Más innovación abierta cuanto más pequeña sea la organización

by Julen

La teoría de la innovación abierta es sencilla: ahí fuera hay mucho que ganar y no tanto que perder. Pero una cosa es el dicho y otra el hecho. Ya puede estar presente en la estrategia de la organización, que luego hacerla realidad es harina de otro costal. ¿Razones? Entre otras, una bien sencilla: el tamaño grande reduce la necesidad de trabajar en abierto e introduce presión centrípeta.

Podríamos ir al extremo de una organización unipersonal -hasta donde tenga sentido la expresión- donde el conocimiento es muy limitado. Una persona sabe lo que sabe. Si quiere construir más conocimiento necesita a quienes están «ahí fuera». Es el resto del mundo. Si se trata de innovar (sea esto lo que sea) tendrá que hacerlo no sólo leyendo libros y adquiriendo ciencia por análisis íntimo, sino en colaboración con otra gente. No le queda más remedio. Y esa gente, evidentemente, no es de «su organización».

Las dimensiones reducidas facilitan la agilidad. No quiere decir que la produzcan de manera automática sino que, sin más, la favorecen. Luego es cuestión de cada cual ponerse manos a la obra. Por contra, las organizaciones grandes desarrollan fuerzas centrípetas poderosas: desde el perímetro de seguridad vallado (físico, pero no solo) hasta la preocupación constante por la «retención» de talento. Como son grandes necesitan mucha energía para subsistir. Y las fugas de conocimiento han provocado y siguen provocando miedo.

Claro que puede haber movimientos en sentido centrífugo. Las declaraciones institucionales en ese sentido son positivas. Pero la cultura de la organización es tenaz. La gente suele tener miedo o ciertos reparos a jugar en campo abierto. Han mamado que la organización es poderosa y que ese poder tiene que ver con volcar puertas hacia dentro. Por eso cuesta tanto que el conocimiento fluya de forma natural hacia fuera. Porque la gran falacia de la innovación abierta es entenderla sólo de fuera hacia dentro. Y así no hay quien juegue: si no das es difícil que tomes.

Yo sigo defendiendo modelos más distribuidos de investigación. E insisto que sigo la línea que han dibujado en las Indias Electrónicas. Es muy diferente el modelo descentralizado del modelo distribuido. El gigantismo de la investigación corre paralelo con los tiempos actuales: la competitividad mediante la eficacia, pero a costa de la eficiencia. Admitimos pérdidas de eficiencia porque la suma total consigue el resultado.

Sin embargo, la investigación en buena parte se mueve por sintonías. ¿Acaso no es lógico pensar que una buena investigadora sabe bien qué otras personas -con nombres y apellidos y con sus direcciones de correo electrónico- son las referentes en su campo? ¿Y dónde están esas personas? Claro, unas cuantas están allí fuera. Lo lógico sería colaborar con esa otra gente con la que compartes pasión. ¿Qué te lo impide? Ah, ya. No son de tu organización. Una lástima esa cárcel.

Y dicho lo anterior, al final convivimos con modelos mixtos. Gente que investiga dentro de grandes organizaciones y que escapan al control de los carceleros -sólo sigo el argumento normativo que Michel Foucault estableció para cárceles, centros educativos, manicomios y hospitales- un día sí y otro también. Porque además de interactuar con los compañeros del piso de arriba, también pueden hacerlo con la gente de ese equipo de investigación australiano. Todos quedan a un click de distancia, ¿no?

¿Cuánta gente encuentra conocimiento útil saliendo al mercado de Google antes que acudiendo a la intranet corporativa? Fuera el caos sirve, dentro el orden ralentiza. No es blanco ni negro, pero las grandes organizaciones presumen de que tienen mucho allá dentro. Poca cosa comparado con lo que es probable que haya allí fuera. ¿Cómo conseguir equipos de investigación distribuidos? Seguiremos retorciendo argumentos.

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La imagen en Flickr es de Drake, el hijo de ninja_4_life 🙂

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8 comentarios

Noelia San Emeterio 21/09/2010 - 14:43

Una realidad vivida y escuchada la que cuentas en tu post Julen. Escuchada en algunos de los procesos de coaching que he realizado de los que brotan sentimientos de «miedo», de endogamia retroalimentada desde la organización.

Y cuando juegas en campo abierto, resulta que respiras mejor, te oxigenas, y tu capacidad creativa aumenta de tal manera, que tu propia organización sale beneficiada. A no ser que sea demasiado tarde y tengas que estar con máscara de oxigeno porque te estabas asfisiando dentro, y durante el período en el que respiras en campo abierto, te habituas a la libertad de compartir, crear, multiplicar las ideas,….ytu organización pierde una fuente de valor añadido.

Gracias por exponer este tema!
Un saludo
Noelia San Emeterio

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Julen en el clavo 22/09/2010 - 09:55

[…] toca el punto central de la lógica del software libre y de la empresa abierta: cuanto más pequeña sea una organización más necesita del exterior para desarrollar conocimiento,…. Añade tu […]

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Sare-kontakizunak | Teketen 23/09/2010 - 08:32

[…] gertatzen diren paradoxak ere azalerazten ditu. Mezu hau eta Julen Iturbek bere blogean idatzitako Más innovación abierta cuanto más pequeña sea la organización, azken aldian irakurri ditudan mezurik garrantzitsuenak dira. […]

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Juanjo Brizuela 23/09/2010 - 13:51

Exactamente igual que pensar que el cliente es mío y sólo mío… nos da miedo lo «exterior», tanto para colaborar con el cliente como para colaborar en la investigación, etc.

Ya nos toca hacerlo… y perder el miedo, ¿pero eso de perder el control es tan terrorífico?

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Mikel Iridoi "himikel" 27/09/2010 - 10:21

Yo afinaría un poco más diciendo: «Más posibilidades de innovación abierta cuanto más pequeña pueda ser la organización», me explico, por una parte el ser pequeño no nos garantiza la innovación, aunque si la posibilita, y por otra parte no creo que el problema sea tanto de tamaño como de flexibilidad, podrían existir y existen redes de colaboración que funcionan y que pueden llegar a tener muchos nodos participantes, pero para ciertas labores se distribuyen en equipos más peqeños, de un modo similar al que propone Koldo Saratxaga en su «Nuevo estilo de Relaciones (GBE-NER)», donde desestructura la organización jerárquica de la empresa
en equipos más pequeños, transversales y multidisciplinares, de este modo consigue crear un ambiente favorable a la innovación, quizás en el modelo organizativo de GBE-NER les faltaría abrirlo a equipos de otras organizaciones o a colaboraciones externas integradas en sus equipos…, y en todo esto importa mucho la cultura aperturista que tiene que calar en todos y cada uno de los participantes.

Siento que hay necesidad de promover estos nuevos caminos, esta nueva cultura 🙂
milesker Julen 😉

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Consultoría Innovación 10/11/2010 - 15:41

Totalmente de acuerdo con el artículo, es clave que en todo tipo de organizaciones se mantenga la innovación que permita un crecimiento constante y cumplimiento de los objetivos. Esta se puede lograr con liderazgo, metodologias y herramientas de tecnología disponibles.
Consultoría Innovación

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Consultoría artesana en red » Algunas razones por las que una empresa no debe crecer 06/09/2011 - 06:32

[…] Más innovación abierta cuanto más pequeña sea la organización […]

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Julen en el clavo 31/10/2016 - 19:38

[…] Julen toca el punto central de la lógica del software libre y de la empresa abierta: cuanto más pequeña sea una organización más necesita del exterior para desarrollar conocimiento,…. […]

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