para qué, el resultado de muchos proyectos culturales. Ya que el proceso, es en si mismo el principal método de innovación sobre cómo implementar los procesos.
  • Trabajo en red y flexibilidad: La creación es el resultado del trabajo en común de numerosos agentes que interactúan entre si, que suman e intercambian saberes, habilidades o recursos, dependiendo de las especificidades de cada proyecto a realizar. En general, estructuras nano-micro (en muchos casos unipersonales), conectadas entre sí, con un alto grado de especialización, a la par que agilidad y capacidad de adaptación para entrar y salir de distintos ámbitos. Una película es un buen ejemplo: una estructura organizativa efímera, en la que a lo largo del tiempo de producción y distribución se (des)agregan numerosos agentes, con funciones muy específicas y complementarias. Agentes que coincidirán (o no) en otra película.
  • Adaptación al cambio: La cultura está continuamente haciendo el ejercicio de re-inventarse. Siempre está cambiando, siguiendo la tradición de los “ismos” vanguardistas, a la búsqueda de nuevas alternativas, que no sólo tienen que ver con los contenidos, sino con sus formas de producción y distribución. La música es un buen ejemplo de ello. Actualmente vivimos un momento efervescente, donde la crisis de las grandes discográficas y del modelo tradicional de derechos de autor, coincide con la proliferación de conciertos y festivales de todo tipo; de nuevas herramientas para la producción musical y la autopromoción 2.0; de plataformas de distribución vía redes P2P y tiendas online. En definitiva, nuevos modelos de creación y de negocio emergentes en tiempos de crisis.
  • Co-creación: La cultura muchas veces ha mantenido una relación directa, de interacción e intercambio con el espectador, con el público. Sobre todo desde los años 60, se mezclan de modo natural la figura de productor-usuario, principalmente en el arte y las artes escénicas (por ejemplo en movimientos como el Fluxus). Una práctica que actualmente prolifera en numerosos sectores tanto industriales como de servicios, a través de livinglabs, plataformas digitales, focus groups, etc. Quizá desde lo cultural se podrían aportar-experimentar fórmulas de trabajo en torno a la co-creación y los prousers, menos instrumentales respecto a las relaciones de igualdad, la transparencia o la concordancia de intereses entre agentes productores y usuarios.
  • Transversalidad y radar de tendencias: La cultura es un crisol de saberes y de prácticas, muchas veces emergentes, desde donde se identifican y marcan nuevas tendencias, se genera pensamiento crítico, nuevas subjetividades, espacios para lo simbólico, acercamientos divergentes a la realidad. Se opera desde el campo abstracto de las ideas, hasta su realización en pequeñas o grandes producciones; atravesando (contaminando, hibridando, remezclando), numerosos aspectos relacionados con las ciencias, lo social, la educación, la economía, la ecología, etc.

Todas estas características son independientes del factor “tamaño”, incluso algunas de ellas, son derivadas o facilitadas por el pequeño tamaño de los agentes. Así, mirando al futuro, si el tamaño importa, no lo es (sólo) pensando en grande, sino también, cada vez más, pensando en pequeño, e incluso mejor, en la suma de pequeños. Y somos muchos los agentes culturales que actuamos desde la lógica de lo pequeño; que si pensamos en crecimiento, lo hacemos por agenciamiento, (des)agregación, uniones temporales y/o relaciones colaborativas (in)formales. Y que desde lo pequeño creamos “valor”, generamos empleo, economía, innovación… y cultura.

En definitiva, la cuestión del tamaño, de la dimensión, entendida como tradicionalmente se ha entendido (derivado de la lógica industrial), tiene que redefinirse y adaptarse a nuevas realidades. Consideramos que claramente el tamaño no es un factor determinante para la innovación. No lo es para la creación y cada vez lo es menos también para la producción y distribución. En cambio, lo que si empieza a ser determinante, es la capacidad de agenciamiento y el nivel de densidad, diversidad y confianza de la red en la que cada agente se encuentra inscrito. Y todo esto, tiene que verse reflejado en las políticas públicas de innovación.

Así, para terminar, proponemos una serie de preguntas (unas de tantas posibles) que pueden servirnos para continuar y centrar el debate, establecer criterios para el desarrollo de políticas generales y específicas, etc.

¿Por qué utilizamos los mismos criterios de homologación del I+D+i para ámbitos tan distintos como la biotecnología, la máquina herramienta o la cultura? ¿Por qué una empresa nano-micro no puede ser innovadora? ¿Por qué no fijarnos en sus proyectos y no en su tamaño? ¿Por qué medimos el tamaño de modo convencional y no fijándonos en la red de relaciones profesionales y el número de agenciamientos? ¿Podemos seguir imaginando el mundo –incluyendo a las empresas inmersas en él- desde el paradigma industrial o debemos dejar espacio a nuevos modelos?

Si quieres sumar tu firma a esta carta, envía un mail a ricardo@amaste.com indicando tu nombre, apellido(s) y organización a la que representas o a titulo personal (en ese caso indica tu dedicación, p.e.: Fulanita de Tal, producción teatral). En el “Asunto” del mail indica “Firma carta SPRI”.

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¹Según datos del Ministerio de Cultura, de las 70.109 empresas culturales censadas en 2008, 38.488 correspondían a trabajador*s autónom*s y 22.408 tenían de entre 1 a 5 personas asalariadas (lo que suma el 86% del total). Datos extraídos de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Cultura, “Cuenta Satélite de la Cultura en España. Avance de Resultados 2000-2007”:

http://www.mcu.es/estadisticas/docs/capitulos_graficos/AEC2009/cuadro_resumen_aec_2009.pdf

²Quizá en primer lugar convenga centrar a qué nos referimos cuando decimos cultura, para lo que utilizamos la Declaración de México de la UNESCO de 1982: La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.

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Firmas:

Ricardo Antón Troyas, co-director de AMASTÉ Comunicación; Aitzol Batiz, KULTIBA Cambios Culturales; Txema Agiriano, director artístico del festival de artes experimentales MEM; Beatriz Celaya, socia fundadora de Biografías Personales; Jose Ángel Serrano, Producciones Serrano; Arantxa Mendiharat, gestora cultural; Antonia Delgado Lacalle, directora general de EDICIONES BETA III MILENIO; Diego Soroa, Cuantics Creatives Lab; Idoia Zabaleta, Azala; Eva Alija, investigadora en diseño social; Maria Ptqk, investigadora cultural independiente; Natividad de la Puerta Rueda, agitadora cultural, FORTIORI; Roberto Gómez de la Iglesia, consultor-director de c2+i y director de Conexiones Improbables; Mikel Gainzarain Bermúdez, coordinador de Owleer; Aintzane Lekunberri Zabala, KULTIBA Cambios Culturales; Oskia Alvarez Erburu, Isuri Sormenezko Zerbitzuak; Saioa Olmo Alonso, artista, IDEATOMICS; Maren Iturburu, director de Innopia Factory; Nerea Díaz, gestora de proyectos, OPEN YOUR KOLEKTIBOA; José Luis Roncero Gorrochategui, ÚbiQa, Tecnología, Ideas y Comunicación; Mari Arana Zubiate, ZARAMARI_hiri ekologia; Gorka Rodríguez Olea, ZARAMARI_hiri ekologia; Mónica Ausín Seoane, co-directora de Peccata Minuta; Fito Plaza Izarra, co-director de Peccata Minuta; Santiago Eraso Beloki, TRANSI(S)tor cultural; Julen Iturbe-Ormaetxe, Consultoría Artesana en Red; Ainara Martin Blanco, responsable de creatividad e innovación de DSS2016; Diana Franco Eguren, co-creadora Social Sound; Iñaki Larrumbe, artista y miembro de los colectivos Asamblea Amarika, TMEO y Atiza; Txabi Zabala Ibáñez, diseñador industrial, TXB Diseño de Producto; Carmen Aráosla Lizaur, IMAGINACCIÓN; Maider Urrutia, Topagunea Euskara Elkarteen Federazioa eta Kultur Kabia Zerbitzuak; Idoia Azkorra Ruiz, AMASTÉ Comunicación; Irune Jimenez González, diseñadora industrial; Iker Atxa Zaitegi, innovación social; Rebeca Arnaiz Sánchez, área de innovación social de Innobasque; Goizalde Atxutegi Rodríguez, área de innovación social de Innobasque eta ALBE- Algortako Bertsolari Estola; Álvaro de Lera Sáenz, administrador de Zirkale; Santiago Manrique Cobián, administrador de ZirKale; Raimon Bikandi, creador plastico y diseñador creativo; Christina Werckmeister Lacarra, Itinerario Muralistico de Vitoria-Gasteiz; Aiora Kintana Goiriena, Isuri Sormenezko Zerbitzuak; Juan Luis Diaz de Corcuera Uribe-Etxebarria, editor de la Revista de Cómics y actualidad cultural REPLIKA; Judas Arrieta, director de MA Studio Beijing y artista plástico; Olga Ruiz, artista y fotógrafa; Pako Revueltas, actor y director de teatro; Casto Solano Marroyo, en representación de C SOLANO SL; Alberto Palomera Calera, pintor BBAA y profesor de dibujo y artes plásticas; Garikoitz Fraga, director de la editorial Belleza Infinita; Txomin Orizaola, gestor cultural; Pernan Goñi Olalde, dibujante y autor de cómics; Urtzi Ibarguen Guridi, artista; Ibon Larrañaga Iturriagagoitia, Rock Izarra S.L.; Luis Emaldi Mitxelena, realizador audiovisual; Víctor García de la Torre, director de la compañía de teatro y música TURUKUTUPA; Eduardo Hernando Vilarrodona, actor, director, tesorero, programador, productor y más cosas en KUKUBAZaR antzerkia y Factoría de Fuegos; Jose Maria Martinez Burgos – Hafo, consultor de videojuegos y socio de DADA Company; Andrea Arrizabalaga Lasa, Ana Revuelta Andrés y Maider Urrutia Goñi, Artaziak Arte-Hezkuntza ekimenak; Catherine Marchand, Latirili Teatro & Música; Ane San Miguel Dreamer, shaker new maker de ARTEPILPILEAN exchange of artistic experiejces; Iosu Izagirre. bajista, contrabajista y profesor de música; Txelu Balboa, co-director de AMASTÉ Comunicación S.L.; Matxalen de Pedro, co-directora de Muelle3 Espacio de Creación; Igor de Cuadra, Muelle 3 Espacio de Danza y Creación; Javier Cámara Tobalina, gerente de Libreria Cámara, miembro del comité ejecutivo de la Comisión Española de Gremios y Asociaciones de Librerías y delegado internacional de la misma; Rosa Fernández Cerdán, coordinadora de ColaBoraBora; Ixiar Garcia Urbieta, creadora de We Are Pink Gorillas; Siddhartha Meneses, consultor en temas de creatividad e innovación en Pink Gorillas;

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3 comentarios

Ricardo_AMASTE 16/06/2011 - 10:36

Gracias por la difusión Julen.
Espero que la iniciativa de esta carta, sirva por lo menos para hacernos pensar un poco sobre qué somos, qué queremos ser y la función pública en todo esto.

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Amalio A. Rey 16/06/2011 - 14:02

Me sumo a la iniciativa, y ya he enviado mi e-mail a Ricardo. Me gustaría añadir que todas esas características «propias» que se enumeran para el «sector» de la cultura son extrapolables a otros ámbitos. Una carta similar podíamos firmar para muchísimas otras actividades, lo que sugiere que eso que llaman «Cultura» no debería verse como un «sector». Aunque sea una obviedad, parece conveniente recordarlo: la I+D+i incluye la I de investigación, la D de desarrollo y la i de innnovación. La mayoría de estas actividades no están sujetas a economías de escala, y el tamaño importa más bien poco.
¡¡suerte!!

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cultura 2.0 by iguazelelhombre - Pearltrees 23/12/2011 - 11:57

[…] Consultoría artesana en red » Cultura e I+D+i: el tamaño sí importa Adaptación al cambio : La cultura está continuamente haciendo el ejercicio de re-inventarse. Siempre está cambiando, siguiendo la tradición de los “ismos” vanguardistas, a la búsqueda de nuevas alternativas, que no sólo tienen que ver con los contenidos, sino con sus formas de producción y distribución. La música es un buen ejemplo de ello. Actualmente vivimos un momento efervescente, donde la crisis de las grandes discográficas y del modelo tradicional de derechos de autor, coincide con la proliferación de conciertos y festivales de todo tipo; de nuevas herramientas para la producción musical y la autopromoción 2.0; de plataformas de distribución vía redes P2P y tiendas online. En definitiva, nuevos modelos de creación y de negocio emergentes en tiempos de crisis. […]

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