Pylones: consumo alegre y lujurioso de la mano del color

by Julen

Pylones es un buen ejemplo de otra forma de vender. Colocados en el primer mundo donde la «necesidad» es algo que perdió sentido como origen de compra, su fórmula es diferente. No, ahora la necesidad fisiológica de Maslow está ya sepultada bajo nuevos estilos de vida que la subliman en forma de colores y objetos fetiche.

Entrar en una tienda Pylones es caer en la cuenta de que una sonrisa en los labios bien vale diez o quince euros. Puedes hacerlo en diversos países del mundo. Sin más. Sólo por introducir un cierto guiño a la alegría en el entorno cotidiano. Sea trabajo u hogar, ¿por qué no despojarlo de unos cuantos kilos de seriedad y perfección? Pequeños objetos que acompañan la sonrisa de cada mañana. Frivolidad consumista que reemplaza la pesada carga de un terapeuta.

Todo conforma una explosión de color. Dibujos, ilusión, fantasía. Todo disfrazado de colores que invitan a olvidar penas. ¿Por qué no estirar el capricho para que se convierta en la mejor de las curas contra el pesado día a día? Toda una generación de jóvenes y no tan jóvenes abraza un consumo liberador. Contradicción arriba y abajo, hay un consumo que mejora los índices de sanación de cualquier profesional de la terapia bendecida por el sistema. El consumo es un mal menor. El consumo es liberador.

Sólo tienes que mirar a los pequeños actos cotidianos. ¿Tu oficina? Dale vida a la grapadora o a su amigo el desgrapador. Olvida esos clips que no te dicen nada. La lámpara de pie, la alfombrilla del ratón, un marcapáginas o el bote para los bolígrafos pueden recibir vida y color.

Ayer soñé que estaba en una tienda de pueblo y entraba a comprar «de todo». Se parecía a la que conocí en mi barrio, en Urioste. Pero eso fue hace 40 años. Hoy comprar y consumir nada tiene que ver con aquello. Existen fórmulas impensables entonces. Hoy existe la compra reconfortante, la que asciende por una pirámide de necesidades que se escapa de la norma que conocimos.

Así es, una tienda Pylones es un living lab heterodoxo y lujurioso. ¿Puede ser una tendencia a tener en cuenta? Alegría, diversión, humor. Pasarlo bien. ¿Frivolidad? ¿Acaso hay que mirar constantemente al interior de lo que salta a simple vista? No sé, de momento una sonrisa es una sonrisa. Y se agradece.Vaya si se agradece.

Nota.- Si te interesan este tipo de asuntos, puedes leer más artículos relacionados con el consumo en este mismo blog.

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1 comentario

Irene Lapuente 18/10/2010 - 09:40

¡Gracias Julen por esta entrada!
Des de que descubrí Pylones en Francia, me convertí en una «enamorada» de sus diseños y pensé ¡quién trabajara en Pylones!
No, trabajo para Pylones… però sí que he ido incorporando en mi hogar, un azucarero, una tostadora, una mesas, las sillas… ¡Me encantan! Tal y como dices, te estimulan las sonrisas, promueven el buen estado de ánimo, alegran a la vista y ejercitan el ingenio!!
Seguiremos siguiendo tus entradas…
¡Un saludo!
Irene L.A.

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