Por la serranía de Ronda entre ovejas

by Julen

Sol de mañana a la salida de RondaAgradable la charla con el hombre que atendía en el hotel de Ronda: los 101 km están a la vuelta de la esquina. Esta marcha de bici de montaña (que organiza la Legión) se ha convertido en seña de identidad del lugar. Acoge a más de 7000 ciclistas este año y eso es mucho pastel. En el caso del hotel en que me hospedo están ya completos a cuenta de una reserva «masiva» desde Badajoz. Ver para creer.

Desayuno tranquilo porque al final he decidido ir más «suave» aún. Hoy no he llegado a los 50 km, pero han sido duros en su primera parte hasta El Burgo. Subida larga hasta el puerto de Lifa para dejar Ronda al fondo tras los tapices verdes que ofrece el cereal en estas fechas. En el camino un pastor con su jeep conduciendo un rebaño mientras la mujer recorre el camino a pie para que no desmanden.

Arriba en el puerto de Lifa hay una granja. He tenido que cruzar un campo repleto de ovejas que me han ofrecido un espectacular concierto de balidos en re menor. Luego, tras pasar la segunda cancela y salir del cercado, comienza la bajada, a rato andando y a rato en bici, hasta encontrar en lo hondo del valle el río Turón. Bajaba bien hermoso y tras un incidente que me ha dejado sentado sobre unas aulagas (menos mal que todavía están un poco verdes), hemos vadeado el río con baño incluido.

La guía oficial decía «por lo general seco». No ha sido el caso, pero mejor de esta forma, que eso quiere decir más vida. El vadeo ha tenido su gracia porque no era capaz de encontrar el lugar más adecuado. Oía voces de gente que desde el otro lado parecía que iban a cruzar pero solo cuando yo ya estaba en su lado y ellos en el mío he sido capaz de verlos. Así que la bici y yo hemos salido limpitos del Turón… pero por poco tiempo porque la subida hasta la pista era por un pequeño barrizal. Nada a lo que no esté ya acostumbrado, jajajaja.

Por una pista ancha y fácil y en su mayor parte descedente, enseguida me he plantado en el bar de la plaza allá en El Burgo. Un poco de hielo en la rodilla, una bebida para retomar el aliento y un tratar de entender lo que la gente del lugar hablaba. Imposible. Otra lengua. Un mundo de sonidos de los que la mitad son incomprensibles para mí. Curioso para quienes venimos del norte. Quizá al revés pase lo mismo aunque me da que no en la misma intensidad.

Salir de El Burgo ha sido reencontrar al olivo. Una subida por una pista cuyo suelo se rompía a medida que subía. Primero olivar, luego cereal, arriba pino y cuando bajaba para Ardales incluso algunos frutales. Nada que ver con los alcornoques y quejigos de días pasados. Hemos cambiado de paisaje. Moles calizas salpican el paisaje y el cereal, verde intenso, coloniza las llanuras.

En fin, que hoy es el primer día que usamos la infraestructura de Guadalinfo. Es aquí en Ardales, otro pueblo en cuesta, por cierto, como Facinas. Mañana terminaremos la TransAndalus. Habrán sido más de 2.200 km más los de propina de pequeñas pérdidas aquí y allá. Muchos recuerdos que ya iremos (des)ordenando poco a poco. Hasta mañana.

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