De diagnósticos está el mundo lleno

by Julen

orientalore etxeaAyer domingo Orientalore Etxea nos sirvió de cobijo a un grupo de amiguetes para charlar y escuchar en buena medida lo que Iratxe Molinuevo está construyendo allí. Con la melodía de fondo de la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner ella trabaja con sus chicas y chicos en un planteamiento pedagógico integral. En él juega un papel muy importante el espacio físico, que vertebra las actividades para acompañar a los chavales en su desarrollo.

Iratxe hablaba de la constante relación entre el diagnóstico y la acción. No se entiende lo uno sin lo otro. Pero también resulta difícil separarlos en el tiempo por cuanto la acción influye constantemente en el teórico diagnóstico para modificarlo en una rueda sin fin. De hecho Orientalore juega constantemente con elementos cíclicos, partiendo de su mismo logotipo, por ejemplo.

Mientras la escuchaba pensaba que aquello era simple lógica. Pero que, como tantas otras veces, la lógica se aleja de la práctica cotidiana. Y razones hay para ello. Primero, porque vivimos en una realidad sobrediagnosticada. El diagnóstico es el dios moderno de una sociedad ansiosa por saber qué le pasa. La búsqueda de faros por los que guiarse para tranquilizar el espíritu es permanente. Sea lo que sea, el peor escenario es siempre el de no saber qué nos pasa. Y los diagnósticos, ya se sabe, son la facturación previa a la terapia. Y conducen al evidente riesgo de la parálisis por el análisis.

Pero más aún, ayer me preguntaba si no hay un negocio global del diagnóstico autoinducido. Quiero decir que la situación de desamparo es inherente a nuestros tiempos. Todo está por decidir y tenemos la libertad de construirnos (o destruirnos). Ninguna gran religión va a hacerlo por nosotros. No, esto es una obra personal: somos responsables de labrarnos nuestro propio futuro y disfrutar con el camino, aunque no sepamos el destino. Mensaje fácil que se convierte en profecía que queremos que se autocumpla. Es la corrosión del carácter, que diría Richard Sennett.

El pensamiento de diseño y el trabajo con prototipos beben de las mismas fuentes que Orientalore utiliza en su modelo pedagógico. La labor importante es la de crear condiciones para que las cosas sucedan, con una visión no centrada exclusivamente en dinámicas de corto alcance causa-efecto. Hace falta una mirada sistémica, más amplia, que impulse no obstante la acción local y le proporcione sentido. Fácil decirlo, difícil llevarlo a la práctica.

Y como hablamos de personas, reconociendo además, que la magia de la predicción es sólo eso: predicción. Aunque por seguridad, reducimos la incertidumbre y decimos: sí, ese va a ser el resultado a conseguir, con la esperanza de que al saber cuál es la medida nos comportemos de acuerdo con ella.

Bonita la experimentación de Orientalore. Y además nos dio para compartir charla sobre guardia civiles, controles policiales y otras menudencias. Por cierto, que también sirvió para desvirtualizar al jukebox y para confirmar lo agradable que es charlar alrededor de una mesa. Inventos simples y que funcionan. Por cierto, cuadrilla twittera que nos juntamos: @garaolaza, @Mertxe_Beriain, @Javiviz, @iramoli, @noemipastor, @iturri, @eljukebox y servidora.

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6 comentarios

Infidelidad saludable… | EnPalabras 20/08/2011 - 17:30

[…] Hablaba recientemente Julen de la ansiedad que nos produce la incertidumbre y cómo tratamos de resolverla con una sobrediagnosticada realidad. […]

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Pedro Pérez 28/10/2013 - 13:08

Estoy de acuerdo con lo que expones; vivimos en una sociedad sobrediagnostida. Muchas gracias por tu post.

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Julen 05/11/2013 - 07:45

Sí, Pedro. Ahora, tras el diagnóstico, nos hacen falta iniciativas. Hay que hacer, porque así cambiamos el mundo.

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