El pliegue

by Julen

33/365Queda escondida a las miradas ajenas. Con la levedad de un simple pliegue en el papel. Una casual incoherencia a cuenta de un error humano. Aquellas letras quedaron escondidas para siempre. Un libro que oculta una parte de su ser. Voluntad ajena que se desliza por una página cualquiera.

Doblada sobre sí misma, tímida y sin querer mirar al futuro. ¿Para qué? ¿Acaso la siguiente página iba a tener la deferencia de escucharla? No había razón para la esperanza; así que mejor replegarse sobre su regazo y dejar que el tiempo pasara para siempre jamás. Aquellas palabras compartirían la cárcel del anonimato. Nunca más.

Irreal, ilógico, al margen de las convenciones. Un libro con un pliegue en la página 118. La maldición de la casualidad que escondió para siempre el sentido. Los ojos no llegaban hasta aquella transparente profundidad. Allí estaba, resistiendo el oleaje de las miradas ajenas. No quería salir. No podía hacerlo. Había sido una decisión colectiva. Siete palabras, cuarenta y tres letras ocultas al genocidio. Libertad apresada.

Al final quedó apilado en una balda cualquiera. Recibía el cariño del polvo, constante en sus visitas vespertinas. Más y más de lo mismo hasta fundirse en una comunión antinatura. Olvidados de la mano de un dios que a partir de entonces sólo se podría escribir con una primera letra minúscula. Como el resto de las otras cuarenta y dos letras. Enterradas en vida.

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La imagen en Flickr es de idlphoto.

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