La precariedad de vivir de la carga de trabajo

by Julen

El AstilleroCada cierto tiempo los periódicos publican la buena nueva: La Naval,con carga de trabajo hasta 2013. El permanente estado de amenaza no llega hasta la ejecución: tenemos más plazo de vida. Es como cuando te han diagnostico una enfermedad incurable. Sabes que vas a morir, pero el cuerpo lucha y como consecuencia de esa lucha recibe premios en forma de periodos adicionales. La partida se acaba, pero tienes una nueva bola extra.

En este caso, el paciente estaba a punto de entrar en estado bastante grave. Según El País:

El acuerdo se produce solamente cuatro días después de que la dirección y los sindicatos del astillero pactaran la aplicación de un tercer ERE en la factoría (que debe ser refrendado por los trabajadores), con una duración máxima de seis meses, de abril a septiembre, y cuyo objetivo, según la firma, es acompasar la situación de la plantilla -unos 360 trabajadores- a la construcción de este nuevo barco.

Las Administraciones Públicas están también involucradas en la supervivencia del paciente. Hablan, Diputación Foral y Gobierno Vasco, de entrar en el capital, «si lo autoriza la UE».

Todo esto reconozco que me provoca cierta angustia. Y eso yo que lo veo desde fuera. No quiero ni pensar lo que tiene que ser para la gente que trabaja allá dentro. El destino en manos de avalistas, acuerdos de última hora, complejos intereses políticos. Y quien trabaje allí, en soldadura o calderería, esperando que la amenaza permanente les dé una tregua.

Parece que el proyecto de construcción de un nuevo barco para un armador belga, que servirá para echar piedras sobre el fondo del mar y tapar tendidos submarinos de cable o tubería, proporcionará 1.800.000 horas de trabajo. Esta es la «carga», una cuantificación pura y dura que sirve para que el enfermo no muera en 2011. Las personas son mano de obra, el coste es una multiplicación y ahí me temo es muy duro competir cuando el «coste de la mano de obra» no es el mismo que el que se aplica en otros países de Asia o de otras partes del mundo. El primer mundo, no obstante, continúa con estas simples multiplicaciones.

La economía del conocimiento convive con esta cruda realidad. Un barco son horas de mano de obra. Por mucho que quieras dibujar el proyecto y construir la ilusión de surcar el mar, el asunto es la carga de trabajo que provee. Quizá luego lleguemos a sentir el orgullo de la botadura, pero dame carga de trabajo, que vivo de ello.

Conviene recordar que esto es así, que hacer barcos es conseguir carga de trabajo. Lo mires como lo mires, no deja de ser una buena noticia. Que se enmarca en una especie de tristeza global porque el enfermo no consigue la cura sino que recibe un nuevo plazo de vida. Y parece que es un éxito. Será que la enfermedad es incurable. ¿No hay alternativa?

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3 comentarios

Germán 03/04/2011 - 11:43

La precariedad es parte de la vida. Pretender vivir con caga de trabajo comprometida para toda la vida es una trampa bastante mortal

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Julen 11/04/2011 - 05:51

@Germán, pero la precariedad genera incertidumbre. Y no todo el mundo lo sobrelleva bine, me temo. Creo que no es para todo el mundo.

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David de Ugarte 04/04/2011 - 02:32

Pero… ¿una consultoría no son también tiempo de trabajo? ¿El desarrollo de un programa no es cuantificable también en dedicación? Da igual lo que ofrezcas en el mercado o cuál sea tu factor clave (conocimiento, capital o lo que sea) al final tu tiempo de trabajo tiene un coste, que ha de ser inferior en su valor en el mercado. Si el número de horas que el mercado (osea los demás) quieren dedicar de su trabajo para obtener el tuyo es suficiente podrás vivir de ello, si no, ve reinventándote, no?

Si la Naval vende un barco a un comprador, que se entiende racional, es porque lo que ofrece a ese precio es mejor y merece la pena al comprador frente que lo que los demás ofrecen a igual o menor precio. Si tiene encargos para pagar salarios durante dos años más no es que «esté muriendo» es que seguramente incorpora al producto lo suficiente como para compensar las diferencias en otros costes (como los salariales con Asia). Mala noticia para los trabajadores de astilleros en Asia (que perderán su empleo o no lo obtendrán o manteniéndolo tendrán difícil mejorar su nivel de ingresos), buena para los de la Naval… no?

Quiero decir que en la noticia no veo causa para la melancolía por ningún lado. Pero es que a veces no te entiendo nada Julen. 🙂

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