Consultoría y artesanía, según Sennett

by Julen

Este ir y venir en que andamos se lo he escuchado muchas veces a David. No hay manera -o al menos cuesta mucho- de aferrarse a un logro que sirva de faro. No hay tiempo y vivimos de no dejar que el tiempo pase. Aquí y allí, al mismo tiempo en varios escenarios. Nos manejamos en empresas a lo Hollywood, un proyecto aquí y otro allá.

Los tiempos modernos parece que juegan a nuestro favor. Somos flexibles, jugamos varias partidas al mismo tiempo. Nos tomamos la vida como viene. No incorporamos tensión a nuestros cuerpos, simplemente la hacemos fluir hacia otro escenario. Transmitimos y, si lo encaramos por el lado positivo, transformamos.

Pero no es oro todo lo que reluce. Recojo una cita de Richard Sennett, tomada de La cultura del nuevo capitalismo, en la que reflexiona sobre la dualidad a la que abocan las modernas instituciones flexibles que son la referencia de la moderna competitividad (el subrayado es mío):

Estas instituciones, como hemos visto, privilegian el tipo de vida mental que encarnan los consultores, que pasan de un lugar a otro, de un problema a otro, de un equipo a otro. Los miembros del equipo tienen que hacerse expertos en trabajo en proceso, pues con el tiempo se estarán desplazando permanentemente de un sitio a otro de la organización. Para este trabajo se requiere verdadero talento. Es la habilidad para pensar, con la mirada puesta en el futuro, qué hacer cuando hay que romper el contexto y la referencia, lo que, en el mejor de los casos, es un trabajo de imaginación, pero, en el pero, esta explotación de talento corta la referencia a la experiencia y los lazos que unen a las circunstancias, renuncia a las impresiones sensoriales, separa análisis y creencia, ignora el poder de cohesión del compromiso emocional y castiga la profundización, todo lo cual lleva a vivir en un puro proceso, que el filósofo Zygmunt Bauman llama «modernidad líquida»: exactamente la condición social del trabajo en los sectores punteros.

Así que abrazamos paradojas para continuar el rumbo. Y quizá una de ellas sea la de tratar de unir consultoría con actividad artesanal. A lo mejor un imposible hecho realidad. O no. Más adelante, en el mismo libro Sennett nos da la pista para salir del círculo vicioso de la pérdida de valor profesional:

En resumen, el espectro material de la inutilidad saca a la luz un grave drama cultural. ¿Cómo se puede llegar a ser valioso y útil a ojos de los demás? La manera clásica de hacerlo es la propia de la artesanía, es decir, mediante el desarrollo de algún talento especial, de alguna capacidad particular. En la cultura moderna, las reivindicaciones del trabajo artesanal han sido objeto del desafío de una fórmula alternativa de valor.

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2 comentarios

Isabel 01/01/2011 - 11:04

Decías hablando de paradojas: «Me cuesta ver la superficie y creer que no hay nada debajo»
Hay tantas capas de «superficie» acumuladas que no da tiempo.
Y sin embargo, va a tener que ser.

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Re-mezclas | EnPalabras 20/08/2011 - 17:28

[…] sin conclusión a la vista, porque cuesta aferrarse a un logro que sirva como faro, pero con el sentimiento compartido de no ponernos límites. Explorar y aprender son el verdadero […]

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