Doctor, sé más que usted de mi enfermedad

by Julen

Influenza ahhhhhhhhh!!! xDLa wikipedia de alguna manera ha encumbrado el conocimiento profano… o no tanto. Porque todavía hoy tengo la sensación de encontrar críticas feroces contra una forma no profesional de contribuir al conocimiento compartido. Supongo que depende de dónde estés trabajando puedes argumentar en contra de la ¿desprofesionalización? que supone. Las críticas de Jaron Lanier y compañía también son interesantes porque ayudan a matizar beneficios de un proyecto como la wikipedia. Hace ya mucho tiempo que escribimos de ello en este blog, a cuenta de la estupidez colectiva de Internet.

Pero quería abrir una nueva vía que a veces queda oculta por la línea «oficial» de pensamiento. Si nos vamos al campo de la medicina, es evidente que hoy en día conforma un poderoso espacio económico ligado sobre todo a las multinacionales farmacéuticas. Miedo dan esas oscuras maniobras -¿material para wikileaks?- entre diferentes agentes de la cadena de valor sanitaria… por llamarlo de alguna forma.

La medicina tiene que ver con personas. Lo mismo que la psicología, la antropología o la sociología. Y la medicina, al final, se convierte en «muchas medicinas». Siempre parecen necesarios tres elementos en la curación: quien percibe que está enferma/o, a quien se asigna la autoridad de sanar y el método que se aplica para ello. Las combinaciones entre esos tres elementos generan un espacio confuso. Porque, eso sí, desde siempre han existido los placebos, concediendo al paciente el beneficio de que su voluntad también cura.

En mi entorno familiar lo veo un día sí y otro también: las convicciones personales y la conversación con pares son poderosos movilizadores de sanación. El conocimiento experto de quienes ejercen la medicina tradicional llega hasta donde llega. Y es evidente que tienen que adentrarse en territorios de la psicología particular de sus pacientes si quieren aumentar las probabilidades de curación. Y pueden hacerlo sólo hasta cierto punto, dados los objetivos «productivistas» de tiempo de consulta por paciente. Así que cada vez hay más información ahí fuera que entremezcla miles de posibles soluciones, unas con bendición corporativa y otras sin ella.

¿Pero qué sucede con la medicina oficial que dispensa química por interés de las multinacionales farmacéuticas? Las sesudas investigaciones que respaldan la pertinencia de ciertos fármacos se entrecruzan con los intereses económicos. Eso enturbia la solución final a aplicar. No es lo mismo recetar un fármaco u otro cuando son muchos los potenciales clientes de ese fármaco. Y no digamos nada si te pones un poco sensible con el hecho de que a más cantidad de gente enferma, más ventas.

El conocimiento -«personal e intransferible» hasta cierto punto- sobre la enfermedad que uno tiene es, al mismo tiempo, origen de curación. ¿Tiene sentido ponerlo a disposición de las demás personas? En el caso de las enfermedades raras es evidente la necesidad. Hay que buscar semejantes, gente con la misma problemática que no va a encontrar en la industria médica oficial la respuesta a sus dolencias. La teoría de la larga cola pone sobre la mesa pequeños nichos ¿de mercado? donde el conocimiento profano de la persona enferma cuenta más y más.

En un escenario con toneladas de información al alcance, el problema es distinguir qué es fiable y qué no lo es. Cuando intermedia la persona y sus percepciones todo se complica más aún. ¿Quién le dice a una persona con fe que no hay milagros? Si quiere verlos, probablemente los vea. Y vete tú a saber lo que pasa de verdad. Las convicciones personales arrastran impresionantes modificaciones de conducta que desde fuera son incomprensibles.

En fin, me ha venido esta reflexión a la cabeza porque es posible que tenga que realizar un proyecto de consultoría relacionado con la «medicina natural». ¿Qué es esto de la medicina natural? De momento, se me viene a la retina un maremágnum de miles de ofertas milagrosas entremezclado con la necesidad de buscar alternativas ante los fracasos (ocasionales o frecuentes) de la medicina tradicional. Tengo que preparar la propuesta para ese proyecto; ya me iré empapando de este complejo sector. Compartiremos conversación si va adelante.

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3 comentarios

Franck 30/11/2010 - 06:37

Resumir la medicina a una pandilla de corruptos al servicio de multinacionales malvadas es algo muy reductor, «dejá-vu» y no corresponde a los criterios de calidad de este blog. El estado ha elegido su modelo y deja el i+d de sector sanitario en mano de multinacionales. Fracasa ese modelo? Pues lo datos de esperanza de vida te dicen lo contrario. Puede mejorarse el modelo. por supuesto y en muchos aspectos

Tratar enfermedades con buenas ondas y unas infusiones me parece en efecto mucho más serio y seguramente una alternativa que le gustaría recibir a todos los enfermos de este país y del planeta.

A parte de esto, ¡Mucha suerte con tu oferta!

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Julen 30/11/2010 - 06:44

@Franck, no reduzco la medicina a esa «pandilla de corruptos al servicio de multinacionales malvadas» sino que esa «pandilla de corruptos al servicio de multinacionales malvadas» es parte de la realidad, lamentablemente. Si entras a mirar patentes relacionadas con partes del cuerpo humano y con el tratamiento de enfermedades entra cierto miedo, ¿no crees?

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Centinel 01/12/2010 - 15:11

Que las multinacionales farmacéuticas son poderosas e insaciables, está demostrado. Que sus medicamentos, en general, son positivos para al tratamiento médico, también. Y digo sus medicamentos (que tampoco todos), no otros productos que venden aprovechando su imagen y nombre. Están bastante controlados, por suerte, reconociendo que el sistema no es perfecto. Las empresas de medicina natural creo que son igual de insaciables, pero es verdad que mucho menos poderosas. Cuestión de tamaño y de pelas.
La medicina «natural» está tan poco controlada y es algo tan genérico que tiene sus peligros. ¿Qué es natural? Lo que cura es el principio activo, da igual qué soporte tenga (hierba, pastilla…) y prefiero saber qué dosis exacta me tomo de algo y con qué excipiente que tomar algo «a ojo» .
Este artículo puede ser una reflexión bastante interesante al respecto:
http://www.soitu.es/soitu/2008/01/07/salud/1199725573_350965.html
Suerte con el proyecto, Julen, suena bien…

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