Ante todo, control y homogenización

by Julen

Desfile 20 de JulioPasa el tiempo y me temo que seguimos en las mismas. Unidad, alineamiento y homogeneidad siguen siendo las máximas de la inmensa mayoría de nuestras instituciones. Parecería como si la diversidad molestara, como si hubiera que limar las aristas para que todo «parezca» similar. Eso sí, para homogeneizar se recurre a las más diversas prácticas, desde plantillas para documentación hasta presencia en la web. Nos  debes lealtad, llegan a decir. Pues cómprate un perro.

La iniciativa individual debe pasar por el aro de lo corporativo. ¡Por favor! Cómo podemos permitirnos la más mínima incoherencia a la hora de presentar ante el mundo nuestra imagen. ¿Acaso no habéis visto lo bonito que lucen los militares en sus desfiles, todos con el mismo disfraz? Pues ese es el objetivo: que lo hagas de la forma -única- en que yo te digo que lo debes hacer.

Los daños colaterales no importan. Los humanos deben ser minimizados a simples reproductores monocordes de imagen corporativa. Porque, por supuesto, esa imagen se construye por el alineamiento de planetas, lo que obliga a usar los mismos colores, pies de página y viñetas. En el afán homogeneizador todo vale. Si hace falta, artillería pesada, cañonazos a babor y estribor para que que la imagen luzca plácida a los ojos de quien nos mira. Fuera tensiones y diferencias. El aro es ese sitio por el que, sí o sí, tienes que pasar.

Ya sé que soy un poco díscolo y que no me gusta hacer de oveja en el rebaño, pero conste que me ponen las estupideces a huevo. Si no lo decía, reviento, aunque me callo en parte. A lo mejor hay que ser insumiso por defecto contra las instituciones -esos monstruos de diverso tamaño y forma- que actúan como gargantúas que se tragan nuestra creatividad y la excretan como heces inservibles  (perdón por el momento escatológico).

A veces me parece que hay gente que se mete en su silo funcional y hace de sus responsabilidades una cruzada contra el resto de la humanidad. La gente que lleva la imagen corporativa de las instituciones no trabaja sobre mínimos sino sobre máximos. No dibujan «lo básico» o «lo lógico» sino que dibujan la excelencia, la puta excelencia que te dice cómo tienes que sentarte en la taza del WC. Y así sigue el mundo, diverso y de colores, pero gris dentro de las murallas de las instituciones.

Y no sigo, que me sube la tensión. La sociedad del control avanza. ¡Dios salve a la imagen corporativa!

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3 comentarios

Tweets that mention Consultoría artesana en red » Ante todo, control y homogenización -- Topsy.com 26/01/2011 - 07:05

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Miguel 03/02/2011 - 13:53

La insumisión frente a las instituciones incluso desde dentro no es sólo saludable, porque si no existe no hay forma de cubrir objetivos, lo saben muy bien hasta los más «instituidos», porque se benefician de los insumisión ajena.

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Julen 06/02/2011 - 06:35

@Miguel, quizá la insumisión ha sido integrada en el sistema y se juega con ella. Este es el peor de los escenarios: cuanta más insumisión más fuerte es el sistema. Y en ocasiones estoy seguro de que así sucede. Al menos con cierto tipo de crítica. No es asunto fácil, distinguir cuál es el mejor camino.

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