Internet sin ordenadores

by Julen

Tizas usadasEstamos trabajando ya desde hace un par de meses con Lan Ekintza en un proyecto relacionado con la presencia de su estrategia Ekin en Internet. Al final, como tantas otras veces, acabamos subiendo peldaños para hablar de lo que no es Internet. Esto puede tener que ver con la propia definición de esa estrategia, pero también con lo que las personas hacen y deshacen en sus actividades cotidianas.

En una organización que trabaja de cara a la ciudadanía, todos sus proyectos son golosos de comunicar. No es problema la cantidad, sino la arquitectura que interconecta las diferentes partes que se muestran. Tampoco nada que no sea evidente. Existe producción copiosa -la buena noticia- y existe cierta necesidad de coordinación -el problema- en cualquier organización que se sienta «social».

Pero cuando llegas a hablar de Internet, entonces hay dos planos que de nuevo surgen poderosos: uno es el de la tecnología y otro el de comprender para qué y cómo puede Internet insertarse en el ADN de la organización. La primera parte tiene su miga porque la manera en que se utilizan las tecnologías pasa por decisiones de responsables de los departamentos de Sistemas de Información. Y la relación con el usuario abarca una amplia gama de escenarios, desde considerarlo como potencial enemigo a verlo como aliado natural.

Sin embargo, la parte «conceptual» que Internet plantea quizá requiera que dejemos por un momento los ordenadores a un lado. Pizarra y tiza, lápiz y papel, garabatos, flechas y círculos. Hay conceptos que conviene comprender e interiorizar. Y no hace falta el ordenador. Es más, el ordenador puede tergiversar la explicación. Si acaso, se podría tener al lado para mostrar ejemplos. Pero nada más. Nada que abra la caja de los truenos de las «inmensas posibilidades» de Internet. Genera desasosiego en la mayor parte de las personas.

Quizá esto que comento no suceda con personas jóvenes. Lo digo porque me parece que aceptan mejor la multitarea y no se tensan tanto con este asunto de las «inmensas posibilidades». La gente de mi generación ha aprehendido el mundo desde sus limitaciones, desde un orden, desde una secuencia, desde unas lógica de causa-efecto controladas. El descontrol, el caos, las variantes, las líneas de fuga… todo esto es ruido. Ruido ensordecedor para mucha gente que teóricamente se ocupa de gestionar (eso les han asignado) una organización.

Por eso hemos decidido probar con esta nueva vía. Hablar de Internet sin ordenadores, con pizarra. Buscamos comprender. Se trata de un ejercicio para interiorizar que toda esa tecnología sin (cierto) control es una bomba de relojería. Pero se puede desactivar la bomba desacelerando la manera en que la presentamos.

En fin, ya compartiremos por aquí cómo nos va en esa sesión que vamos a programar de «Internet sin ordenadores». Hablamos. Ah… y para no abrumar, he aquí un ejercicio de contradicción con las normas vigentes en Internet: dejo este artículo sin enlaces. Lo suyo me cuesta 😉

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