Un barco cargado de arroz

by Julen

Un barco cargado de arroz es el título de una de las novelas de Alicia Giménez Bartlett en su serie dedicada a la inspectora Petra Delicado. Extraigo dos citas.

En la primera Petra conversa con un empresario, ya mayor:

– Hay gente así, señor Ayguals, pero eso es algo usted sin duda debe de saber, después de tantos años trabajando como empresario.

– Sí, supongo que mi edad debería haberme hecho perder toda fe en el ser humano, pero por desgracia no es así, y ahora me resulta imposible cambiar, por muchas decepciones que me lleve.

En otro momento, Petra  y su compañero Fermín Garzón hablan del moderno invento de la felicidad:

– A las mujeres nos han inculcado la idea de que o tienes un gran amor o te falta algo.

– Si, y a todos, hombres y mujeres, nos han inculcado que es necesario ser feliz. Cuando mis padres eran jóvenes, eso de la felicidad era una cosa que no se estilaba. Tenían comida, tenían casa, no se les moría ningún hijo… ¡pues cojonudo!, nadie aspiraba a más. Pienso que la felicidad es un invento moderno.

– Un invento para los que no pasan hambre.

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1 comentario

sergi 27/07/2010 - 00:42

ufff… qué contundente… «Pienso que la felicidad es un invento moderno. Un invento para los que no pasan hambre.»

Es una vuelta de tuerca a aquella polémica que intenta dilucidar si los filósofos nacen de la necesidad o de la ociosidad, es decir, si el ser humano tiende a filosofar cuando le falta algo o más bien cuando le falta algo «no tiene tiempo para filosofar» y por tanto se filosofa solamente cuando se tienen las necesidades cubiertas.

jejejeje… Julen, me has abierto de nuevo esa «herida» en mi intelecto. Una «herida», una pregunta sin respuesta, dilo como quieras.

La última vez que me enfrenté a dicha pregunta tendría poco más de 20 años. Ahora, casi 20 años después, por suerte la respuesta la tengo un poco más clara, aunque aún abierta a debate 😉

Tal vez hayas leido alguna vez acerca de La pirámide de necesidades de Maslow (de hace unos 50 años, jejeje), que precisamente venía un poco a iluminar esta cuestión. A mí me parece una orientación acertada del problema: las necesidades del hombre se «apilan» en una especie de orden jerárquico, en el que abajo de todo están las necesidades fisiológicas (comer, dormir, etc..) y arriba de todo las de «auto-realización personal». Y postulaba Maslow que las de arriba no pueden satisfacerse sin satisfacer primero las de abajo.

Creo que esto respondería a los personajes de la novela que mencionas: cuando uno ya tiene problemas para comer, crecer y no morir en el intento, es difícil que se plantee otro tipo de metas «más sofisticadas». Sin embargo, el ser humano -de forma natural- desarrolla metas de más alto nivel a medida que satisface las primarias. Así que yo no sería tan «despreciativo» con el concepto «búsqueda de la felicidad». Creo que es totalmente legítimo y que es muestra de que por fin estamos superando las barreras básicas del garantizar la comida, la vivienda, etc… (algunos más que otros, desgraciadamente).

Si nos ponemos más filosóficos, todo el cosmos (al menos el conocido) «sufre» de esa misma tendencia piramidal: los átomos más básicos (los de hidrógeno) se unen en las estrellas para convertirse en Helio y generar calor. Además, por la presión de esa masa gigantesca, se generan átomos más pesados que al explotar las estrellas (al final de su vida) escupen masas que luego formarán nubes cósmicas y planetas y asteroides en donde, lejos del calor estelar los átomos aprovecharán para unirse en moléculas complejas. Y en el caso de excepcionales condiciones favorables -como en nuestro planeta- las moléculas complejas se unirán (aún no sabemos muy bien cómo, pero ahí está) para conformar seres unicelulares, y luego pluricelulares y luego con órganos internos, etc… ahí es la parte que la gente conoce como evolución biológica. Pero realmente el misterio y la gran verdad es que la materia misma TIENE TENDENCIA A GANAR COMPLEJIDAD cuando se dan las condiciones propipicias, en una suerte de principio de búsqueda de mayor equilibrio.

Por eso a mí no me sorprende que el ser humano, a su nivel, muestre la misma tendencia: a superar el equilibrio presente para conseguir un equilibrio de mayor complejidad. Somos afortunados de haber desarrollado como especie una consciencia y una «cultura» que nos permiten conocer y darnos cuenta de este «evolucionismo» continuo presente en el universo a todas las escalas.

Jejeje, me acabo de acordar de Odisea 2010 (la segunda parte de Odisea 2001, no sé si la hayas visto… muy recomendable!). En donde los «monolitos» jugaban ese papel de «catalizador evolutivo».

Saludos y perdona el rollo! pero el que siembra vientos, recoge tempestades! jajajaja 😉

SERGI
**SÒC CATALÀ i PARLO CATALÀ**

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