La edad y la reputación

by Julen

Julen Iturbe-OrmaetxeTengo 46 años. Soy «el señor mayor». Supongo que tiene su parte buena y su parte no tan buena. Aitor Bediaga es más joven que yo. David Sánchez Bote también. Naiara Pérez de Villarreal también. Pero no queda el asunto ahí. Odilas también es más joven. No digamos Jon Sáez. Insultante juventud. Y si me voy a la vía TrendTrotters, ¿qué decir? Iván y Asier. Ya, claro, también más jóvenes. Como Lander Beloki, el decano de Enpresagintza o el director de MIK, Aitor Urzelai.

¿Y mientras? El mercado conservador en que vivimos premia mi edad. Lo que yo puedo hacer, otras personas no. Soy un señor mayor que vive de que se le vea como señor mayor. ¿Me lo cultivo? No sé, las crisis llegan un día por la mañana y entonces a lo mejor tus 46 años o los que sean no te gustan tanto. Mientras tanto, increíble pero cierto, ser mayor abre puertas.

Hay una razón a la que a veces recurro: sí, yo conocí un mundo sin Internet, sin apenas ordenadores. Claro, yo puedo decir que estudié una carrera en la que el trabajo final, sobre motivación, lo presenté «a máquina». A máquina de escribir, por supuesto. Ni un triste ordenador. Claro, era 1988. Y el mundo de las organizaciones, de sus consejos de dirección y de gente con poder, hoy a lo mejor está más cerca de mis 46 años. Es gente que también estudió sin Internet. Ah, claro, ¿pero eso explica la ventaja competitiva de ser un señor mayor? Complicado mundo.

Supongo que hay química y empatía. Esta es la versión de la botella medio llena. Medio vacía, en cambio, habla de la falta de confianza en la gente que llega. Porque esta gente joven no es como la que gobierna (o cree que gobierna) las organizaciones. No, son diferentes, no entienden la concentración y el esfuerzo. Llegan en formato multitarea, es gente dispersa. Qué será de nuestras empresas. Lamento colectivo. El mundo se derrumba.

Así que esta edad que tengo debe ser la mejor opción posible para mí. Bonita estupidez esta de pensar que podría tener otra edad. Sólo hay una posibilidad. Las cuestas se suben más despacio, aunque sean más largas. La prisa no tiene sentido porque me conviene dejar de acelerar el tiempo.

Os dejo, que tengo trabajo de señor mayor. Hoy, mañana y pasado. Intercalado con momentos de rebeldía contra mí mismo. Que no sirven de mucho pero mantienen alerta el espíritu. Suerte.

Artículos relacionados

18 comentarios

aurzelai 06/04/2011 - 08:10

Para hacer frente a mi «excesiva» juventud en ciertos foros, siempre he pensado que el tener canas podía ser una ventaja. Así que no me pienso teñir 😉

Responder
David Sanchez Bote 06/04/2011 - 08:20

Es cierto Aitor Lander y tu peináis canas…será esa la clave? 🙂

Responder
pere losantos 06/04/2011 - 08:50

Pasara (disculpad los acentos) lo mismo con las empresas? Jovenes, pequenyas, abiertas, pobres e impetuosas contra senior, grandes, cautas, con musculo financiero y recelosas?

Responder
Aitor Bediaga 06/04/2011 - 09:15

Pus yo me pienso teñir unas canas a ver si eso sirve para algo… 😛

Responder
Juanjo Brizuela 06/04/2011 - 10:39

zooooriiiooonaaak zuuuuriiiii!!
Acabo de vivir una situación en la que por la condición de «otro-señor-mayor» se ha valorado un trabajo precisamente por eso, por el «señor-mayor» y no por el «valor aportado»…
así que me revelo definitivamente a la edad… alguien me comentó una vez que no se cumplen años sino que se acumula sabiduría… pues de verdad, prefiero la mente inocente de los pequeños… me da más vidilla.

Responder
Aitor San Sebastián 06/04/2011 - 11:01

El tema de la edad es un arma de doble filo.

En algunos sectores y ocupaciones se considera garantía de experiencia, y es por tanto una ventaja competitiva.

Pero para otros puestos, sin embargo, ocurre lo contrario. Se presupone que a partir de cierta edad tu rendimiento y tu capacidad de aprendizaje ya no son las mismas. Y la edad, entonces, se convierte en un lastre y un obstáculo que puede dejarte fuera del mercado laboral.

En cualquier caso, viendo la foto, son 46 años muy bien llevados 😉

Responder
Naiarapzv 06/04/2011 - 13:36

Julen, te recuerdo que el «envejecimiento» es un estado mental!! FOREVER YOUNG ;-D

Responder
Mikel Ihidoi Olaitzola - @himikel 06/04/2011 - 15:42

Hay una cosa que no la puede cambiar el paso de los años, tu sonrisa 😉

Comparto con @AitorSS de que es de «doble filo», que afecta de maneras distintas en función a nuestra posición en la pirámide del poder (capital, privilegios, condición social, etc.), pero creo que a los que no hemos llegado aún a estas edades discriminatorias (está claro que tú tampoco @Julen), no queremos el modelo actual ni para nosotr@s ni para venideros, tenemos una oportunidad ética de buscar nuevas organizaciones donde la metritocracia no se base en la acumulación material o posicional, se base más bien en la participación y el re/conocimiento, de modo que las personas mayores no pierdan su representatividad, y se consiga de una manera legítima y equilibrada. En este cambio (en el que me siento implicado), las labores «puente» como las que comentas en el post, son muy necesarias, y de agradecer 🙂

Pero como bien dice @Naiara, lo joven/viejo es más un estado mental que corporal, una actitud 😉

Responder
Iván 06/04/2011 - 16:30

Gran post

Generalmente creo que nuestra sociedad y empresas ( por aquí al Sur de Islandia) ven la juventud como falta de experiencia y falta de madurez en muchas cosas. Incluso aunque PUEDE SER VERDAD, ¿ es siempre malo eso? creo que no. Tenemos que pensar hasta hace poco a alguien de corbata se le miraba ( o miraban ellos) por encima del hombro a gente que va en camiseta. Son cambios que se producen, a mi me resultaría raro escuchar a un emprendedor de start ups de internet hablando en corbata y con traje gris

Tiene obviamente su parte social y antropológica, y en parte algo de razón que la sociedad vea todo esto así.Se reunen los grandes empresarios con el presi y resultan clones (corbata gris de traje y de más de 55-60 años) . Pero es que claro si van los 30 empresarios de internet puede que nadie lleve corbata y tengan menos de 40. Dependen de los lados que vEamos

La mayor parte de las empresas que conozco y por las que he pasado se valora un modelo tradicional y conservador en las formas de hacer, experiencia, trabajo duro, fichar, rendimientos medibles en horas y un largo etc de pautas heredadas de la sociedad industrial. Pero es que coño el mundo ha cambiado drasticamente !!!

Una de las cosas que más valoro de ti Julen, es la capacidad de apostar y creer en la gente joven, es algo que no abunda y que se valora.

No obstante creo que no depende de la edad hay gente carca con 20 años, y gente tremendamente juvenil con 60, creo que la ACTITUD es la clave

Un saludo y gracias por tu apoyo, y Olé a esos buenos 46 pater 🙂

Responder
Alfonso Hermida 06/04/2011 - 16:46

Los que ya tenemos esta edad insistimos en eso que ya se ha mencionado por aquí: Se acumula sabiduría y lo importante es la actitud.
Es una forma de verlo desde dentro porque, desde fuera, la «cosa» no es así de «benévola» …
Tengo 45 años recién cumpliditos y, por primera vez en mi trayectoria profesional, estoy en situación de desempleo desde hace 9 meses. Y resulta que en todas las entrevistas en las que he tenido la fortuna de intervenir me han dicho aquello de «tienes demasiado curriculum».
Pues va a ser verdad eso de que se acumula sabiduría, pero claro, si te pasas trabajando 21 años, lo lógico es que la acumules, ¿no?
En fin, que sí pero que no. Que me interesa la gente experimentada pero no con tanta experiencia. No deja de ser curiosa la incoherencia, ¿no?

Responder
Raúl Tabarés 06/04/2011 - 17:00

Jo, genial el post Julen 😀

Muy ilustrativo del panorama organizacional con el que nos encontramos día a día. Hace poco escuchaba una frase que me hizo pensar bastante; «Yo no tengo 50 años de experiencia. Tengo uno, repetido 49 veces».

Muchas veces ocurre esto, pero la verdad es que en el mundillo en el que nos solemos mover, la edad (en la mayoría de las ocasiones) es una ventaja competitiva para miles de profesionales.

Que le vamos a hacer, también hay perjuicios en esto…

Responder
Josu O. 06/04/2011 - 19:52

Estoy con Naiara. La edad es mas unestado mental aunque el físico comience a enviar señales de alarma.

En ese sentido creo que quienes trabajamos con personas jóvenes tenemos una ventaja increible.

Responder
MARIA 06/04/2011 - 22:14

¡Y a todo esto por no sumarle el tema del género!
Que si «el mercado conservador en que vivimos premia mi edad» (la edad de julen, se entiende), ni qué decir del hecho de que seas hombre.
OK, hemos avanzado mucho, hay empresas que valoran la juventud sea del sexo que sea (incluso alguna que no se dedique a la moda 😉 ), las diferencias son cada vez menores… pero ¿cuantos creéis que la confianza que puede generar Julen por sus canas puede lograrla una rubia de 24, 27 ó 33 años? Ummmm…. (des)confianza en «lo que viene», porque aún no está, claro

Responder
Jon Saez 06/04/2011 - 23:36

Qué te voy a contar yo, Julen… a veces resulta frustrante, sobre todo porque no tienes experiencias y vivencias. Pero también tiene su parte divertida. Esa mejor te la cuento tomando un café en el bar de Miguel 🙂

Responder
Jon Saez 06/04/2011 - 23:37

Perdón, porque la gente piensa que no tienes experiencias y vivencias

Responder
Asier 07/04/2011 - 11:44

Ayer por poco me pongo las canas como el señor bediaga….. la cana es una ventaja competitiva …

Responder
Amalio A. Rey 07/04/2011 - 13:42

Bonito tema, Julen. Gruesa carga de nostalgia. A mí me preocupa más la situación contraria: cuando a un «señor mayor» se le margina o subestima por eso. Me jode un montón porque un joven todavía tiene posibilidades de mejorar. Pero que se presuponga una actitud o aptitud por la edad, me jode un montón
Saludos 🙂

Responder
Nacho Muñoz 07/04/2011 - 17:45

Dejadme hueco en la peluquería 🙂

Responder

Responder a Jon Saez Cancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.