Violencia estructural

by Julen

Gran HermanoAlimentos de la violencia, una ingesta que mantiene el dolor de fondo. Nunca más agudo, ese dolor es sólo un ligero zumbido crónico que queda oculto en la escena. El poder lo ha conseguido. Comes, te alimentas y con ello introduces nuevos nutrientes de dolor.

El dibujo amplio, global, inmenso y multiforme es inabarcable. La excusa perfecta para seguir comiendo. Yo no quise, yo no sabía, yo no puedo. Nunca antes fue tan fácil eludir la responsabilidad. ¿Violencia? Sólo la que vemos por la tele, en dosis justas, con el dolor medido. Píldoras de autoconsumo expedidas en máquinas de vending. Tú misma.

La acera se estrecha y al final sólo podemos ir en fila de a uno. Delante, detrás. Sin uniforme. La diversidad de origen se multiplica en diversidad de moda. Y tal caos sólo sirve para que el engranaje dé otra vuelta más. Sin que tú ni yo nos demos cuenta. El giro es silencioso. Otro muerto en una calle de un lugar que ya no será más el mismo. Lo mismo da.

En el rompecabezas del desastre, cada pieza encajaba bien. Sorprendentemente bien para la complejidad global. Alimentos funcionales para el espíritu. ¿De dónde vienen? Los campos de cereales de la niñez nunca más. El poder es nuestro. Podemos. Por fin podemos. Pero el reloj en que vivimos nos es ajeno. Sólo sabeos que nos necesita. Que nos quiere. Somos su herramienta.

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La imagen en Flickr es de tupolev und seine kamera.

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1 comentario

Paradojas y sentido crítico | Consultoría artesana en red 30/09/2014 - 08:43

[…] y colores que estudia el neuromarketing. Más y más investigación para que no lo sintamos. Es violencia estructural dentro de una burbuja […]

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