Miedo y riesgo: combustible para la economía del siglo XXI

by Julen

MiedoHoy nos hemos acostumbrado ya a convivir con las alertas. Las hay para todos los gustos y colores:

  • las que nos cuentan los hombres y mujeres del tiempo, las de tipo metereológico
  • los indicadores luminosos para saber que la batería se está agotando (que pasan a indicadores sonoros cuando el problema es grave)
  • los mensajes preventivos sobre grandes pandemias y las medidas urgentes para evitarlas

El caso es que las alertas son eso que enciende el comportamiento racional… o irracional. Pero están aquí y en cantidades industriales. Los servicios meteorológicos viven de hacernos llegar sus alertas: ¡atención!, ¡atención! Y a partir de ahí, en general, crece un gran mercado: el mercado de la seguridad, de la prevención, de la contingencia. No eres buena ciudadana si no las haces caso, te dirán.

La sobreprotección es la respuesta enfermiza a la alerta constante. No hagas eso que te quemas se convierte en un Ya verás cómo a partir de ahora no te dejo ni que te acerques. Por si acaso. Para evitar que tomes contacto con el mal, con el problema. Lo hacemos desaparecer y todo arreglado.

El problema, según me entero, se agrava por lo que el premio Nobel Daniel Kahnemann llamó la heurística de la disponibilidad: cuanto más capaces seamos de evocar mentalmente la imagen de un acontecimiento peligroso, más probable será que tengamos miedo de ella (Jeffrey Kluger, en Simplicidad, pág. 186). Lógico, porque como seres humanos somos capaces de imaginar. Así que una buena manera de meternos el miedo en el cuerpo es que seamos capaces de percibirlo. Cuanto más real, mejor.

Pero insisto en que no hay mal que por bien no venga. El pánico al terrorismo construye una inmensa industria de la seguridad. Que por supuesto pasa al sector privado, porque todo el mundo sabe que lo privado funciona mejor: peores sueldos, peores condiciones para la gente que trabaja, más capacidad de despido. Vamos, mucho mejor que esa cuadrilla de vagos funcionarios que lo mismo ni me torturan bien a los detenidos.

Otra de las grandes industrias que se alimenta de la alerta son los medios de comunicación. Necesitan tremendismo, al más puro estilo de La familia de Pascual Duarte. Caña al mono. Portadas dramáticas, que eso se lee más fácil que el simple titular informativo. Todo un nuevo estilo periodístico: El Caso se apropia de la prensa generalista. El Telediario se convierte en una retahíla interminable de acontecimientos a cual más triste y sanguinario. Muertos, epidemias, inundaciones, atentados, matanzas. Dramas que consumen prime time.

Os dejo con otra cita del colega Kluger en el mismo libro que citaba antes (por cierto, ya terminado… y tampoco era para tanto):

En un mundo saturado de medios de comunicación, ni siquiera tenemos que idear nuevos peligros, puesto que los periódicos, la televisión y los cambios en las alertas terroristas, de naranja a rojo, ya lo hacen por nosotros.

O sea, no te preocupes. No tengas miedo por ti misma. Ya te lo inducirá la Administración acompañada del sistema mediático, tanto el tradicional como el de los social media que dicen hoy. Feliz sábado en La sociedad del riesgo.

———

La imagen en Flickr es de KidLoko.

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8 comentarios

MarcG 21/08/2010 - 09:01

Sí, vivimos en la sociedad del riesgo, en la sociedad del miedo…

¿Cuántos de nosotros jugábamos en la calle?… ¿y cuántos de nosotros dejamos a nuestros hijos jugar en la calle… solos?

Además, no solo vivimos en la sociedad del miedo… también vivimos en la sociedad del morbo. El morbo vende, gana audiencias… y cuánto más explícito sea mejor.

Quizá el quid de la cuestión es que vivimos en la sociedad de la superficialidad, no profundizamos, no nos esforzamos en investigar, en pensar, en reflexionar… y ¡claro está! nos quedamos con lo primero que destaca, el sensacionalismo, la exaltación de la espectacularidad, el morbo.

Quizá tengan razón los que dicen que «la ignorancia hace la felicidad»… con todo lo que esta sentencia conlleva (que no es poco si no nos quedamos en la superfície y reflexionamos un poco).

Gracias por el post.

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Isabel 21/08/2010 - 12:29

Pero también parece que acogerse al «miedo generalizado» proporciona una autodisculpa individualizada perfecta para no hacer nada.

Por una parte tanta alarma social permanente produce el efecto «sordera de padres» (amenazas repetidas que no se cumplen en lugar de aplicar consecuencias lógicas y consecuencias naturales). Es decir, salvo que la amenaza sea personal, directa e inminente, cada cual a lo suyo.

Por otra parte, si las amenazas son tantas y tan terribles, ¿para que hacer o intentar nada? Una especie de «ignorancia informada y consentida».

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bonhamled 21/08/2010 - 17:49

El miedo es el gran protagonista pero no solo el miedo como paralizador y aglomerante sino un miedo a algo desconocido, una amenaza sutilmente desdibujada para convertirse en una amenaza moldeable y propagandista.

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manuel colmenero 23/08/2010 - 14:54

Los sueños de la razón producen monstruos, pero los de la ignorancia son peores.
A vece tengo serias dudas de que nuestra sociedad avance realmente hacia una sociedad del conocimiento, visto lo visto parece que la ignorancia se adueña de las verdades que la razón produce sin otra razón que producir individuos seudofelices gracias a su propia ignorancia pero temerosos de todo, con lo cual son mucho mas vulnerables a la manipulación y muchos mas propensos al vasallaje. ¿Sera un deseo de todos o de unos pocos?.
Gracias por darnos que pensar, es un buen alimento para los que no queremos vencer el miedo con la ignorancia sino con las herramientas que nos permiten de forma racional vencerlos.
Os recomiendo este enlace :http://www.tv3.cat/videos/3021030/Vencer-la-por

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Consultoría artesana en red » La invención del aire 28/08/2010 - 07:37

[…] Todo conectado con todo. Y los detalles insignificantes pueden dejar de serlo. Nunca como ahora hemos dispuesto de tanto potencial conectivo (y no lo reduzcamos por favor a las redes sociales en Internet). ¿De qué va a servir? ¿Progreso o destrucción? Los misántropos pueden hacer su agosto, no cabe duda. Porque el mundo se revela como un lugar lleno de potenciales peligros. […]

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Philippe Boukobza 29/08/2010 - 15:01

Muy interesante. Hablando de complejidad, acabo de subir este mapa conceptual : http://mind-mappers.blogspot.com/2010/08/mapa-conceptual-la-simplejidad.html

Un saludo

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Consultoría artesana en red » La (in)seguridad de la economía abierta 28/10/2010 - 06:54

[…] A simple vista pudiera pensarse eso de que: “en boca cerrada no entran moscas”. Y si no hay moscas, más seguridad. Pero la seguridad no deja de ser una “percepción”. Los hechos objetivos están ahí pero la sociedad en general y el individuo en particular los interpretan. Y ya hace tiempo que la seguridad se ha convertido en un gran negocio. Un negocio que vive de generar inseguridad. Difusa en la mayor parte de las ocasiones, porque el miedo se ha convertido en un gran motor económico. […]

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El titular decía: ¿Reinsertar empresarios fracasados? | EnPalabras 20/08/2011 - 11:29

[…] cierto es que con tanto anuncio institucional, tenemos auténtica sordera de padres Pero lo que me da dolor de estómago es leer que: el objetivo principal es crear y aplicar la […]

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