En noviembre participaré durante tres días en un workshop que ha organizado el Laboratorio de Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Santiago de Compostela: «Consenso, Contribución y Excelencia: Jornadas sobre Grupos de Investigación Post-burocráticos«. Según me han comentado, quieren «conseguir un modelo organizativo óptimo» para su propia actividad y, por otra parte, «avanzar el estado del arte en cuanto a organización de laboratorios/institutos de investigación». Serán 3 días, con una estructura de ponencias y talleres para, según sus palabras:
- Contrastar el trabajo realizado por el LaPa-CSIC desde hace dos años en materia de cambio organizativo, y determinar qué ruta debe seguir a partir de ahora.
- Explorar nuevas formas de organización de la ciencia, con el propósito de servir de inspiración a otros centros de investigación.
Tras comentarlo con ellos, voy a preparar una ponencia que me apetece pero que muy mucho y a la que titularé (más o menos, porque todavía tengo que pulirla): Colaboración por defecto en la investigación.
Colaborar, participar o comprometerse con un proyecto de investigación a veces requiere esfuerzo, pero ¿por qué no pensar que pueden ocurrir por defecto? Para que esto suceda, el contexto debe conducir como alternativa casi única a la colaboración. Hoy en día pueden diseñarse sistemas con apoyo de tecnologías de la web social para que «no sea posible no colaborar». El reto tiene que ver con el diseño de sistemas donde la colaboración sea inmanente.
Ayer en una reunión con David lo comentaba por encima: ¿no podemos diseñar organizaciones donde el «estándar» sea la colaboración? La idea es sencilla: el contexto organizativo actual «por defecto» conduce a comportamientos hiperproteccionistas y restrictivos. Es decir, «si no haces nada» es probable que no colabores, que no compartas, que vivas en tu isla de conocimiento. ¿Cómo podemos cambiar esa situación?
Sobre este asunto quiero escribir para luego poder aplicar a algunas situaciones concretas en las que estamos trabajando. Las tres líneas iniciales que se me ocurren son:
- Modificar los sistemas de propiedad intelectual que se aplican por defecto.
- Proponer una forma alternativa de trabajar en la elaboración de documentos digitales para que en origen implique la edición colaborativa.
- Abrir los espacios físicos tanto dentro de la organización como en la interacción con el entorno inmediato.
Por supuesto que un cambio de esta naturaleza puede representar un giro copernicano en algunos casos (no quiero pensar que lo sea en todos). Por eso hay que aplicar con inteligencia un enfoque bien pensado de gestión del cambio. Y en esto no hace falta inventar porque ya tenemos propuestas metodológicas. En mi caso me sirven las de John P. Kotter, que incorporaré a la ponencia que tengo que desarrollar.
El taller de trabajo será del 17 al 19 de noviembre y aprovecharé luego para otros asuntos allí en Santiago y alrededores. Esto hace que no pueda acudir al EBE, al que me había invitado Luis Rull, a quien agradezco desde aquí su detalle. Quizá otra vez pueda ser. De momento -para qué negarlo- estoy encantado con dedicar tres días a profundizar en modelos organizativos adecuados para la investigación en el contexto actual.
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La imagen en Flickr es de Óscar Alcalá.
13 comentarios
Mientras sea para cosas como estas. Sabes que tengo debilidad por ese tema. Me persigue desde que era pequeño…
No creo que sea posible llegar a conclusiones generales sin diferenciar por áreas académicas. Las culturas organizativas son, en mi opinión, muy diferentes.
¡Qué ganas tengo de que vuelvas de estas jornadas y nos cuentes tus impresiones!
El tema es interesante y necesario.
La única frase que me ha producido un poco de alergia es la de «conseguir un modelo organizativo óptimo». Una de dos, esa frase lo ha escrito un Ingeniero Superior con Doctorado, o un Consultor que tiene una tarifa horaria extremadamente alta. Prepotencia, falta de humildad y falta de visión a largo. ¿No sería más acertado centrar la atención en » ¿Cómo hacer que las organizaciones tengan mecanismos-procesos que les permitan APRENDER para poder así estar en contínua reinvención ( y por tanto adaptación)?»
¡Muy interesante! La colaboración debería de ser inherente a cualquier organización basada en el conocimiento… pero parece que la realidad es bien distinta…
El tema me recuerda a un debate que comencé hace tiempo en el grupo de LinkedIn de Innobasque (con ningún feed-back por cierto) y que reproduzco aquí… a ver si tengo mejor suerte… 😉
Conocimiento del Siglo XXI y fórmulas del Siglo XIX…
El conocimiento científico-técnico avanza vertiginosamente pero ¿no es cierto que la Ciencia vive anclada en ciertos usos y costumbres decimonónicos? ¿No están limitando esos modos obsoletos por ejemplo el aprendizaje y el uso de las TICs y los Social Media? ¿Es una impresión personal o es algo extendido? ¿Qué creeis?
[…] López de Guereñu nos pide conversación. Así que, por si acaso, reabro uno de esos temas fundamentales para avanzar en otro modelo de […]
@Luis, ya sé que también te gustaría aparecer por Santiago 😉
@aitormanah, ¿la perfección?, pero… ¿no te has apuntado al congreso sobre la excelencia que hay aquí en Bilbao? Cómo eres…. jajajaja
@Raúl, coloco otro artículo para ver si movemos algo más esa interesante conversación que planteabas… ya ves que somos cuatro chalados, quizá no interesa el asunto 🙁
@aitormanah, hay otra opción: la frase «conseguir un modelo organizativo óptimo» la escribió un aficionado que actúa como consultor sin cobrar un duro. Ni ingenierio con doctorado ni consultor millonario. 😉
Soy la persona a cargo de la organización de las jornadas de las que habla Julen en su post, y autor de esa frase. Entiendo que, así, fuera de contexto, la frase suene arrogante y prepotente, pero honestamente creo que nuestras intenciones son, precisamente, y como tú apuntas, establecer los mecanismos que nos permitan aprender y mejorar continuamente. Espero convencer de ello a Julen cuando nos visite en noviembre, y espero que luego lo cuente bien contado.
¿Contamos con tu voto de confianza? 😀
@CesarGon Cuando he leído tu contestación, he tenido la sensación como cuando alguien te pilla justo en el momento en el que estás contando algo no muy bueno de él/ella. Me sentí un poco bocazas, por qué no decirlo… 😉 Sin embargo, el re-leer mi propio comentario me tranquilizó (uf… menos mal que fui un poco diplomático!)
Probablemente tengas razón. La frase fuera de contexto, puede dar lugar a malinterpretaciones (e incluso invenciones, que no tienen por qué ser negativas!).
Pareces humilde. Pero ¿contar con mi voto de confianza? mmm… bueno… prefiero esperar a que responda Julen. ji ji ji…. 😉 Gracias por contestar. Valiente.
@aitormanah: Hagamos una cosa. Vente por Santiago de Compostela los días 17 a 19 de noviembre. Habrá arqueólogos, antropólogos, biólogos, sociólogos, filósofos, consultores e incluso ingenierios con doctorado!! 😀 Si tienes la oportunidad, será un placer intercambiar experiencias en directo.
@CesarGon Me encantaría asistir, pero tengo otros compromisos esos días. Sin embargo, no descarto el avisarte cuando me acerque por esas tierras interesantes!!!
Un abrazo!! 🙂
César, Aitor
, vamos a tener que organizar un siguiente paso de esas jornadas en esta parte del sur de Islandia, 😉@Julen: Estupendo. Me apunto.
@Aitor: Claro, avísame. Será un placer.
[…] Contribución y Excelencia. Jornadas sobre Grupos de Investigación Post-burocráticos. Como ya comenté en otro post mi ponencia plantea que colaborar sea lo que sucede “por defecto” y no al contrario en […]
[…] y Excelencia organizadas por el Laboratorio de Patrimonio del CSIC aquí en Santiago. Si en la primera dejé caer las ideas iniciales, en la segunda el texto resumen que me pidieron y en la tercera una […]