Sentirse libre en la empresa

by Julen

Cadenas d'horizonNo es fácil hablar de libertad. Menos hacerlo de libertad en la empresa. Si el otro día decíamos que la seguridad es una percepción, qué decir de la libertad. ¿Se puede ser libre encerrado en una cárcel? La imaginación es poderosa y no debemos menospreciar su capacidad para crear universos.

¿Se pueden crear condiciones de libertad en las empresas actuales? Bueno, convendrá mirar primero al contrato que firmamos, ¿no? Allí es probable que leamos condiciones relacionadas con las horas, el dinero, las normas, las sanciones o los derechos. Es la base de la relación entre las partes. Luego, por supuesto, el capitalismo emocional inventó el contrato psicológico. Opera en otro plano, diferente, más poderoso y complejo. Ahí la mayor parte de las veces no se escribe nada.

Es evidente que hoy las empresas levantan sus «perímetros de seguridad«. A veces son físicos: vallas que rodean la propiedad. A veces son intelectuales: protección del conocimiento. A veces son emocionales: cobertura de un marco de relaciones humanas bendecido por un código de normas laborales. Este perímetro de seguridad, más o menos evidente según casos, existe y contribuye a configurar la identidad corporativa. Ahí la persona deber ejercer la libertad. Es lo que hay. Y se puede leer en positivo, no hay que olvidarlo, porque las empresas también pueden actuar como buffer de seguridad, que diría Amalio Rey… o como simple interfaz… o como factor limitante.

Las personas allá dentro aceptan ciertas condiciones. La carrera por explicitar conocimiento ha generado una sobredocumentación de los procesos. La persona lee una pauta de proceso que guía su actividad laboral. Primero haces A, luego B y después C. Todo ello en un periodo determinado de tiempo, con todos los elementos bien dispuestos para que sea imposible equivocarse. Esto, conviene no olvidarlo, es norma en la inmensa mayoría de las empresas industriales gestionadas de acuerdo con sistemas de calidad. La excelencia tiene estas cosas: minimiza el impacto humano. Un proceso robusto es aquel que minimiza la influencia del error humano. ¿Cómo negarse a semejante avance para la humanidad?

Para gustos son los colores. Yo no me siento tan libre dentro de la empresa como fuera de ella. Por supuesto que también fuera hay normas y condiciones que se me imponen. Pero es bien cierto que gano en el grado de libertad percibida. Puedo hacer más sin que el vecino me tenga puesto el ojo para ver si lo que hago está bien o no. Ese constante estado de «tener en cuenta el qué dirán» los demás porque hay alguien que vendrá tras de ti a controlarte siempre me ha puesto nervioso. La alegría de hacer y equivocarte la he logrado si, sobre todo, las explicaciones se las tengo que dar a mi conciencia por las noches. Y no digo que sea la única forma. Por eso, para gustos los colores. Siempre necesitamos a nuestros semejantes y también hay que escuchar lo que nos dicen. Críticas bienvenidas.

Sin embargo, la pregunta del título del post me sigue pareciendo pertinente: ¿te sientes libre en tu empresa?, ¿cuánto de libre?, ¿puedes hacer lo que quieras con responsabilidad? Pero, ¿qué hay de la forma en que manejas lo que sabes? ¿No queda demasiado encarcelado? ¿Qué hay del procomún? ¿Oyes hablar en tu empresa de esta idea de ceder a la sociedad nuestro saber hacer para que el planeta que compartimos progrese? ¿Qué dice tu empresa de la libertad a través de su manual de responsabilidad social corporativa? ¿Aparece esta palabra?

El conocimiento libre, la cultura libre. Ideales para guiar la conducta. ¿Las empresas también son capaces de manejar estos ideales? ¿Los «manejan» pero con la acepción manipuladora y utilitarista del término?

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La imagen en Flickr es de Groume.

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1 comentario

Iosu Beobide 30/10/2010 - 09:52

¿ Es libre el hombre? El hombre nace con la libertad dañada, pues el hombre es un animal social y las relaciones con los demás revelan sus obligaciones. La libertad en la empresa es un ideal, como la idea de libertad en sí misma. En este sentido toda empresa es una dictadura, con más o menos matices, más o menos disimulada… Conviene aceptar este hecho para no llevarse a engaños.

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